Os dejamos un enlace a este interesante libro publicado por la AEN.
Esperamos que las palabras de la presentación de la obra sirvan de acicate a su lectura (aunque confesamos no saber muy bien a qué se refieren los autores de las mismas con lo de «aproximación impresionista»).
Sobre las relaciones entre violencia y salud mental han corrido ríos de tinta y, además, kilómetros de celuloide. Pero, como ha sucedido con uno y otro tema por separado, lo más frecuente es que tinta y celuloide se hayan orientado desde la óptica del individuo, que, en las correspondientes reflexiones, se contempla como víctima o perpetrador, como paciente o agente de salud. Sin embargo la violencia cuya explicación se agota en lo individual o en lo interpersonal inmediato tiene, con seguridad, menos efectos sobre la sociedad en general y sobre su salud mental en particular que otras formas de violencia a cuyas complejas relaciones con la salud mental se ha prestado menos atención. Y, como, por mucho que se quiera ignorar, sabemos perfectamente, la salud mental de los individuos y sus alteraciones explican un porcentaje insignificante de la violencia que sufren nuestras sociedades.
Una de las preocupaciones que ha constituido una constante en la y a larga historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría ha sido la de complementar, en lo que a la salud mental se refiere, la óptica individual con una perspectiva social, o como se ha dado en llamarla, comunitaria. Y ello ha hecho visibles fenómenos que desde un enfoque individual eran imperceptibles y ha abierto nuevos y fértiles campos de actuación. Quizás por ello en la asamblea del XXIII Congreso de la AEN celebra-do en Bilbao en 2006 (la misma en la que se aprobó la constitución de la sección de Derechos Humanos),sus socios entendieron que era importante abrir un debate sobre las relaciones de la salud mental con esas otras formas de violencia que sólo pueden comprenderse en el marco de la organización misma de las sociedades y el modo como éstas gestionan sus conflictos, y aprobaron para el XXIV Congreso de Cádiz en 2009 la ponencia sobre laque se concitaron los textos que se reúnen a continuación. Este conjunto de textos pretende conjugar observaciones de los profesionales de la salud mental y reflexiones, procedentes de otros contextos, que pensamos que podrían contribuir a informar a estos profesionales de la naturaleza de lo que abordan en su trabajo y sobre sus determinantes, y a incorporar a su campo de visión perspectivas en las que este trabajo adquiera nuevos significados.
Los textos se han ordenado en nueve secciones. En la primera, dedicada a los aspectos conceptuales, se revisan conceptos como los de violencia, violencia colectiva y violencia social o diferentes concepciones sobre las víctimas. La sección sobre «Violencias del pasado y su presente» se dedica al conflicto más importante de nuestro pasado, la Guerra Civil, y sus consecuencias, o aspectos sobre la violencia en las instituciones y a analizar algún ejemplo concreto (el de la gestión de los naufragios en Galicia), en el que se hacen visibles líneas de fractura por lo general olvidadas. Se han dedicado cinco secciones con el antetítulo «Violencias del presente y su presente» a algunas de las más lacerantes manifestaciones de esta violencia como la marginación y exclusión social en general, la que afecta a los enfermos mentales en particular y la vinculada a la tortura, al terrorismo y a un fenómeno ante el que se han hecho evidentes violencias que se ejercían en silencio, el de los «desplazamientos y migraciones».A los conflictos y postconflictos en España y a las posibles actuaciones sobre ellos, se ha dedicado una octava sección titulada «Violencias del futuro y su futuro».El libro se cierra con una reflexión que, como indica en su título pretende ser final sólo del texto, pero que en todo caso, se propone como invitación a iniciar un camino que esperamos pueda concretarse a través de la acción de la sección de derechos humanos de la AEN. En conjunto, estas páginas representan una aproximación impresionista del tema, no una reflexión articulada, pero nos parece que cumplen su función de abrir campos nuevos a la vista y marcan direcciones para la actuación.