¿Qué es ayuda mutua?

Texto introductorio muy breve a los grupos de apoyo mutuo, publicado en la web Robinsones Urbanos

Nota Primera Vocal: nosotros intentamos siempre evitar terminología del tipo «autoayuda», por las conotaciones tan desastrosas que acarrea. Preferimos centrar el discurso crítico en la necesidad de construir lazos comunes entre iguales, sin intermediarios ni especialistas escindidos de nuestra propia realidad. Entendemos que el cambio social es necesario para poder reducir el sufrimiento psíquico, por lo que creación de redes de apoyo mutuo e intervención política para subvertir el orden existente vienen a ser uno y lo mismo: proyectos condenados por un Sistema que teme que seamos mujeres y hombres libres.

Es sencillo percatarse de que el enfoque de este proyecto está influido por la ayuda mutua; pero ¿qué es la ayuda mutua? Podría decirse que la ayuda mutua es una condición natural del ser humano que le impulsa a buscar contacto con otras personas en las que confiar ante una situación de enfermedad, peligro o de ansiedad. En la medida en que se comparten nuestras intranquilidades, nuestros temores y nuestros desasosiegos se aliviarán más y mejor. En el momento que contrastamos nuestro problema con otra persona, este problema ya no es tan grave porque muchas veces resulta que lo vivimos con tanta intensidad, encerrados en nuestro individualismo que deja de ser tan intenso en el momento que lo compartimos con otros y podemos, aunque solo sea hablar o intercambiar información.

El primer grupo de ayuda mutua surgió en Inglaterra, durante la I Guerra Mundial, cuando a un médico se le ocurrió agrupar a heridos de guerra ante la falta de profesionales y la elevada cantidad de víctimas. En un grupo de ayuda mutua se comparten solamente experiencias personales, y al compartir lo propio, se ofrece apoyo emocional sin juzgar. No se aplica el saber especializado como tal, sino como parte de la propia experiencia, en la medida en que ha sido útil de manera personal y se ha hecho parte de quien narra su vivencia. A esto se le dice autoayuda, porque cada integrante tiene un compromiso personal con su propio proceso. Al acudir a un grupo, se asume un papel activo en la superación de su situación de vida. Pero siendo en grupo, se trata de un espacio social para aprender y ejercitar formas de ser y actuar. Los participantes ponen sobre la mesa su propia experiencia como materia prima para el trabajo. Se ejercitan ahí modos de relacionarse socialmente para manejarse mejor internamente y en la vida social, con respecto a una situación o problema común. Por este motivo el proceso es de ayuda mutua.

Son varias las funciones que pueden cubrir estos grupos. Entre ellas podríamos destacar:
1. Ofrecer apoyo material: suministrar bienes y servicios para solucionar problemas.
2. Ofrecer apoyo emocional: un sostén afectivo, saber escuchar y ver a otro que sufre un problema parecido o más grave, haciendo que se sienta estimado, apoyado y valorado.
3. Ofrecer apoyo motivacional: animar y estimular a los demás a lograr sus objetivos y a superar adversidades.
4. Mejorar la autoestima: ayudar a que las personas confíen en sí mismas y tengan una actitud positiva hacia ellos mismos
5. Ofrecer compañía: estar disponible para los demás.
6. Facilitar e intercambiar información y formación: conocimientos, habilidades y actitudes con carácter instrumental para que las personas puedan resolver sus problemas.
7. Organizar actividades sociales: desde jugar a las cartas hasta promover un proyecto social.
8. Defender intereses y presionar: si no están cubiertas ciertas necesidades, un grupo puede emprender acciones para darse a conocer a las autoridades y a la opinión pública. La forma de ejercer esta presión va desde dirigir una petición formal a la autoridad pertinente, hasta a organizar una manifestación de afectados.

Según Ander-Egg(1995), «la ayuda mutua es tan vieja como la humanidad…desde la familia, la tribu, el clan, la aldea…hasta llegar al Estado Asistencial y al Estado de Bienestar que montó una gran maquinaria dedicada a la solidaridad social institucionalizada cuando las formas de ayuda mutua propias de las solidaridades naturales, habían desaparecido en buena parte dentro de los países industrializados». Este autor atribuye que las solidaridades naturales (aquellas formas de ayuda que se fueron configurando desde los albores de la humanidad) fueron desapareciendo por la industrialización de la sociedad, que derivó en un estado asistencial y paternalista que dio como resultado el actual Estado del Bienestar, donde la prestación de ayuda y servicios se rige por unos horarios y en el que ayudar se ha convertido en una profesión. Pero esta ayuda y esta asistencia social burocratizada no terminan de satisfacer los problemas de «salud biológica» de las personas. Y lo que es aún peor, no tiene recursos para enfrentarse a problemas vitales y existenciales. Citando de nuevo a Ander-Egg? «en medio de millones de personas, los seres humanos se suelen encontrar sólos, tremendamente sólos, a veces, desesperadamente sólos».

Los procesos asistenciales ni comienzan ni acaban en el sistema sanitario. El cuidado de la salud no es patrimonio del sistema sanitario formal y sus profesionales. La población, antes de recibir atención en los Centros Sanitarios, durante y después, protagoniza procesos de autoatención y ayuda mutua entre iguales, complementarios a los procesos de asistencia formal. Lejos de suponer estas prácticas un problema, constituyen todo un potencial de promoción de la salud que es preciso apoyar e incentivar. Entre iguales, tiene lugar una comunicación de tipo biopsicosocial inmejorable e insustituible por la atención sanitaria formal.

En la web www.hearing-voices.org podemos encontrar un ejemplo real de cómo se puede hacer frente a las carencias del sistema sanitario a través de la ayuda mutua. Hearing Voices Network es una organización británica que, a raíz de un artículo publicado en el diario Independent on Sunday sobre alucinaciones auditivas, decidió establecer una red formada por personas que padecían esta anomalía y por todas aquellas personas interesadas en esta temática. Apoyándose en las nuevas tecnologías, esta organización ofrece información, apoyo y comprensión a personas con alucinaciones auditivas y a aquellos que los rodean. Las metas de esta organización son incrementar la toma de conciencia sobre las alucinaciones táctiles, visuales y auditivas, dar la oportunidad a los aquejados de hablar libremente sobre este tema con otros y apoyar a todos los que busquen entender, aprender y crecer personalmente. Algunos de los objetivos que esta misma organización se marca para alcanzar estas metas son crear una línea de teléfono que ofrezca información y ayuda a personas con alucinaciones y producir cuatro cartas al año en las que exponen toda la nueva información, estrategias, actitudes… que han ido aportando los miembros y que cada uno recibe en su domicilio.

Las carencias de nuestro sistema sanitario y el éxito de algunos proyectos como el que acabamos de exponer, hace que deseemos construir una red virtual que supla trabaje estas lagunas y que ofrezca información, apoyo, un espacio para la creatividad… A todas las personas interesadas en la problemática que conlleva el trastorno bipolar. Pero esta red no ha de quedar sólo en lo charla telemática, sino que ha de materializarse en resultados positivos mejorando la calidad de vida de las personas con trastorno bipolar y facilitando el trabajo de la red de apoyo de los enfermos.


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