Aquí va un texto básico de Hearing Voices que con el paso de los años se nos había olvidado traducir…
• Aceptar que escuchar voces (así como las experiencias relacionadas con dicho fenómeno) son experiencias humanas válidas.
• Respetar marco de entendimiento y creencias que tiene cada persona acerca de sus propias experiencias.
• Fomentar y permitir la seguridad y el bienestar de todos.
• Promover la esperanza.
• La creación de espacios seguros donde acudir y compartir experiencias, y establecer una red de conexión más profunda.
• Creer en la capacidad de recuperación y la capacidad de cada persona para tomar el control de sus experiencias y recuperarse.
• Trabajar en colaboración y de manera inclusiva con otros servicios para desarrollar el conocimiento y el uso de estrategias holísticas orientadas a la recuperación.
• Fomentar y apoyar la autodeterminación y empoderamiento.
• Alentar a los trabajadores del ámbito de la salud mental, a las familias y a los amigos a unirse y convertirse en nuestros aliados.
Historia
En esencia, el enfoque de Hearing Voices nació de una conversación entre dos expertos; uno de ellos, un experto de profesión, y la otra, una experta por la experiencia. El profesor Marius Romme y su paciente, la escuchadora de voces Patsy Hage, junto con Sandra Escher fueron los fundadores del movimiento de escuchadores de voces; y gracias a sus acciones y valor, sumado a los de muchas otras personas, ha sido posible que miles de personas en todo el mundo se puedan beneficiar de esta manera de afrontar la escucha de voces.
En 1987, en Maastricht, Países Bajos, el profesor Marius Romme, psiquiatra social y Patsy Hage, escuchadora de voces, acudieron a la televisión holandesa con el apoyo del periodista Sandra Escher para hablar de la escucha de voces y pedir a las personas que escuchaban voces que se pusieran en contacto con ellos.
Siguiendo el programa de TV:
• 750 personas respondieron
• A partir de ese grupo, 450 personas había oído voces
• 300 de ellas no ellos no podían sobrellevarlo
• 150 eran capaces de manejarlo
La investigación que siguió a estos resultados dio lugar a la creación en Holada de la Fundación Resonance; que el primer grupo de autoayuda vinculado a la escucha de voces. Esto llevó a la celebración de la primera conferencia sobre escucha voces en Maastricht, Holanda, en 1988, con el objetivo de dar a conocer la experiencia de la escucha de voces, lo que finalmente condujo a la creación un movimiento mundial que trabaja para apoyar la recuperación de aquellos que sufren por la escucha de voces.
Al ver lo que se había logrado en Holanda, el trabajador de desarrollo comunitario Paul Baker llevó el enfoque al Reino Unido en 1990. Sólo 13 personas acudieron a la primera conferencia sobre escucha de voces del Reino Unido en Manchester. Sin embargo, el interés se multiplicó rápidamente a medida que los propios escuchadores recogieron el guante. Hoy en día hay más de 190 grupos de voces solamente en el Reino Unido.
Alrededor del mundo, grupos de escuchadores de voces se reúnen y hablan, compartiendo puntos de vista y estrategias para apoyarse los unos a los otros, contando sus historias y explorando maneras para trabajar con (en lugar de contra) sus voces, con el objetivo de reclamar el control y reconstruir sus vidas. En muchos lugares estos grupos han florecido en pequeñas y grandes organizaciones que llamamos Redes de Escuchadores de Voces.
UN ENFOQUE DIFERENTE
La psiquiatría biológica tradicional ha considerado los fenómenos de la escucha de voces como “alucinaciones”, “síntomas de psicosis o esquizofrenia”. De hecho, comúnmente se pensaba que lo que decían las voces y el significado que esta experiencia tenía para la persona implicada, no tenía sentido.
Por otra parte, históricamente se pensaba que hablar con alguien acerca de las voces que escuchaba era desacosejable y probablemente reforzaba la “alucinación”. El tratamiento con medicación era (y todavía es) considerado como el tratamiento de primera línea ofrecido a los escuchadores de voces en el sistema de salud mental por parte del modelo tradicional de psiquiatría biomédica, y habitualmente es recomendado (o legalmente aplicado por la fuerza, bajo la Ley de Salud Mental de 1999) con el objetivo de eliminar la voz/voces.
Sin embargo, desde la perspectiva de muchos escuchadores de voces (especialmente aquellos diagnosticados con “esquizofrenia resistente al tratamiento”, esto no es siempre tan eficaz como se esperaba.
Incluso durante los “tratamientos” con los “más novedosos” fármacos antipsicóticos atípicos, aproximadamente el 50% de las personas con un diagnóstico de esquizofrenia todavía escucha voces. Tales tratamientos a menudo producen graves efectos secundarios (directos) discapacitantes, los cuales pueden afectar a la calidad de vida de la persona y a su salud física. Esta combinación de problemas produjo un dilema tanto a los escuchadores de voces como a los prestadores de servicios. En respuesta a este dilema, emergió el Movimiento de Escucha de Voces.
La investigación colaborativa entre Romme y Escher con escuchadores de voces provocó el surgimiento del Enfoque de Hearing Voices. La base de conocimientos y estudios que se ha creado ha cambiado significativamente la forma en la que se comprenden y se responde ante los fenómenos de escucha de voces hoy en día.
Dichas investigaciones han demostrado que escuchar voces es una variación natural de la experiencia humana. Una investigación actual (Beavan, Read y Cartright, 2006) avala estudios anteriores que han indicado que la escucha de voces es una experiencia humana relativamente común, que necesita aceptación y apoyo (Tien, 1991; Romme y Escher, 1993; Romme y Escger, 1996; Milham y Easton, 1998; Beavan, Read y Cartrigh, 2006; Watkins, 2008; MAcCArthy-Jones, 2012)
Además, desde el principio ha habido significantes investigaciones que muestran que existe una relación entre pasados o recientes acontecimientos traumáticos o emocionalmente intensos (accidente, divorcio, muerte de un ser querido, maltrato físico o abuso sexual, aventuras amorosas, embarazo y parto) y el comienzo de la escucha de voces (Read, 1997; Hammersley, Read, Woodall y Dillon, 20085; Read and BEntall, 2010; Read and Bentall, 2012; Varese et al. 2012) – algunos sugiriendo 70% de adultos y 85% de niños (Escher y Rome, 2010; Romme y Escher, 2005)
Según Martin (2000) las indicaciones de Romme y Escher para cambiar las percepciones arraigadas sobre la escucha de voces que deberían acometer los profesionales son:
- Aceptar la experiencia de los pacientes con las voces
- Intentar entender el diferente lenguaje que utilizan los pacientes para describir su marco de referencia, así como los diferentes lenguajes que usan las voces para comunicarse.
- Considerar el ayudar al individuo a comunicarse con las voces.
- Estimular al paciente a reunirse con otra gente con similares experiencias y a leer sobre escuchas de voces, con el objetivo de disminuir el tabú y el aislamiento.
Para saber más sobre el trabajo con voces, contacta ahora con tu Red local de Escucha de Voces ahora, y aprende sobre los grupos de escucha de voces y la formación en el enfoque.