Incluimos en Primera Vocal este post sacado de la Asociación Madrileña de Salud Mental. Da buena cuenta de las lógicas mercantilistas que subyacen al quehacer de la psiquiatría en esta España de pandereta en la que vivimos.
La primavera pasada conocimos las intenciones de la Consejería de Sanidad de cerrar el Centro de Salud Mental de Navalcarnero y trasladar la atención a las consultas externas del nuevo Hospital de Móstoles, gestionado por la multinacional CAPIO. En una anterior entrada nos hacíamos eco de la movilización que la Plataforma Antiestigma “Corre la Voz” junto con los profesionales del centro y los recursos de Rehabilitación de la zona estaban realizando en contra del desmantelamiento del CSM. La amenaza de cierre del Centro de Salud Mental de Navalcarnero es un ejemplo más del cambio de modelo de atención en salud mental y de las consecuencias de un modelo sanitario basado en la competencia entre proveedores en lugar de una colaboración planificada. El Centro de Salud Mental de Navalcarnero esta formado por un equipo multiprofesional, ubicado en esta población, que atiende desde hace más de 20 años, no solo a Navalcarnero, sino a un conjunto de pueblos de su zona de influencia. Cuenta con un programa de continuidad de cuidados para personas con trastornos mentales graves, un programa de infanto-juvenil y trabaja en coordinación con los centros de salud de atención primaria de la zona, servicios sociales, educativos y dispositivos de rehabilitación psicosocial. Es decir es un centro próximo, accesible integrado con los recursos sanitarios y comunitarios de la zona. Los pacientes y familias tiene un vinculo con el centro y sus profesionales. ¿Existe alguna razón para su desmantelamiento y traslado de los pacientes a las consultas externas del nuevo hospital de Mostoles?. Si. La principal razón es asegurar el beneficio económico de la empresa privada que gestiona el nuevo hospital. El beneficio por encima de los paciente, del modelo de atención y de la eficiencia sanitaria. ¿No hubiera sido más rentable para el sistema sanitario y menos lesivo para los pacientes abrir un servicio de psiquiatria en el nuevo hospital (con camas de hospitalización, interconsulta y urgencia) y mantener la atención ambulatoria en el CSM tal como se viene haciendo? ¿No cacarean a los cuatro vientos la colaboración público-privada? Debe ser que esto no genera suficiente beneficio.
Ante las movilizaciones de usuarios, vecinos y profesionales la Consejeria decidió retrasar el cierre. En la reunión que tuvimos la comisión Pro Salud Mental con el Director General de Hospitales de la Comunidad de Madrid, D. Antonio Burgueño, y el Coordinador de la Oficina Regional de Salud Mental, D. Guillermo Petersen, el 25 de julio pasado se nos informó que el CSM de Navalcarnero se mantendría abierto si lograba demostrar que generaba una “demanda y actividad “significativa”. Este mismo mensaje es el que se ha transmitido a los profesionales del Centro. Es decir tiene que competir con las consultas externas del nuevo Hospital de Mostoles para captar “clientes”.
¿Qué significa una actividad y demanda “significativa”? El principal indicador para demostrar actividad y demanda “significativa” es el número de primeras consultas que se generen. ¿En que condiciones se realiza esta competencia por las primeras consultas? Nos enteramos que con el modelo actual de citación cuando un paciente de la zona es derivado a Salud Mental el Centro de Atención Personalizada (Call Center) deriva siempre por defecto a las consultas externas del hospital de CAPIO y solo en caso de que el paciente lo solicite explícitamente puede ser derivado al CSM de Navalcarnero. A esto hay que añadir que al ser unas consultas de nueva creación las agendas del nuevo hospital no tiene carga asistencial y pueden dedicarse a evaluar la mayor parte del tiempo. Es decir la competencia se basa en unas de reglas tramposas, desiguales, en las que antes de que comience la partida ya se conoce el ganador. Y el efecto de esta injusta competencia se verá también en los Centros de Salud Mental próximos como el de Móstoles que tendrá que inflar su demanda de nuevos para no verse también amenazado.
Desde la AMSM queremos mostrar nuestro apoyo a los compañeros del CSM de Navalcarnero que intenta resistir la irracionalidad de su cierre. Esto que llaman competencia, mercado interno o libertad de elección no es otra cosa que poner por delante los intereses de las empresas sanitarias a las necesidades de los pacientes y a la eficiencia del sistema. Esta es la locura del sistema sanitario madrileño. ¡Competid, competid malditos!