Grupos de Ayuda Mutua domesticados por el estado; de Fernando Martínez–Pereda y firmado colectivamente por la Xarxa GAM / Red de Grupos de Apoyo Mutuo formada por personas psiquiatrizadas

gruspo-de-apoyo-mutuo-y-domesticacion_primera-vocalDesde Primera Vocal apostamos clara e inequívocamente por las estrategias colectivas de afrontamiento del sufrimiento psíquico. De todas ellas, los Grupos de Apoyo Mutuo son la herramienta más efectiva, horizontal y radical que conocemos. Representan la antítesis del canibalismo social en el que nos encontramos inmersos: generan comunidad, humanizan la locura (actualmente mercantilizada a la vez que condenada socialmente) y rompen con el ritmo mohoso de las instituciones por las que hemos transitado desde que fuimos diagnosticados. En otras palabras: generan una cultura de resistencia, segregan salud.

Hablar y escuchar entre iguales no es una camino sencillo. De hecho nos han educado para todo lo contrario. Sin embargo, dentro del estado español cada vez son más las iniciativas que apuntan en un sentido de horizontalidad y respeto, de espacios colectivos libremente habitados. Y como era de esperar, han comenzado a darse algunos movimientos de fagocitación. Nadie debería escandalizarse, vivimos en mitad de un mercado, todo es susceptible de ser comprado y vendido. La industria farmacéutica necesita limpiarse la cara, las instituciones públicas siembre buscan nuevos maquillajes y los bancos… los bancos anhelan desesperadamente que la ciudadanía no despierte una buena mañana y decida quemarlos todos. Los GAM´s han vivido a la sombra durante años, pero ahora, a la par que se reconoce su funcionalidad, parecen ponerse de moda. Y por tanto se desatan controversias…

¿Hasta qué punto aprovechar determinadas infraestructuras para potenciarlos?, ¿cómo salvaguardar su potencialidad transformadora? Este debate no es nuevo, pero es inevitable. Es tan viejo como el pecado: ¿es posible desmontar la casa del amo con las herramientas del amo? Nosotros no somos nadie para emitir un dictamen cerrado al respecto. Creemos, eso sí, que hay determinadas líneas rojas que no vamos a traspasar bajo ningún concepto. La colaboración con la industria farmacéutica es la más importante de todas ellas. Nos da asco y miedo a partes iguales. Las empresas que fabrican psicofármacos han demostrado una y otra vez que el sufrimiento psíquico es un negocio, que las personas no importan al lado de los beneficios. Por eso trabajamos para que se disuelvan y entreguen las armas de una vez para siempre.

En cualquier caso, la discusión está ahí, es inevitable y queremos que nuestros queridos lectores puedan acceder a textos que les permitan tomar partido al respecto. Para ello arrancamos con un texto que nos ha llegado desde Barcelona. Ahí va:

Un doble peligro político que, desde el principio, en la Xarxa de Grupos de Apoyo Mutuo de personas psiquiatrizadxs y huídas de la psiquiatría, hemos advertido ha sido: ¿cómo evitar que nuestra lucha, nuestra organización, fuese absorbida o cooptada institucionalmente y, al mismo tiempo, evitar también caer en el aislamiento sectario? La primera vez que lo debatimos fue a raíz de nuestra participación en las Jornadas en Sevilla celebradas el 21 y 22 de Noviembre de 2014 que había organizado la Junta de Andalucía [nota de Primera Vocal: el encuentro no fue organizado como tal por la Junta, para más información, ver aquí] en una experiencia de grupos de apoyo con dirección y apoyo institucional, entonces vimos imprescindible acudir para compartir nuestra experiencia y escuchar lo que se hacía allí en colaboración con las instituciones de salud de la Junta. Consideramos que no podíamos encerrarnos en nuestras posiciones, que debíamos adoptar una postura flexible, permeable, de escucha, pero, al mismo tiempo, firme pues veíamos un interés por parte del Estado (las mal llamadas autonomías son Estado también) en asimilar, desactivándolo en su provecho, la contestación que suponían los GAM (Grupos de Apoyo Mutuo).

La jugada, por parte del estado y sus autonomías, es perfecta, pues por un lado asimila la contestación y su expresión simbólica y organizativa y, por otro, al mismo tiempo, dicha asimilación le permite justificar su pretensión de recortes en la salud pública, afianzando su política entregada a las farmacéuticas.

Los cursos de dinamización de GAM y otros promovidos por la Generalitat de Catalunya vienen a establecer un saber experto, al margen de la política, profesionalizado, que se pretende neutral cuando incorpora toda una concepción y complejos dispositivos de dominación naturalizados bajo la cobertura, además, de la radicalidad libertaria.

El capitalismo posee una enorme capacidad de asimilación, destruye la misma protesta revirtiendo su contenido crítico, en este caso, al neutralizarlo en la profesionalización experta de pretensión neutral. Pero nada lo es, el combate político atraviesa toda la vida social y en la salud mental ese combate es especialmente violento, las instituciones «psi» lo son bajo sus dispositivos más represivos. Los GAM domesticados institucionalmente pretenden ser la zanahoria de esta política psi caracterizada por su violencia normalizada socialmente (electroshocks generalizados en los ingresos ante manifestaciones de tristeza o culpa, tratamientos ambulatorios forzosos que, además, consisten en la administración masiva de medicamentos, iatriogenia, medicamentosis, encierros forzosos que muchas veces ni siquiera son supervisados por los jueces, atar con correas a la cama durante días a lxs ingresadxs -lo llaman contención mecánica- ante cualquier contrariedad, arbitrariamente como medida de castigo…)… los GAM domesticados serían la cara amable de la salud ‘mental’ capitalista y abaratarían además, descaradamente, los costes sanitarios al ritmo desaforado del capital pilotado por la Troika, que exige constantes y crecientes recortes.

La estrategia del estado y sus autonomías consiste en seguir los planteamientos y subordinarse a los intereses de la farmaindustria, medicalizando la llamada ‘enfermedad mental’ al considerarla desde su manifestación biológica, de una manera abstracta y fetichista que evacua su significado histórico-biográfico y, por lo tanto, esconde su contenido político y ampliar su espectro de atención farmacológico. Al atenerse, además, servilmente a los mandatos de la U.E de la Troika, pretende recortar los gastos de las partidas de personal médico, enfermería y cuidadores, manteniendo el gasto farmacéutico asegurado con convenios directos con las principales firmas del sector. Los GAM domesticados institucionalmente vienen a cubrir el gasto público en personal por medio de la asociación voluntaria de los afectados dirigidos bajo planteamientos técnicos, no políticos, por las instituciones. El planteamiento técnico de la llamada ‘enfermedad mental’ desactiva su carga política y la expresión del malestar social para encerrarlo en el psicologismo. Estos GAM domesticados son construidos mediante la implementación de cursos impartidos por organizaciones intervenidas mediante subvención por las instituciones, que se encargan de formar “dinamizadores de GAM” lo cual es todo un oxímoron pues en los GAM no puede haber dinamizadores, ni darse cursos de formación, si así no lo deciden los mismos GAM, no admitiendo, como parte del proceso de reconstrucción personal, politización y autonomía personal, sino el que se practica la igualdad horizontal y el apoyo mutuo.

Debemos oponer a esta política de asimilación, cooptación y justificación encubierta de los recortes una doble vía complementaria. Por una parte, oponer a los GAM asimilados otro hacer, no profesional, ni experto, sino basado en nuestra experiencia militante, en las prácticas de la solidaridad de los de abajo, en los valores anticapitalistas y antipatriarcales que subviertan la lógica del interés y el cálculo. La apelación a los principios anticapitalistas no es un recurso retórico vacío, sino que enraíza con nuestra experiencia militante, con un hacer distinto que aúna el cuidado antipatriarcal y el cuestiona-miento crítico del capitalismo y su lógica destructiva de las relaciones comunitarias y los vínculos humanos. Oponemos al mercantilismo el valor práctico de lo común y el apoyo mutuo, no un saber pretendida mente técnico ya séptico en cuanto que profesional. Nuestra experiencia hace de esta afirmación algo vivo, no un recurso ideológico huero. Entendemos que para ello es necesaria la reflexión crítica y de ahí surgió la necesidad de los grupos de estudio para que nuestros corazones (nuestro cuidado y tejido vincular) marcharan alimentados por nuestras cabezas.

Por otra parte, correlativamente con estos GAM falseados, en plena ofensiva neoliberal dirigida por la Troika y aplicada por el estado español y sus autonomías, entendemos que debemos establecer alianzas con los sectores críticos de lxs trabajadorxs de la salud pública (y privada) para aunar esfuerzos en la lucha por la salud del pueblo, contra los recortes y por una “otra salud” que suponga la reconstrucción de los vínculos sociales desde el respeto a la autonomía, el cuestiona miento de la normalidad capitalista, verdaderamente patológica, y la autogestión horizontal (socialismo) como ese modo otro de estar en el mundo y convivir saludable. Estas complicidades, estas alianzas, nos sitúan en el contexto histórico de ofensiva neoliberal capitalista y nos evitan una autorreferencialidad que pudiera suponer encerrarnos en nuestros principios. Igualmente, creemos necesaria la escucha y la información de los movimientos e iniciativas que plantean las instituciones para poder dar alternativas, oponer otro hacer que desmonte en sus fundamentos la continua adaptación que el capitalismo lleva a cabo para asimilar y barrer las resistencias que se le oponen. Por ello siempre hemos participado, aunque seamos críticos, aunque nos opongamos, a las iniciativas de GAM de las instituciones, pero conviene que dejemos claro que tales iniciativas nunca han sido las nuestras, no es lo que hacemos y no pretendemos dar cobertura a su justificación, la intolerable justificación de una política que hace el juego a las multinacionales y promueve, además, la precariedad laboral y los recortes sanitarios.

Fernando Martínez-Pereda

Y firmado colecivamente por la Xarxa GAM de Grups de Suport Mutu per psiquiatrizadxs/
Red de Grupos de Apoyo Mutuo formada por personas psiquiatrizadas.

www.xarxagam.org / https://www.facebook.com/xarxagampsiquiatritzadxs/

 

 


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