Os facilitamos el perfil de una persona imaginaria que se utilizó para trabajar en un taller llamado Estrategias para hacer frente al dolor psíquico de una persona cercana, que tuvo lugar en el Local Anarquista Magdalena (Madrid) el 3 de Marzo del 2012.
La idea que se aplicó en el taller es realmente muy simple: se trata de imaginar una persona que podría ser cercana y que sufre psíquicamente, elaborar un perfil detallado —pero que no llegue a ser abrumador— y trabajar en grupos para tratar de afrontar dicha situación. En el caso de que se demandara más información por parte de los participantes, las personas que han convocado el taller se encargarían de facilitarla e incluso improvisarla sobre la marcha si fuera necesaria. Tras un tiempo consensuado con los participantes, se ponen en común las estrategias ideadas por los diferentes grupos.
Tras el perfil, os presentamos los principales temas que se debatieron y algunas conclusiones que pudieron alcanzarse en esta ocasión. Son apuntes tomados en el momento y con las intervenciones de numerosas personas, por lo que no esperéis la redacción y precisión de un artículo. Esperamos que os sean de interés y animamos a la gente a organizar talleres de este tipo: suponen relativamente poco esfuerzo y los resultados valen la pena (como veréis, son muchos los casos en los que el simple sentido común —habitualmente extraviado en la psiquiatría— se impone).
Perfil Ficticio para trabajar
Mujer 27 años. Participa en movimientos sociales, concretamente en un colectivo de barrio. Vive en una gran ciudad, Madrid, por ejemplo.
Tiene un trabajo precario en hostelería, es camarera de tarde-noche, los fines de semana trabaja hasta tarde. No tiene contrato, aunque ya lleva dos años. El entorno laboral (compañeros) no es excesivamente hostil. Los fines de semana no tiene horario fijo, las horas echadas dependen de la clientela.
Formación universitaria superior, es licenciada en antropología. No trabajar en su campo formativo no le crea demasiados problemas de conciencia, sus estudios no son vocacionales.
Comparte piso alquilando con dos amigos (hombres), con uno de ellos mantiene una sólida amistad, el otro es un «coleguilla». Más allá de ciertos roces de convivencia, hay un clima distendido.
Con la familia tiene una relación cordial aunque fría. Se mantienen las formas, pero no hay confianza ni muestras reales de afecto. No hay episodios traumáticos reseñables.
Hay una persona (hombre) con la que tiene una relación no formal. Se acuestan con frecuencia desde hace meses, pero no hay estabilidad ni lo que podríamos llamar amor para entendernos (confianza, trasmisión emocional, etc.).
Consumo de drogas esporádico (speed, mdma), en alguna fiesta, concierto… No consume porros. Sus colegas más cercanos/as son los del colectivo y ellos/as si se drogan con asiduidad. No bebe alcohol destilado, solo cerveza y vino, y nunca sola en casa ni trabajando.
La primera vez que se notó mal psicológicamente fue con 19 años, a los 23 tuvo una recaída que coincidió con la finalización de la carrera y en el momento actual tiene otra: 28 años.
Cuando le han dado crisis, le han dado benzodiacepinas (tranquilizantes) en el hospital, pero no ha llegado a estar nunca en tratamiento con psicofármacos. Tras la primera crisis fue a terapia en el servicio de Salud Mental público, pero no le convenció el terapeuta que le tocó (experimentó sensaciones negativas, se sintió escrutada, juzgada y etiquetada).
Los primeros síntomas físicos que tiene son ansiedad: hiperventila, le dan mareos y sensación intensa de agobio. Cuando se encuentra en este estado deja de ir a las asambleas porque estar con mucha gente le provoca presión. Siente vergüenza de hablar en grupo grande, lo que hace que no participe en los debates políticos en iguales condiciones que el resto. En el plano de las relaciones sociales, deja de ver a sus amigos/as porque piensa que les cae mal (entra en pensamientos autorreferenciales de los que no puede salir, en esos momentos tiene claro qué es lo que tiene el resto en sus cabezas). No puede montarse en el metro, donde experimenta altas cotas de ansiedad. En general, cada poco tiempo se suceden periodos de baja autoestima e inseguridades.
Se impone ritmos de militante sacrificada.
Cuando tiene sus “bajones” come cualquier cosa, no siente hambre y no le apetece cocinar. Duerme mal, no tiene horarios. Trata mal a la gente, especialmente a XXXX (su medio amante). Se queda en casa siempre que el trabajo se lo permite. En esos momentos solo se asea para ir a trabajar, y en el caso de librar varios días, deja de ducharse e intenta no salir de casa.
Su pensamiento interno más recurrente es: “los/as demás no quieren estar conmigo, no pinto nada aquí”
La semana pasada, por una cosa anodina (en una misma hora se le rompe la lavadora y se le cae el café sobre un libro prestado) tiene una crisis. Tras faltar a una reunión, dos personas cercanas se acercan a su casa, abre el compañero que no es su amigo y les dice que está muy susceptible, y que su comportamiento ha sido histérico (gritos, portazos…), ha roto cosas del baño y que ahora se encuentra en su cuarto llorando. Les dice que respira raro, como ahogándose. Llaman a su puerta, durante un rato no contesta, después les explica el incidente con la lavadora y el café. Ellos le dicen que no se ponga así, que eso es una tontería. Al irse no se quedan tranquilos, hablan con más amigos y ponen en común algunos comportamientos preocupantes que han apreciado en los últimos meses.
Estrategias para hacer frente al dolor psíquico de una persona cercana en base al perfil ficticio de X
EN EL MOMENTO DE LA CRISIS:
PARAR LA CRISIS
-Ayudarla a disminuir la ansiedad, por ejemplo, una tila.
-Remedio para la hiperventilación: beber un vaso de agua a pequeños sorbos, ejercicios para disminuir la respiración.
-Preguntarla si le sienta bien el contacto físico (un abrazo…)
-Coordinarse para llevarle tuppers de comida casera (para darle la alternativa a no comer o a comer “porquerías”)
TOMA DE DECISIONES
-Saber si quiere ayuda o no. Hasta qué punto respetar su autonomía si no quiere ayuda; por un lado hay quien intervendría en un momento dado, si se agrava la situación. Por otro lado se ve de estar cerca pero no intervenir si no quiere ayuda, (por ejemplo: su amigo que vive con ella u otra persona, decirle que va a estar en el salón, que si quiere algo se lo pida o si quiere hablar está ahí, estar cerca pero sin agobiar)
-Tratar el tema del curro, si necesita una baja o tiene que llamar al jefe.
-Usar los psicofármacos de forma estratégica, no arbitraria.
ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN AFECTIVA
-Cuando las dos personas cercanas a X se acercan y ven el percal se valora negativo el decirle que lo que le ha pasado es una tontería; se valora el pedirle disculpas.
-Intentar solucionar con X lo de la lavadora y el libro. El problema no es que se rompan las cosas, sino la desidia, la apatía y el estrés.
-Que la gente más cercana se acerque a X.
-Mostrarla que a sus amigxs le importan estando ahí para lo que necesite.
-Fomentar hablar de lo que le ha pasado o le está pasando pero también hablar o hacer otras cosas diferenciando espacios. Evitar basar las relaciones exclusivamente en el dolor psíquico.
-Las personas que le sienten especialmente mal podrían dejarla espacio en ese momento.
-Si está tratando mal a su gente permitir hasta cierto punto y poner límites; dejar claro que al resto le sienta mal que haga eso.
-Preguntarle si quiere que su familia se entere o si tienen conocimiento sobre lo que le ha pasado otras veces y si se sintió apoyada o no.
-No darle importancia al hecho de que rompa cosas en momentos críticos. No basarse en la conducta final, no juzgar ni culpabilizar. Ver que es algo más allá, más interno.
-Hacerle ver que tiene derecho a estar mal. Dejar espacio a estar mal.
EN ESTE MOMENTO SE CREA UN GRUPO DE APOYO A X:
-Proporcionar varias personas de apoyo posible para que nadie se agobie.
-Cuando se pueda, en un momento que esté sosegada, hablar con X. Toma de decisiones conjuntas entre ella y el grupo, consensuadas. Se respeta su autonomía personal pero se crean ciertas pautas de actuación que “debe respetar”
DESPUÉS DE LA CRISIS:
TOMA DE DECISIONES/PAUTAS DE ACTUACIÓN
-Consensuar cuando se encuentre bien cómo quiere que se aborde la situación para próximas crisis; hasta que punto quiere que se permita la autolesión, si quiere medicación o no, etc.
-Motivarle a dejar la militancia, el alcohol, las drogas y el trabajo durante un tiempo, con la finalidad de anular la actividad que le genera la ansiedad. Si relajamos todo eso, damos el espacio para conectar consigo misma y que luego pueda elegir, con qué, cómo y en qué medida va a continuar con estas cosas.
– Si es necesario pedir ayuda a un profesional. Costearlo si es necesario.
-Ayudarla a buscar un trabajo menos estresante, si no encuentra curro o la tiran del suyo, ayudarla económicamente.
-A largo plazo ver si hay otros curros posibles que no impliquen tanto desajuste horario.
– Hablar de la necesidad de hábitos de higiene, nutrición y ejercicio diario. Sale debate sobre si llevarle afectuosamente un tupper de comida sana, es bueno o perjudica a su autonomía, se decide llevarlo como alternativa en la nevera, a tener comida casera o comida “basura”
– Hablar de rutinas, salir a dar paseos, ir al cine. Puesto que parece que en estos momentos tiene fobia social, evitar conciertos y grandes aglomeraciones, mejor sitios tranquilos para que vaya cogiendo confianza.
– Salir a la calle con un objetivo siempre, ir de A a B y de B a A. Para que sienta que tiene un sitio al que ir y al que volver. Trabajar con ello la confianza.
– Posibles clases de danza, yoga, artes marciales, según sus preferencias.
ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN AFECTIVA
-A la larga intentar hablar el tema de las drogas pero sin dar lecciones, darle vueltas a cómo abordar el tema. Explicarle el efecto de cada droga o lo que pasa si mezcla drogas legales e ilegales.
-A la larga si siente tristeza invitarla a hacer cosas que le gusten.
-Intentar disipar sus pensamientos negativos sobre lo que la gente piensa, hacerle ver que su gente cercana está ahí si lo necesita. Transmitirla que más allá de los amigos cercanos hay gente del colectivo que pregunta por ella (devolverle su valor social).
– Mostrarle que su “seguridad” de que cae mal a la gente es sólo intuición, pero no es un dato objetivo.
-Tratar el tema y las causas de su dolor también cuando está bien.
-Ofrecerle planes de poca gente.
-Intentar dar un toque a la gente del colectivo para que hagan planes sin drogas si van a quedar con ella.
-El grupo de hablar del trato hacia X, no culpabilizar, ni quedarse con los “malos gestos” que tiene, van más allá, intentar empalizar con lo que está pasando, pero ponerle límites en lo que les hace sentir mal.
AUTONOMÍA PERSONAL
-Preguntarla qué cosas hizo para salir de las crisis anteriores.
-Buscarle un objetivo para salir a la calle.
-Ayudarla a hacer una lista de cosas que le sienten mal o bien e intentar que ella sola vaya buscando la solución. (Ayudar a que ella haga las cosas por sí misma.)
-Dividir problemas y tratar cada uno, de lo más sencillo o los de más difícil solución.
– La solución pasa por ella misma, no responder a las necesidades del entorno. Que se sienta ella y responda en consecuencia.
OTROS TEMAS A DEBATE:
Salieron otros temas a debate, por ejemplo:
1.- X nos pide que le vayamos a ver y que le subamos un litro de cerveza y unas patatas, ¿qué haríamos?
Algunas de las ideas fueron las siguientes:
Si fuera que sí:
– Subir una lata y no dos litros, puede ser un buen momento para charlar y que se abra.
– Decirle que si quiere una cerveza se duche se vista y se baje a la calle a echársela con la persona a la que se lo ha pedido. Así sale y se relaciona con el exterior.
Si fuera que no:
– Tener cuidado de cómo se le dice que no porque puede ser que se sienta juzgada por su situación anímica y que pierda confianza en esa persona.
– Si hay dudas sobre lo que hacer, preguntarle a alguien del grupo de apoyo, que puede que lo hayan consensuado.
– Poner excusas: “no llevaba dinero encima”.
2.- Que el grupo de apoyo tenga las llaves de la casa por si X no abre la puerta en días.
Hay dudas sobre lo que hacer, se determina que el grupo de apoyo debe hablarlo con ella y con el resto de personas que viven en esa casa. Si se decide que si, hablar de en qué caso usarlas porque puede invadir mucho su espacio.
3.- Una persona propone pagarle un viaje a algún lado, sólo de ida. La idea es animarla a que empiece una nueva vida y valore donde se encuentra mejor, lo que ha dejado atrás y tenga tiempo para pensar en ella.
– Muchas personas ven que es una idea descabellada. Parece que quien se lo regale, se quiere “quitar de encima a X”, puede hacer que su paranoia sobre que los/as demás no la quieren incremente.
– Tomar la decisión por ella de que viva en otro lado se ve desmedida.