Esquizofrenia 24×7

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metro cienciologia_primera localContribución recibida en nuestro correo…

Esperas en el andén, a la llegada del metro, echas una ojeada rápida a los carteles de publicidad: junto a aquel de la Iglesia Cienciológica el cual anima a conocerse a sí mismx –estrategia fundamental de toda secta destructiva: ofrecer respuestas estándar, milagrosas de desarrollo personal, ante la inquietud existencial individual- observas extrañadx ese que te aconseja acabar con tus prejuicios sobre la enfermedad mental, “Son personas poco sociables” indica el sesgo número 23. Y mientras piensas rápidamente que es la misma sociedad capitalista la que se encarga de marginar, discriminar a las personas bajo el criterio de alcanzar engranajes, fichas de consumo y producción; más desconcertadx aún te quedas cuando la página web a la que hacen referencia para mayor información, tiene el dominio Esquizofrenia24x7.com, todo un guiño a las relaciones de dominación y sumisión: veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Así, tan fácil, oye, como si los episodios psicóticos fuesen permanentes e indestructibles, una sombra maligna de la cual jamás te librarás, siempre acechándote.

De coletilla, bajo esas chiquillas donde dos de ellas besan la mejilla de una tercera –como si esa tercera necesitara protección y amparo, siendo incapaz de dar, solo de recibir, ese es el mayor prejuicios de todos, por cierto- aseguran que gracias a la ayuda profesional, tratamiento adecuado e integración, lxs enfermxs mentales pueden tener una vida normal. Ríes. ¿Qué es lo normal? ¿Respecto a qué o quién? ¿Quién dibuja la línea que separa lo normal de lo anormal? ¿Qué es lo anormal?

¿Cuál es el tratamiento adecuado? ¿El que te provoca rigidez muscular, temblores, diabetes? ¿El que te deja con la intranquilidad, nervio metido en vena o aquel que petrifica los músculos de tus articulaciones? ¿El que produce de por sí, alucinaciones auditivas? ¿Para qué o quién es idóneo?

¿Para el psicólogo conductual qué se sacó la carrera a base de chuletas y de fumar porros en las verdes praderas de la universidad? ¿Para el psiquiatra que apenas conoce el mundo de a pie y decide sobre tu sino con sólo hablarle cuarto de hora una vez al mes? ¿Para el integrador, trabajador social que bajo una inquietud altruista, inconscientemente mancillada por la moral judeocristiana, aspira en su labor a redimirte –en verdad absorberte, arrastrarte al mundo productivo, El Tinglado-? ¿Para tu familia, quien cree ciegamente en el veredicto de los especialistas? ¿Para ese que nunca lo ha consumido? ¿Qué tratamiento es el apto? ¿El mismo que han decidido esas personas colocar el cartel de falsa ayuda conjunto aquel que te anima a caer en una socio-adicción, la dependencia grupal, una secta, para sacarse unos duros? Sí, y en parte, porque son sólo una, de las tantas caras de quienes trafican con los cuerpos en donde se integran los espíritus. En este caso, la cara del fantástico y fabuloso mundo de la salud mental. Pero llegados a este punto, te preguntas, ¿Qué es la salud mental? ¿Qué es la enfermedad mental?

Ahí está, aparece en el metro, en el autobús, en las redes sociales, en tu correo: esquizofrenia 24×7, de la mano de la misma empresa que trapichea con el Risperdal, antipsicótico atípico, panacea, droga revelación: Janssen, esa farmacéutica que se cargó la existencia de cientos de personas, la hija de Johnson & Johnson, ¡Casualidad!, la misma que experimenta con animales. Mas sabes que en esta vida no existen casualidades, por ello no te sorprende que esta campaña que rula por todo el Estado Español, sea avalada por la FEAFES, SEPB, y CiberSam, entre otros.

Esquizofrenia 24×7, una web donde lo primero que te solicita es tu opinión cuestionando si tomas o no todos los días la medicación; así, como si el vecino de enfrente en el rellano te preguntara que qué tal cagas. Una página donde te ofrecen descargar un diario para que apuntes cómo te afecta la medicación  en tu vida, no cómo resolver las escenas de conflicto en tu vida: situación, qué piensas, qué sientes, qué haces, cómo concluye… Todo un estudio, ¿científico?, que en el fondo sólo te aboca a tener más miedo, ya sabes: toda una serie de precauciones y prohibiciones que instigan más tensión aún al no cumplirlas, porque no hay mayor miedo, angustia, pánico que volver a recaer, y es que ese mismo terror a volver a recaer te lo advirtieron ellos, no tú, el día que te dijeron que tu cabeza era una bomba de relojería. Pero estás de vuelta con esto y te preguntas cuántos más lo estarán: la medicación es una mentira, la medicación misma es la que te provoca la recaída si no la consumes, porque engancha y tiene su propio mono, por ello ansían que te la tragues, que te james sus pastillas de por vida… 24X7, veinticuatro horas al día drogado, los siete días de la semana, drogado. Este es el sueño de cualquier camello para forrarse y las farmacéuticas son los narcotraficantes del Sistema. Y da igual si te comes o no sus putas rulas, ya se encargan ellos de pincharte cada mes o quince días asegurando que es más fácil y cómodo para ti ¿Cómodo para quién? Cómodo para ellos porque tienen clientes asegurados a costa de tu salud.

Esquizofrenia 24×7… Guías, manuales, vídeos corporativos, pero escaso trabajo para quitar prejuicios, es más, apenas se tratan los mismos en profundidad para desmitificarlos en su integridad pero, ¿En serio esperabas esto? ¿De verdad creías que el mismo Tinglado que te ha estigmatizado quiere ahora quitarte el sambenito? Desde luego que no, y mucho menos con esta crisis cíclica propia del Capitalismo, sabes que toda esta pantomima es uno de los múltiples lavados de cara para esconder la mierda bajo la alfombra, su mierda, que no la tuya, por mucho que quieran endosártela, aunque esto, claro, lo calificará el especialista de proyección. Y lo que es peor aún: buscan carne fresca, porque igual que un antipsicótico puede servir para la ansiedad, que para la depresión, como para el Trastorno de Atención con Hiperactividad, también es apto para los trastornos de conducta alimentaria. De lo contrario, ¿qué es la publicidad si no una comunicación en busca del incremento de determinado consumo?

 Y es entonces en este momento y no en otro, cuando te das cuenta que el Tinglado ha dado un paso más en la batalla para presionarte a ingerir sus drogas: no, la coacción ya no se encuentra sólo en urgencias o en la planta de psiquiatría con cámaras en tu habitación y ventanas enrejadas; la imposición ya no sólo se halla presente detrás de las de gafas de pasta del médico inquisidor o en el uniforme de los auxiliares que te abren la puerta del baño mientras te estás duchando; la obligación, la persuasión, la instigación a consumir psicofármacos ya no sólo está bajo el desconocimiento e ingenuidad de tu familia y amigos, en las murmuraciones de barrio; ahora también reside ahí, en el metro, en el autobús, en una jodida campaña de marketing bajo la falacia de querer eliminar estereotipos. ¡Y lo hacen por tu bien! ¡Lo hacen porque saben lo que es bueno para ti! ¡Ellos son los especialistas!. De ninguna manera, porque sabes que aquí el único experto que hay en la materia eres tú, porque lo vives en tus propias carnes, no ellos.

En el Madrid is fun de Annie Bottle

A diez días del Solsticio de Invierno del 2013.


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