Contra el extractivismo académico

A lxs activistas y militantes de colectivos en primera persona del estado español:

Ante el incremento de demandas por parte de departamentos universitarios e instituciones de investigación para estudiar nuestros espacios (las personas con problemáticas de salud mental somos parte de los nuevos sujetos exóticos de las ciencias sociales) y el hecho de que las investigaciones llevadas a cabo no siempre cumplen con unos criterios éticos mínimos, queremos habilitar nuestro contacto para compartir los conocimientos que hemos ido acumulando en los últimos tiempos a partir de nuestra propia fricción con la academia (en concreto con el Departamento de Antropología Social y y la Escuela Internacional de Posgrado de la Universidad de Granada).

Si habéis formado parte de algún trabajo académico de manera voluntaria o involuntaria (sí, esto pasa, de hecho es lo que nos ha pasado) y queréis asesoraros sobre si se pueden haber vulnerado aspectos legales o éticos y las medidas que tomar al respecto, os animamos a escribirnos: psiquiatrizadxsenlucha@gmail.com

Nuestros recursos son limitados, pero contamos una espléndida red informal de apoyo mutuo llena de gente generosa que comparte lo que sabe, así como de una pequeña dotación económica destinada a realizar consultas legales a abogadxs y realizar requerimientos.

El extractivismo académico se produce cuando desde la universidad viene gente a hurgar en nuestras vidas y proyectos con la intención de llevar a cabo una producción académica que únicamente les beneficia a ellxs. Se trata de una manera de investigar que parte siempre de un grado de cosificación y acarrea unas determinadas prácticas que en el mejor de los casos son éticamente condenables y en el peor generan daño a los objetos de estudio. Se trata de una forma más de usurpar nuestra voz, atacar frontalmente nuestra autonomía e inferiorizarnos socialmente.

Hay trabajos académicos que generan conocimientos útiles y que se llevan a cabo de manera respetuosa, pero lo que hemos descubierto es que la institución académica carece de mecanismos para distinguirlos de las prácticas extractivistas. Todo lo que se produce en sus confines es defendido por igual. Nuestra experiencia con el Comité Ético de la Universidad de Granada ha sido desalentadora, cero interés por el posible daño causado y la posibilidad de establecer garantías de no repetición. Por la tanto, no hay espacios a los que acudir dentro de la propia institución en busca de amparo: una vez que has sido consideradx un objeto de estudio, ese estatus no se abandona fácilmente.

Lo de ser tratados como sujetos inferiores que pueden ser estudiados, pero a los que no hay que rendir ningún tipo de cuentas no nos es ajeno. Hemos afrontado ese tipo de indefensión desde que nos diagnosticaron por primera vez en una consulta psiquiátrica.

No creemos en el punitivismo y tampoco toleramos la impunidad. Queda mucho por hacer.

Un abrazo.

Estos son algunos ejemplos de situaciones que pueden llegar a darse en una investigación académica y que vulneran nuestros derechos y dignidad:

– Ser estudiados sin nuestro consentimiento.

– Utilizar un consentimiento informado inicial como patente de corso para que cualquier interacción y comunicación sea susceptible de formar parte de la investigación.

– No ser informadxs de manera minuciosa y accesible del objetivo de la investigación, la metodología empleada y las diferentes fases de la misma.

– Emplear comunicaciones privadas para elaborar contenidos académicos.

– Reproducir las palabras de las personas que son investigadas sin que estas tengan acceso a las mismas antes de la publicación del trabajo.

– Incorporar en los tribunales de evaluación a profesionales de salud mental que tengan poder sobre los sujetos investigados.

– Reproducir información privada que pueda agravar la vulnerabilidad de las personas.

– Revelar datos médicos.

– Excusarse en el anonimato para explotar la intimidad de las personas (en colectivos reducidos y territorios acotados, el anonimato puede llegar a ser completamente irrelevante).

– Extraer y apropiarse de ideas y planeamientos originales de las personas investigadas con el objeto de hacer crecer la producción teórica.

– Usar la asimetría de poder (capital cultural y social, clase…) para obtener información.

– Investigar a personas vulnerables que no están en condiciones de entender y consentir la naturaleza propia de la investigación.


Publicado a fecha de

en