Reproducimos la respuesta que dio el cantante y compositor Nick Cave a una pregunta realizada en The red hand files (una curiosa web donde Cave responde a cuestiones que le plantean sus seguidores). Esta trataba sobre el duelo y la posibilidad de que el músico y su pareja puedan comunicarse con su hijo fallecido; quien perdió la vida en 2015, a los 15 años de edad, cuando cayó de un acantilado en Ovingdean, cerca de Brighton (Reino Unido), un hecho que ha influenciado notablemente los trabajos posteriores de Nick Cave.
Aprovechamos la oportunidad para recomendar una vez más la lectura de Más allá de las creencias, un pequeño libro de libre acceso donde se reflexiona —entre otras cosas— sobre cómo acompañar a personas con «creencias inusuales» desde un lugar respetuoso que contribuya a minimizar el sufrimiento.
He vivido la muerte de mi padre, de mi hermana y de mi primer amor en los últimos años y siento que tengo cierta comunicación con ellos, sobre todo a través de los sueños», había escrito Cynthia. «¿Susie y tú sentís que vuestro hijo Arthur está con vosotros y se comunica de alguna manera?».
«Es una pregunta muy hermosa y agradezco que la hayas formulado», respondió Cave a Cynthia. «Me parece que si amamos, hacemos duelos. Ese es el trato. Ese es el pacto. El dolor y el amor están siempre entrelazados. El dolor es el terrible recordatorio de la profundidad de nuestro amor y, al igual que sucede con el amor, el dolor no es negociable. Hay una inmensidad en el dolor que desborda nuestros minúsculos seres. Somos pequeños y temblorosos racimos de átomos subsumidos en la sobrecogedora presencia del dolor. Ocupa el núcleo de nuestro ser y se extiende a través de nuestros dedos hasta los límites del universo. Dentro de ese torbellino existen toda clase de locuras; fantasmas y espíritus y visitas oníricas, y todo aquello que nosotros, en nuestra angustia, hacemos que exista. Son regalos preciosos, tan válidos y reales como necesitemos que sean. Son los guías espirituales que nos sacan de la oscuridad».