Es falso que la felicidad signifique una vida sin problemas. La vida feliz implica superar las dificultades, los desafíos, controlar los retos del destino. Es exactamente esta alegría de luchar contra los problemas, de enfrentarse a ellos y superarlos lo que se pierde cuando el confort crece.
Tienes de todo. Tienes suficientes provisiones para mantenerte lejos del hambre, la miseria y la pobreza. Pero hay una cosa que no tienes, una cosa que el Estado o las políticas dirigidas desde arriba no pueden proporcionar: el estar con otras personas, ser uno en compañía. Eso lo tienes que conseguir por tu cuenta.
Las personas, cada vez más independientes1 y privadas de las habilidades de socialización, están perdiendo su capacidad para negociar la convivencia con sus iguales. El proceso de negociar y renegociar, volver a discutir, volver a aceptar, recrear… es muy agotador, requiere mucho esfuerzo, mucha atención. Y el aislamiento te quita la capacidad de hacer precisamente eso.
Ahora estamos dividiendo nuestras vidas entre dos mundos diferentes: online y offline. Conectando y desconectando. La vida online está en gran medida libre de riesgos. Los riesgos de la vida. Es tan fácil hacer amigos de Internet, de la red. Nunca estás realmente sintiendo tu soledad. Si no te gustan las actitudes representadas por otros usuarios simplemente dejas de comunicarte con ellos. Cuando no estás conectado lo que inevitablemente ves es la realidad de la diversidad de la raza humana. Las personas son diversas: transeúntes, extraños… Tendrás que enfrentarte a la necesidad de dialogar, de entablar una conversación. Tienes que enfrentar el hecho de que las personas son diferentes y hay muchas maneras de ser humano. Cuando se inicia un diálogo nunca se sabe cómo va a terminar. Tal vez, en lugar de demostrar que eres sabio y todos los demás son estúpidos se demostrará que otros son sabios y tú eres el estúpido.
La independencia te quita la capacidad de hacer precisamente eso. Cuando más independiente seas, menos serás capaz de detener tu independencia y reemplazarla por una agradable interdependencia. Así que al final de la independencia no está la felicidad, sino un vacío, una pérdida de sentido vital y un aburrimiento inimaginable.
1. El término «independencia» en este contexto hace referencia a la vida desarrollada con una necesidad mínima de dependencia e interrelación con otras personas.
Texto adaptado (y aparecido originalmente en la revista Ekintza Zuzena) de la entrevista con Zygmund Bauman en el documental La teoría sueca del amor. El triunfo del estado de bienestar, de Erik Gandini, 2015. En él, el director explora el estilo de vida sueco con sentido del humor, reflexionando sobre como una vida segura y fácil puede convertirse en una existencia vacía y solitaria.