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Aquí, la fuente original.
Emily Knoll cuenta las prácticas terapéuticas que le han ayudado a adaptarse a escuchar voces
Tras una operación de columna y al sentir que estaba cayendo a un abismo con el doctorado, comencé a escuchar voces inquietantes procedentes de fuera de mi cabeza. Como me daba vergüenza lo que decían las voces, no se lo dije a nadie. Creía también que si se lo contaba al médico, me mandaría a un hospital psiquiátrico. Así que, en vez de buscar ayuda, abandoné la universidad.
Dos años más tarde experimenté lo que ahora asocio con un brote psicótico. A veces notaba que dos hombres y una mujer despreciable estaban realmente en mi cuarto. Yo contenía la respiración y escuchaba.
“Emily está esperando que desaparezcamos” – decía la mujer de forma cruel.
“No nos vamos a marchar” – contestaba el hombre de la voz quebrada.
Comenzaba a jugar con sus palabras en mi cabeza, preguntándome qué quería decir lo que estaban hablando. ¿Se marcharían? No tenía ni idea.
La medicación no es la respuesta.
Pasaron varios meses antes de que acudiera a un hospital psiquiátrico, donde fui diagnosticada con trastorno esquizoafectivo. Este diagnóstico destrozó la escasa confianza que tenía en mí misma, ya que empecé a verme como un conjunto de síntomas.
Pasé por tres ingresos en un pabellón psiquiátrico abarrotado. A pesar de tomar antipsicóticos para reprimir las voces, las seguía escuchando. No se lo conté a nadie porque me daba vergüenza. Sin embargo, escuchar voces me volvió introvertida y distraída. Este comportamiento pudo ser una pista para los facultativos de que seguía escuchando voces.
Cambiando mi relación con las voces
Algún tiempo después, una médica de atención primaria me preguntó si escuchaba voces, lo cual era cierto. Me dirigió a una psiquiatra respetuosa que me preguntó qué decían las voces. Le contesté que me decían cosas crueles y le expliqué que la medicación había fracasado anteriormente en detenerlas. Ella me indicó que era posible vivir hasta cierto punto escuchando voces. Era la primera vez que me lo decían y me pareció útil.
Fui a terapia con un psicólogo psicodinámico que me explicó que a pesar de que las voces suenen separadas, es importante reconocer que son una parte de mí: mi parte fundamental. También me ayudó a darme cuenta de que podía establecer algunas medidas de control.
Aprendiendo estrategias para sobrellevarlas
Continúe yendo a terapia durante siete años. Únicamente quería tomar poca medicación y solo durante las épocas de estrés, en parte porque no eliminaban las voces y también porque no me gustaban sus efectos secundarios, como el aumento de peso.
Me encantaba aprender estrategias para sobrellevar estas voces inquietantes. Mi psicólogo me animó a responderles. A veces les preguntaba y otras les mandaba “A callar”. Aprendí a fijar límites y las ignoraba cuando estaba estudiando. Me di cuenta de que cuando dejé de tenerles miedo, se volvieron menos críticas. En ocasiones, las voces cesaban completamente durante horas o días. El estrés también podía desencadenar que escuchara voces, así que aprendí formas de disminuirlo, como practicar mindfulness.
Finalmente, obtuve por la universidad un doctorado que investiga los aspectos emocionales de la experiencia de escuchar voces en la población adulta inglesa. Mi experiencia con la psicosis me ha servido para escribir unas memorias tituladas Las voces de Emily.
Qué necesitas saber
Los demás pueden avergonzarse de admitir que escuchan voces, así que puede ser conveniente preguntarles sobre ellas directamente.
Los antipsicóticos no siempre son eficaces para eliminar las voces, aunque pueden ayudar a plantearse que se puede vivir con las voces.
Es conveniente explicar que las personas que escuchan voces pueden recuperarse con éxito, así como tener una carrera profesional y una familia. Esto ayuda a combatir tanto el estigma como la vergüenza.
Educación práctica
¿Has oído a un paciente contar que ha escuchado voces anteriormente? ¿Ofrece este artículo una nueva perspectiva sobre cómo puede sentirse?
¿Qué preguntas u exámenes utilizas para identificar a los pacientes que podrían escuchar voces? ¿Proporciona este artículo ideas para abordar este tema?
¿Cómo se puede reducir el malestar o el estigma a la hora de hablar de las voces?
¿Has hablado con pacientes sobre cómo controlar las voces? ¿Aporta este artículo ideas?
Más información
Escuchando voces (www.hearingthevoice.org): Gran investigación interdisciplinar con sede en la Universidad de Durham.
Emily ha escrito una biografía sobre su experiencia escuchando voces y en los servicios de salud mental que está disponible en www.amazon.com/EMILYS-VOICES-Emily-Knoll/dp/1999863801
Notas al pie de página
Conflictos de intereses: He leído y acepto la política de BMJ sobre conflictos de intereses y declaro los siguientes: ninguno.
Emily Knoll es un seudónimo.