Cada cierto tiempo (cada vez más espaciado entre sí, todo hay que decirlo) alguien nos pregunta por Nueva Psiquiatría, asociación del doctor Javier Álvarez que defiende la hipótesis hiperia para explicar una parte de lo que no nosotros venimos a llamar «sufrimiento psíquico» (busquen en la Red sobre la organización y sus bases teóricas, preferimos no enlazar).
Sin entrar en grandes disquisiciones ni perder horas que esperan pacientemente ser dedicadas en otros aspectos de la lucha dentro del campo de la salud mental, en Primera Vocal somos anticapitalistas y libertarios, por lo que no nos interesa ninguna forma de organización que gravite sobre el único polo del personalismo de su fundador e ideólogo. Luchamos por otra cosa. Una vida en común donde los días duelan menos y las sonrisas venguen el dolor causado por los diagnósticos psiquiátricos. Por tanto, no queremos otra nueva rotulación (no somos «hipéricos»), ni tampoco la soledad que siempre fermenta a la sombra de los líderes y gurús.
Podríamos extendernos, pero hemos prometido de soslayo que no lo haremos. No nos detendremos en el desprecio con el que este nuevo psiquiatra ha tratado a personas que conocemos. La nueva psiquiatría con sus viejas tácticas de siempre. No vamos a dedicar una línea más al nuevo traje de la vieja tirana… Es solo eso, un traje con vocación de harapos anidando en sus costuras.
Os dejamos con un post del blog ¿Esquizoqué? sobre Nueva Psiquiatría, un texto mucho más lúcido (y lleno de humor, lo cual tiene su mérito) que lo que podamos escribir nosotros.
Nos ha salido un nuevo paradigma, oigan. Así de repente. Ni Kuhn, ni Teoría Crítica ni ná de ná…
(Eso son cosas de los psicólogos sociales y antipsiquiatras del pasado, empeñados en que si causas sociales, que si denuncia de la desigualdad que provoca sufrimiento psíquico, que si empoderamiento y derechos civiles para las personas diagnosticadas….bah, naderías comparadas con la Verdadera Hipótesis de la Hiperia)
El pack a la venta, reconozcámoslo, es bueno si no se mira muy por lo menudo. Es mejor aún si eres un familiar desesperado por tanta pastilla y no te atreves a enviar a empoderar a tu hijo a un grupo de apoyo mutuo, que en estos tiempos, ya se sabe, hay demasiada igualdad, y ahora lxs locxs también queremos ser iguales entre nosotrxs, y con respecto a los demás. (Nada, nada, donde esté la bata blanca….) Pero esto es aún mejor, porque la igualdad está totalmente superada, yo me voy a tomar un gin tonic para celebrarlo, y ahora lo que se nos ofrece es la Superioridad Hipérica. Resulta que genéticamente (todo en modo fantasía, digo hipotético, pero tú promete que algo queda) descendemos directamente de los delirios poéticos de Santa Teresa y cía, en línea directa con la divinidad, especialmente elegidxs para conectarnos con fuerzas superiores. Esto, cuando una persona está brotada, pone mucho. La autorreferencialidad es pródiga en fantasías megalomaníacas, siempre como sustituto de la insoportable invisibilidad en esa realidad compartida con, de nuevo reconozcámoslo, un mundo hostil para las personas fuera de sitio en el mundo de la Razón (la misma que, a finales del siglo XVIII, decapitó a Olimpia de Gougues por emocionarse demasiado con la igualdad, ay, la igualdad…)
Ahora bien, aprovecharse de esa sed de transcendencia de las personas perdidas es de todo menos bonito. Fundar una Fundación con ese fin, por mucha bata blanca que se ostente, es más que sospechoso. Denominarse Movimiento de no sé qué, es una falta de respeto a la lucha de las personas diagnosticadas. Y autoerigirse en máximo liberador de diagnósticos a costa de ponerte uno nuevo, el de Hipéricx, no es que sea feo, es que es incoherente con los principios más básicos de la semántica.
Hace un tiempo, yo misma me interesé por este señor que funda Fundaciones: el barniz levemente político de su reivindicación de las ideas antipsiquiátricas de los años 70 me hizo ponerme en contacto con él, hacerle llegar la dirección de este blog y mantener una breve conversación vía email. En este breve intercambio de correos, se limitó a decirme que lo mío era literatura, lo suyo Ciencia. Así que su barniz político era eso, mero barniz, y de fácil descascarillamiento además.
Bienvenidxs a la ciencia….
Bienvenidxs a la fundación de la nueva era psiquiátrica….
Bienvenidxs los pobres de espíritu, porque ellos encontrarán la superioridad hipérica…
Las personas activistas podemos descansar, que esto de reivindicar derechos, denunciar electroschock y contenciones mecánicas es muy cansado y ya no es necesario ni trascendente. Si lo fuera o fuese, la Fundación estaría en primera línea, como lo está en todo. Y como en estas lides el Movimiento ese ni está ni se le espera, será que los que no creemos en la superioridad de nadie sobre nadie no entendemos de Ciencia. (Santa Teresa Santa Teresa, que me quede como estoy, especial y superior).
Por extrañas razones que nadie entiende, el tema de la superioridad me pone muy nerviosa.