Understanding Paranoia (Comprendiendo la paranoia)

Traducción de un texto inglés sobre las estrategias de aproximación al fenómeno de la paranoia y la necesidad de comprenderlo para afrontar el dolor psíquico que acarrea.

Los autores son Peter Bullimore y Tori Reeve.

Understanding Paranoia

Peter Bullimore & Tori Reeve

La pareja del piso de al lado me está escuchando, lo sé. Ayer vi a la mujer por la calle y miró hacia otro lado”.

El cartero lee mi correspondencia. Una de las cartas que recibí la semana pasada no estaba cerrada del todo. Conoce todos mis secretos”.

Mi hijo se está comportando de una manera muy extraña, sospecha que todo el mundo trama algo contra él. Yo no me atrevo a hablar sobre ello cuando está en casa por si me oye. Me estoy volviendo paranoico sobre su paranoia”.

¿Qué es “paranoia”?

La palabra “paranoia” fue acuñada por Hipócrates – nacido alrededor del año 460 antes de Cristo en la isla griega de Kos -, persona a la que comúnmente se le denomina el fundador de la Medicina.

Hipócrates utilizó la palabra “paranoia” para referirse a las experiencias vividas por personas cuando su temperatura corporal era muy elevada.

Este término es el producto de juntar las palabras griegas para referirse a “afuera” (Para) y “mente” (Nous) y significa “encontrarse fuera de la propia mente”.

Una paranoia extrema puede ser uno de los síntomas que lleven a que una persona sea diagnosticada como esquizofrénica. Una persona que sufre esquizofrenia paranoica, además de ser muy paranoica, escuchará voces comentando su comportamiento, ecos de pensamientos que dan órdenes. La paranoia es una condición muy aislante, pues la persona que la sufra piensa que no puede contar con nadie. Quienes la sufren se sienten enfadadas, presas del miedo y el sentimiento de culpabilidad, sospechan de todo el mundo, tienen deseos de venganza y se sienten vacías y aisladas.

La paranoia es una mezcla de sentimientos y pensamientos dirigidos más hacia el futuro que hacia el pasado. Por tanto, las personas paranoicas pueden encontrarse constantemente tratando de anticiparse a los acontecimientos y tratar de descubrir los motivos ocultos de sus “adversarios”, ya que temen que en cualquier momento pueden sufrir algún tipo de ataque violento o traición.

¿Quién tiene más posibilidades de sufrir paranoia?

Esta condición tiende a ser más frecuente en ciudades y áreas urbanas que en las zonas rurales. Sin embargo, su incidencia es difícil de valorar, ya que algunas formas de paranoia pueden manifestarse en más de 80 condiciones médicas distintas. Por ejemplo, algunas personas se pueden volver paranoicas como resultado de su envejecimiento o por una depresión – al sentir que se han convertido en una carga – e incluso como resultado del desarrollo de una sordera parcial – la cual puede llevar a pensar que sus amigos y familiares susurran con la intención de encubrir algo. Un 32% de personas de avanzada edad ingresadas en geriátricos están diagnosticadas con algún tipo de paranoia.

¿Existen diferentes tipos de paranoia?

Sí, los hay. Sentimientos de amenaza y expectativas de ser traicionado pueden adoptar diferentes formas. Algunas personas desarrollan celos paranoicos, otros sienten que sus pensamientos y actos están siendo controlados y monitorizados; otros piensan que su vida corre peligro – que su comida y su bebida han sido envenenados.

Cuando una persona lleva experimentando una paranoia durante un largo periodo de tiempo, quizás desde su adolescencia, a veces se le diagnostica con un trastorno de personalidad paranoico. En tales casos, esta persona tiene poca o ninguna capacidad para ser consciente de su situación (un problema muy común de la paranoia) y nunca buscará un tratamiento. Una persona que funciona muy bien en el día a día puede desarrollar una idea dominante de carácter paranoico de gran complejidad que le enfrente al mundo que le rodea. A esto a veces se le llama un desorden delirante o paranoico. Personas con este tipo de desórdenes no suelen sufrir otros síntomas como puede ser el de oír voces.

Investigaciones recientes sugieren que algunos sufridores de este desorden sienten que la paranoia está asociada a su “maldad” como persona, mientras que otros se sienten tratados injustamente por sus perseguidores imaginarios y reciben una hostilidad que no se merecen. Estos dos tipos de casos se conocen como la “paranoia yo-malo” y la “paranoia pobre-de-mí”.

¿Qué causa la paranoia?

Factores genéticos:

Puesto que la paranoia es una compleja mezcla de pensamientos y sentimientos, es poco probable que exista una causa única que la origine. Es posible que la influencia de nuestros genes – edificios biológicos que heredamos de nuestros padres – nos conviertan en seres más vulnerables o con una predisposición a sufrir paranoia. Pero los genes no son quienes la causan.

Influencias de la infancia:

Las experiencias vividas durante la infancia pueden jugar un papel para algunas personas. El que a un niño se le críe haciéndole creer que el mundo es un lugar extremadamente inseguro y que las personas son horribles ayuda a moldear su personalidad de una determinada manera.

Contexto social:

La paranoia no siempre está localizada en el interior de la cabeza; puede ser una respuesta al mundo que nos rodea. Los pensamientos de una persona, por raros que nos parezcan, pueden ser una reacción al estrés o a experiencias traumáticas.

Los efectos de las drogas:

La paranoia puede tener orígenes físicos y químicos. Al igual que pueden causar enfermedades como la demencia, drogas como el LSD y las anfetaminas tienen la capacidad de originar estados mentales paranoicos. Algunos de los esteroides que usan los atletas, así como el olor de la gasolina, de insecticidas y de la pintura se asocian a la paranoia, ya sea permanente o episódica.

Comprendiendo el miedo:

Cuando observamos a la paranoia y otras experiencias como la ansiedad, el oír voces y los ataques de pánico, nos damos cuenta de que están conducidos por el miedo. Ayudar a una persona a entender las causas de su miedo a menudo ayuda a aliviar el impacto que pueda tener en sus vidas.

No aceptes resignadamente tus pensamientos de sospecha, cuestiónalos

Reta a tus pensamientos mediante pruebas a favor y en contra de ellos

¿Hay algo que pueda sugerir que tus pensamientos paranoicos se equivocan?

¿Qué le diría yo a un amigo que acudiera a mí con el mismo problema?

¿Existen explicaciones alternativas que puedan explicar lo que aparentemente ha tenido lugar?

¿Si me estuviera sintiendo más feliz seguiría pensando de la misma manera?

¿Están interfiriendo mis experiencias pasadas con mi forma de ver (con claridad) la situación presente?

Posibles desencadenantes de la paranoia:

– Un incremento de responsabilidad.

– Demasiada presión.

– Falta de sueño.

– Miedo al fracaso.

– La falta de capacidad para decir “no”.

– Alcohol.

– Desconocidos.

– Fobias.

– Personas con autoridad.

– Personas gritando.

– Coincidencias.

– Transporte público.

– Determinadas fechas o determinadas tardes.

Si una persona logra identificar aquello que desencadenó su paranoia, es importante que actúe para prevenir que ésta aumente.

Los primeros indicios del comienzo de una paranoia pueden ser:

– Pensamientos fugaces.

– “Ver” cosas.

– Un incremento en las voces que se oyen o en su negatividad.

– No encontrar tiempo para comer.

– No seguir un patrón de sueño.

– Un incremento de aislamiento.

– Beber más alcohol.

– Consumir más drogas legales y/o ilegales.

– Pasar más tiempo rodeado de gente.

Cuando aparecen varios indicios corta por lo sano y busca consejo y ayuda.

¿Qué pueden hacer amigos y familiares?

Factores controlables:

Si una persona oye voces, ayúdale a que sea él quien pueda controlarlas y que no sean ellas quienes le controlan a él, ya que podrían estar reforzando su paranoia.

Prevé las dificultades:

Trata de anticiparte  los problemas en vez de esperar a que éstos ocurran. Por ejemplo: ¿se acerca algún acontecimiento estresante? ¿es una cierta época del año?

No busques la confrontación:

Decirle a una persona que está diciendo tonterías nunca es efectivo, pues daña su autoestima y se crea la apariencia de que no te importa lo que le está sucediendo.

Permítele mantener su independencia:

Evita la sobreprotección y la sobreinvolucración. Deja que tenga espacio para vivir su vida y muéstrale amor y respeto.

Compartir creencias:

Es aceptable decirle a una persona que no compartes sus creencias, pero que deseas saber lo que significan para ella. Esto te ayudará entender en qué punto se encuentra esta persona en su vida. También le ayudará a esa persona a poder encontrarle algo de sentido a su desconcertante realidad.

Evita la negatividad:

Las personas que sufren paranoia a menudo son inteligentes, sensibles y perfeccionistas. También pueden ser personas con una gran imaginación. En ocasiones la paranoia puede deberse a un uso poco afortunado de su imaginación. Intenta ver más allá de su paranoia y trata de identificar sus cualidades al margen de ella.

Paranoia como la percepción de una realidad alternativa:

Dentro de este tipo, una creencia paranoica puede ser considerada por quien la tiene como una forma legítima de ver el mundo.

También puede verse como el resultado de haber mejorado su propia percepción o haber mejorado su sensibilidad a las reacciones de otros como parte de una variación de la experiencia humana (como escuchar voces).

El sujeto querrá que se le deje en paz o, en su defecto, querrá tejer una red con otras personas que acepten sus ideas (aunque no las compartan necesariamente) y que le permitan explorar en un ambiente libre de juicios.

¿Qué son los grupos terapéuticos?

Los grupos terapéuticos consisten en reuniones a las que acuden personas que han experimentado algún tipo de paranoia o creencias extrañas sin tener que llevar puesta una máscara, pudiendo hablar libremente con otras personas que hayan sufrido una experiencia similar. Estas reuniones ayudan a reducir el aislamiento al que se someten las personas tras tener un episodio paranoico. Crean un ambiente de apoyo y ayuda en el que la gente puede compartir sus temores, preocupaciones y sus formas de hacer frente a su paranoia o creencias inusuales. En estas reuniones puedes ver tanto experiencias y creencias muy diferentes como muy similares entre sí.

Estas reuniones permiten recibir apoyo, pero también dan a las personas que acuden a ellas las herramientas necesarias como para brindárselo a otros.

No tienes por qué estar solo con tu paranoia o tus creencias inusuales

La paranoia se puede manifestar de distintas formas: “delirios”, “creencias inusuales”, “percibir una realidad alternativa”, “sensibilidad aumentada” o una respuesta a un trauma del pasado.

Cada una de estas aproximaciones está basada en unas determinadas presunciones.

Estas presunciones nos influirán a la hora de interactuar con personas que experimentan algún tipo de paranoia (ejemplo: qué pensamos que es la causa y cuál es la mejor forma de tratar con ella).

Es importante tener una serie de formas de abordarla en mente — la Paranoia Network (fundada en una conferencia en Manchester en 2004) se acogió y expandió la filosofía HVN (Hearing Voices Network) sobre la importancia de tener un amplio abanico de pareceres, un “festival de explicaciones”.


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