Seminario Antipsiquiatría, de Carlos Pérez Soto (I)

Vamos a presentar en tres entregas este seminario que tuvo lugar en la universidad de Santiago de Chile.

Avisamos que la trascripción hace que el estilo sea algo farragoso de leer.

Sesión 1. Martes 16 de agosto del 2011

[La sala está llena, más de 100 personas repletan el lugar entre personas sentadas en las sillas y en el piso. En el pasillo, afuera de la sala, más 20 personas no pueden entrar y se sientan afuera intentando escuchar al profesor. Se produce una interrupción en base a esta situación, alcanzamos a entrar a la sala y poner la grabadora en la mesa. Por estos motivos la presentación inicial del curso no aparece en la siguiente transcripción]

Lo que voy a hacer es un argumento académico, un argumento medio engorroso, que voy a ir siguiendo con cierto cuidado. Y claro, a la hora de decir «no más pastillas» todos estamos de acuerdo, pero a la hora de argumentar no a todos nos alcanza la paciencia. De todas maneras, mientras se siga llenando [la sala] vamos a traer un stock de pastillas antidepresivas o anticlaustrofóbicas, algo así [risas]. En primer lugar, es necesario levantar un argumento médico, en segundo lugar, vamos a argumentar en el plano de la neurología, en tercer lugar, voy a argumentar en el plano de la psiquiatría y a partir de esas premisas voy a argumentar el problema teórico de fondo.

Noten que el argumento que quiero construir no parte de la industria farmacéutica o del problema político que de que seamos administrados de esa manera. Lo que quiero hacer es un argumento relativamente objetivo, que tenga consecuencias políticas, no, como se suele hacer, un argumento primariamente político. Espero que después de todas las cosas que digamos, quede muy claro que hay un tema político de por medio, pero lo que me va a interesar no es primariamente que esto es un instrumento de dominación o que esto es un gran negocio, voy a llegar a esas conclusiones. Por supuesto yo estoy partiendo desde allí, pero no es la argumentación, estoy partiendo de ahí y ese es el propósito de lo que quiero hacer, pero no es la argumentación porque a la hora de argumentar, cuando ustedes les digan a sus amigos «oye, no tomí esa cagá de pastilla porque no hace nada», lo que le van a preguntar es «¿de dónde sacaste eso? Porque tengo que creerte a ti y no creerle a mi psiquiatra, cuando mi psiquiatra tiene buenas intenciones y además él es científico y tu eres un estudiante de ciencias sociales», es por eso que, en el orden de la argumentación, las consecuencias espero que sean consecuencias los problemas económicos y políticos asociados.

Ahora voy a detallar. En primer lugar, hay que hacer una argumentación médica. El problema es que las alteraciones del comportamiento se han ido asimilando al problema de las enfermedades. Eso es lo que vamos a llamar «modelo médico de la alteración del comportamiento». Lo que tenemos que hacer es especificar qué quiere decir «modelo médico», de dónde salió el modelo médico, en que consiste, o también, bajo qué condiciones se puede decir que una alteración es un problema médico. Ustedes seguramente tienen, en el inconsciente colectivo de todos los chilenos está, una frase famosa: «lo que pasa es que en este país había un cáncer marxista que había que extirpar», las metáforas médicas son comunes en a política. Aquí hay «higiene social», son metáforas que tienen que ver con la limpieza y con la enfermedad. Lo que me interesa no es la metáfora médica, lo que me interesa es el modelo médico, o sea, bajo qué condiciones se puede decir que la tuberculosis es una enfermedad. Por ejemplo, ¿están enfermos los ciegos?, una persona a la que hubo que cortarle el brazo ¿está enferma? Una persona que bajo eso que se llama ataque de pánico le pegó a un familiar ¿está enferma?, ¿bajo qué condiciones se puede decir que alguien está enfermo? Es un problema médico.

La formulación del modelo médico de enfermedad depende de un mínimo background de historia de la medicina. No de historia propiamente de la medicina, más bien historia de la enfermedad, entonces una primera cuestión, que voy a hacer en la próxima sesión es hacer un catastro acerca de qué se han enfermado los seres humanos y cómo la medicina ha abordado las distintas enfermedades. Por qué hay un momento en la historia de las enfermedades, voy a decirlo de una manera más técnica: hay un momento en la historia del perfil epidemiológico de la humanidad en que surgió el modelo médico. El modelo médico es una cuestión relativamente reciente. Lo que quiero es establecer el origen histórico de ese modelo, los límites de su vigencia. Ahora bien, el modelo médico de enfermedad tiene asociado un modelo médico de tratamiento. Si en esto consiste el problema, qué clase de solución se le puede dar al problema, entonces vamos a ver qué tipo de enfermedades hay y qué es lo que puede hacer la medicina. Es importante que todos sepamos distinguir lo que es la medicina preventiva, las medicina curativa, la medicina paliativa y cuáles son los modos de la prevención y cuáles son los modos de curación, cuáles son los modos paliativos, cuáles son los límites de cada una de esas cosas.

Noten que en estas dos o tres primeras sesiones vamos a estar argumentando en términos de medicina. Es bueno democratizar el saber médico, porque democratizando el saber médico nosotros mismos podemos ponerle un cierto límite, para qué cosas sirve la medicina y para que cosas no sirve, cuando la medicina es peor que el problema, eso es muy frecuente, que las soluciones médicas a ciertos problemas, agravan el problema en vez de resolverla. Y eso cualquier ciudadano está en condiciones de saberlo, no es conocimiento demasiado complicado.

Pero asociado a la historia de la enfermedad, modelo médico, formas de la medicina, asociado a ese problema de las formas de la medicina hay otro asunto que es bien de fondo y necesario para la argumentación: cuáles son las maneras de validación del conocimiento médico. Noten que es necesario formular un estándar de validación científica de diagnósticos médicos, o sea, cuando puedo decir que es confiable que el médico me diga «mire esto es tifus, en cambio esto otro es hepatitis», que hay que saber para que el diagnostico sea confiable, bajo qué condiciones las terapias médicas se pueden considerar válidas y una cuestión que es extraordinariamente importante para la proyección que tiene sobre la psiquiatría, bajo qué condiciones el criterio de salud médica puede ser considerado científicamente válido. Para decirlo de otra manera, bajo qué condiciones es aceptable dar de alta a un paciente, por ejemplo: «usted se curó del tifus o usted sigue teniendo tuberculosis pero puede irse a su casa», saber cuándo se puede hacer eso.

Entonces, modelo médico y formas de validación del conocimiento médico. Porque lo que queremos después es ver si esas formas de validación son aplicables a la alteración del comportamiento o no. En ese punto, habiendo visto estas cuestiones de medicina, me interesa una cuestión derechamente política, económica, me importa el negocio, entonces voy a intercalar una sesión sobre la medicalización de la medicina, es decir, sobre mercantilización de la medicina en la medicina, todavía no en la psiquiatría, es decir, sobre la industria médica, cómo la medicina se ha convertido en una industria capitalista pensando más en el lucro que en la salud y entonces cuando se puede decir que hay salud con fines de lucro, nosotros estamos peleando por la educación con fines de lucro, entonces, es bueno, revisar también un problema paralelo de cómo se ha ido orientando la administración de la salud hacia el lucro capitalista y cómo eso altera las prioridades de la medicina, por ejemplo, cómo en función del lucro se gasta más plata en medicina curativa que en medicina preventiva, cómo la medicina preventiva ha sido distorsionada y se ha convertido en el negocio de los cheques médicos, en vez de convertirse en el carácter original que tenía, que es la medicina preventiva de origen social, vamos a contraponer una medicina preventiva mercantilizada a la medicina preventiva de orientación social.

Cómo las paliativas se han convertido en un negocio, esto de mantener a la gente viva a toda costa, porque hay situaciones en las cuales las clínicas privadas pueden ganar millones y millones de pesos con alargar una vida en que el tipo prácticamente no está vivo, entonces ahí vamos a tener que ver el tema del bien morir, el problema de la eutanasia y la relación que hay entre mercantilización y eutanasia, cómo ahora a las transnacionales de la medicina les han salido un amor por la vida extraordinario porque resulta que es un excelente negocio oponerse al buen morir. En ese sentido, ¿cuál es el límite? Cuando un problema médico deja de ser un problema médico. Cuando un ciego tiene un problema médico y cuando la ceguera deja de ser un problema médico. Eso tenemos que ver, a propósito de la mercantilización de la medicina. Ese es el capitulo sobre el saber médico.

Un segundo paso en la argumentación es examinar el problema médico en neurología. Ahí lo que tenemos que hacer es examinar las formas de observación del sistema nervioso. Vamos a ver que hay una lógica en la historia de la psiquiatría, la lógica es que «antes había abuso, ahora hay ciencia», antes les pegaban a los locos, después sólo les hablaban, bueno, pero les hablaban de manera autoritaria, en cambio ahora les aplican electroshock, no, pero el electroshock es una barbarie, no ahora les dan pastillas…hay un discurso en la historia de la psiquiatría en que el mismo gremio estigmatiza su pasado y sobrevalora su presente. Y entonces, con esa doble retórica, el presente es mucho mejor de lo que realmente funciona y el pasado era mucho peor, con esa lógica se valora el presente. Y entonces, en esa lógica, ¿qué es lo que ha ocurrido? Ha ocurrido que la psiquiatría dominante, ahora, vamos a ver que después que hay una especie de regreso, esta cuestión es bien retardataria, pero la psiquiatría dominante ya no es partidaria de las terapias de shock insulínico, hubo un momento, en el siglo XX, no estamos hablando de la barbarie del siglo XVIII, vamos a ver que hubo un momento en el siglo XX en que la gente pensó que un remedio para la esquizofrenia era inyectarle malaria a los paciente esquizofrénicos, para, a través de la malaria, producirle una fiebre muy alta porque los tipos habían llegado a la conclusión de que las convulsiones que se producen con la fiebre muy alta era capaces de expulsar la esquizofrenia y esta es una cuestión que no es del siglo XVIII es del siglo XX y esa idea notable mereció el premio nobel de medicina, al tipo que inventó la cura a y través de la fiebre producida por la malaria le dieron el premio nobel no es del siglo V ni bajo el oscurantismo medieval que se inventó la lobotomía y al inventor le dieron el premio nobel de medicina, ¿se dan cuenta?  Entonces vamos a ver ahí, primero, curiosamente vamos a valorizar los tratamientos del siglo XVIII estos no eran irracionales, a los tipos les pegaban, los purgaban, les sacaban sangre, los bañaban con agua helada y sin embargo eso tenía una lógica, era perfectamente racional, era un tratamiento científico. Los tratamientos del siglo XVIII no era irracionales, los tratamientos del siglo XX no son racionales, no se si se dan cuenta, lo que voy a hacer es valorizar el pasado y mostrar la falta de valor del presente, exactamente al revés del argumento convencional, para mostrar que la psiquiatría siempre ha sido una ciencia y que su defecto es ser una ciencia, el problema es la extensión de la racionalidad científica, de una vertiente muy particular de la racionalidad científica, la extensión del razonamiento médico a las alteraciones del comportamiento, ese es el problema de fondo, sin embargo, en esta lógica de «antes había barbarie y ahora sí que somos civilizados», el gran argumento es que antes no se sabía lo suficiente y ahora sí que se sabe. Hubo un momento en que el electroencefalograma produjo furor, ahora sabemos, podemos observar directamente el pensamiento. Hubo una época en que se prometió que el electroencefalograma iba a ser descifrable: «llegará un momento en que mirando las ondas del electroencefalograma vamos a poder saber el estado de ánimo, o si el tipo tiene ganas de tomarse un helado» [risas] duró poco pero se reemplazo por otra cuestión: por algo que se llama la técnica de potenciales evocados y entonces, se esperaba, a través de esa técnica mostrar estímulos, ver el resultado en un electroencefalograma mucho más frío y aprender las claves de la traducción. Bueno, hoy en día todo el mundo considera que eso es una tontera, sin embargo, hubo furor. El mismo furor se produjo con los rayos X cuando se empezaron a sacar radiografías del cerebro, no de los huesos, radiografía de los tejidos blandos, furor. Bueno, hoy día hay un par de técnicas que representan esa misma promesa, una son las tomografías de positrones, otra es la radiografía de rayos X convencionales pero tratados con computación, entonces hay unas siglas que son de lo más científicas el «CAT», el «PET», y lo mejor de todo, ah no ahora si que sí llegamos al nivel de la ciencia: la resonancia magnética nuclear funcional.

Hoy día hay toda una discusión en los tribunales norteamericanos acerca de si la resonancia magnética nuclear funcional se puede usar como detector de mentiras, porque noten que la ilusión del detector de mentiras ha atravesado toda la historia de la psiquiatría, sepan que al primer tipo que se le ocurrió en el siglo XII, un árabe dijo, «sabiendo cómo funciona la interfase entre alma y cuerpo, con evidencias en el cuerpo, yo puede saber algo del alma». Es como el mito de Frankestein, como Leonardo Da Vinci inventando máquinas voladoras, mitos que han atravesado toda la modernidad y se les han ocurrido a la gente una y otra vez. Ahora, parece que se les pueden sacar fotos al alma a través de las resonancias magnéticas nuclear funcional.

Vamos a dedicar un capítulo para explicar qué es lo que se puede observar y que es lo que no se puede observar con rayos X, con electroencefalograma, con la técnica de potenciales evocados, con las tomografías de positrones, qué es lo que se puede lograr con asistencia a través de computador para hacer imágenes tridimensionales, qué se puede observar realmente con resonancia magnética nuclear funcional o no ¿Qué es lo que se sabe? ¿Qué es lo que se observa? Porque cuando uno se entera de qué es lo que se observa, uno puede encontrar el salto que hay entre lo que de hecho se observa y lo que se dice que se observa. En concreto puede decir la tesis altiro y después la idea es argumentar: no hay ninguna evidencia que permita correlacionar estados determinados del sistema nervioso con estados determinados del comportamiento. No hay ninguna evidencia científica, insisto, de que formas determinadas del sistema nervioso correspondan a formas determinadas de comportamiento. De nuevo: no hay la menor evidencia. Y noten que eso es toda la base, no hay la meno evidencia a nivel de rayos X, a nivel de resonancia magnética y menos todavía a nivel de neurotransmisores: no hay ningún patrón de actividad cerebral que pueda ser asociados a formas complejas de conductas como la depresión, como la psicosis. No hay la menor evidencia de que en el cerebro haya lugares específicos que procesan emociones, no hay la menor evidencia de que en el cerebro haya un lugar único que procesa percepciones, o sea incluso, una cuestión tan aparentemente directa como «el centro de la visión» es un mito. Lo único que se ha logrado determinar, así como en general, son las localizaciones de las actividades musculares. A todos los que estudian psicología le deben hacer pasado el mapa en un cerebro donde se dice mira desde aquí se dirige el dedo, de acá se dirigen los pies, etc. sepan que las localizaciones de la actividad motora están mas o menos establecidos y hace como 5 años los tipos encontraron que eran altamente reemplazables, es decir, ni siquiera las localizaciones motoras tienen lugares fijos. Chuta, pero eso es todo lo contrario de lo que nos han dicho en clases ¿se dan cuenta? Y entonces aquí lo que voy a tener que hacer es derechamente decir: oiga, pregúntele al profesor de neurología de donde sacó que la depresión tiene que ver con un neurotransmisor específico, y noten que ahí las reacciones del profesor son muy simpáticas, dicen «está científicamente demostrado» ¿Dónde? «hay papers al respecto», ¿cuáles? «Es que acaso usted no me cree, está poniendo en duda mi autoridad, yo estudié para esto» plop!, entonces uno le dice «si lo respetamos mucho, lo queremos mucho, pero muestre el paper» ¿se dan cuenta? Ese es el emplazamiento. Ahora hay un tema además con medicalización de la propia neurología, vamos a verlo de manera específica.

 

Un asistente: A través de la historia y parados desde hoy podemos ver que la medicina tiene hoy actuales tecnologías que pueden hacer cosas distintas que en el pasado, podemos ver lo que antes no, etc. pensemos entonces que la historia cambia como una suerte de ensayo y error, y hoy, gracias a miles de equivocaciones sabemos en medicina, si deconstruimos totalmente el campo médico quizás nos vamos a privar de conocer que en 500 años más quizás podemos intervenir médicamente de una manera que jamás hayamos imaginado.

 

Profesor: A ver, me parece muy interesante la línea de argumentación, lo que quiero hacer no es destruir el saber médico, lo que quiero hacer es limitar el saber médico. A mi me parece que la mejor manera de curar el sarampión, probablemente, por ahora, sean los antibióticos y siendo prudentes con su uso, que se yo, me parece que eso es prudente y que el uso de la resonancia magnética nuclear funcional para ver derrames cerebrales, para ver fracturas microscópicas es insustituible y es una herramienta extraordinariamente poderosa. Lo que me interesa no es destruir el saber médico, lo que me interesa es limitar el saber médico. Uno, porque hay toda una industria detrás que dice que puede hacer cosas que en realidad no puede hacer y otro, porque la extensión del saber médico sobre las alteraciones del comportamiento no tiene ningún fundamento científico, y entonces lo que quiero deconstruir mas bien es la psiquiatría, no la medicina, pero para eso necesito argumentos de medicina, para demostrar que no es cierto que los psiquiatras saben lo que dicen que saben.

 

Un asistente: Me acorde de una conversación sobre el castigo, mi papá preguntaba a mi y a mis hermanos que aprendieron ustedes cuando yo los castigaba, entonces uno decía yo no aprendí nada porque en l fondo yo aprendí cuando entendí la idea que había detrás del castigo, otro hermano con su hijo dijo yo he tenido que hacerlo y he entendido ciertas cosas y llegamos a la conclusión que el castigo como tal funciona al que castiga y no al que es castigado, entonces de una forma la psiquiatría ha cambiado la relación que tiene con el enfermo, de alguna manera lo que va cambiando es la relación de la funcionalidad de ese acuerdo de solución entonces de la misma manera como lo he estado pensando extrapolándolo al campo de la antropología que nace como una cosa funcional al conquistador, y por tanto tiene el mismo punto de amarre, de alguna forma como que remece el mito de la objetividad de la solución…

 

Profesor: Estamos de acuerdo, pero me interesa el orden de la argumentación, me interesa llegar a esa conclusión. ¿Es la psiquiatría una disciplina al servicio de las clases dominantes? Si, pero no voy a partir de esa conclusión, voy a llegar a esa conclusión. Para llegar a eso se puede mostrar una objetividad del saber psiquiátrico que justificaría los procedimientos psiquiátricos, y si falta esa objetividad, entonces a cuento de qué estamos tomando todas las pastillas que estamos tomando. Quiero que las consecuencias económicas, políticas y sociales caigan a partir de una argumentación que está en el orden del discurso científico fundante de la psiquiatría. Ese es el orden del argumento. Pero en realidad, a mí lo que me interesa es la crítica política, lo que pasa es que, como estamos discutiendo aquí con científicos que tiene una validez pública como asegurada, como la mitad de la divulgación científica que se hace, se hace sobre psiquiatría y el 80% se hace sobre problemas de medicina, entonces estamos discutiendo con el sentido común, noten que, los que estudian psicología ya lo sabrán, los que han empezado a hacer su práctica profesional, la gente demanda las pastillas, la gente se enoja con los psicólogos cuando no les dan pastillas «es que si usted no me da algo yo me tiro por la ventana, yo voy a hacer crisis, yo tengo ataques de pánico y yo sé que a la gente le están dando pastillas y usted me las niega, entonces me cambio de psicólogo o usted no está cumpliendo su función», entonces estamos discutiendo no sólo con los científicos, estamos discutiendo con el sentido común. Noten las racionalización de esto: «Si, yo sé que estas cuestiones son venenosas pero por mientras me sirve», entonces vamos a tener que contraponer ese argumento también; que es eso de «por mientras me sirve», en concreto, lo que vamos a hacer en algún momento es explicar qué hacen las pastillas y por qué es una trampa esa solución, él quería hacer una pregunta.

 

Un asistente: Como filósofo de la ciencia quiero hacer una pregunta. Hace poco mencionó usted que nadie ha demostrado que químico [no se entiende] mi pregunta es qué entiende por demostrar porque yo tengo entendido que las demostraciones es por lógica o por matemática, entonces…

 

Profesor: Ahí es donde entramos al detalle de la argumentación. Para que vea, por qué puede ser engorroso venir clase a clase a escuchar un argumentación enredada, porque si uno va al detalle, lo que voy a proponer es lo siguiente: no se puede demostrar nada. Ni siquiera se puede demostrar que el bacilo de koch produce la tuberculosis, entonces el problema es: bajo que condiciones el conocimiento médico es confiable, insisto, no se puede demostrar, en sentido epistemológico, que el bacilo de koch produce la tuberculosis, sin embargo, las evidencias que tenemos son confiables, voy a enumerar criterios de fiabilidad, el asunto ahora es si ese criterio de fiabilidad es aplicable a la psiquiatría y vamos a ver que no es aplicable. Es decir, que el problema, lo que estamos exigiendo de los tratamientos psiquiátricos no es que sean demostrables, porque nada se puede demostrar, lo que estamos pidiendo es que seamos fiables. Voy a decirlo de una manera un poco más difícil por si está quedando muy claro: lo que voy a hacer no es deconstruir el método científico ¡nada se puede demostrar! No, lo que voy a hacer es proponer un mínimo científico, y lo voy a tratar de usar de manera defensiva: «Si usted no ha mostrado al menos esto, entonces no me puede dar esta pastilla», voy a usar el método científico como garantía, no me manera positiva sino de manera defensiva. Eso es super importante porque a la hora de los quiubo esto se transforma en sentencia judicial, aquí, no es cierto, los inútiles subversivos van a ser juzgados como el reverso de la depresión endógena, algún cuadro del DSM IV coincidirá con eso ¿no?, usted está deprimido para afuera, le está echando la culpa al mundo, lo que pasa es que usted tiene el desbalance químico al revés de los depresivos y eso se va a convertir en una sentencia judicial que no es carcelaria, es una sentencia respaldada por un dictamen médico: el problema no es que ustedes estén indignados, el problema es que ustedes tienen un desbalance químico y entonces lo que tenemos que hacer, porque los comprendemos, no es mandarlos presos, lo que tenemos que hacer es darles ritalín. Este niño es inquieto pero no es inquieto porque sus papás se estén separando sino porque tiene un desbalance químico, entonces por su bien, lo vamos a balancear. Y entonces ¿qué es lo que va ocurriendo? Va ocurriendo que la ideología burguesa va mermando el libre albedrío, va negando la virtud liberal: los ciudadanos tiene autonomía de conciencia, los ciudadanos son deliberantes, eso está en decadencia, ahora las clases dominantes prefieren sostener que en el fondo las personas no son autónomas y deliberantes sino que están condicionadas biológicamente, entonces con eso la cárcel no es el mejor lugar, el mejor lugar por el bien de todos ustedes es el hospital psiquiátrico. Pero seamos democráticos, asumamos lo que la antipsiquiatría nos ha enseñado, el hospital psiquiátrico no es el mejor lugar, el mejor lugar es su propia casa, porque a usted le pueden fabricar un hospital psiquiátrico en su casa dándoles las pastillas adecuadas, entonces lo que se ha producido es un hospital psiquiátrico generalizado, aquí en Santiago de Chile estamos llenos de locos escondidos en las casas en que la familia no muestra al loco lo tiene escondido porque es toda una dificultad sacarlo a la calle y los familiares van al consultorio retiran los fármacos y se los administran, entonces es una cárcel generalizada donde los locos están sin barrotes, a cargo de los familiares, en eso se ha convertido la deshospitalización de la locura que era una de las reivindicaciones del movimiento antipsiquiátrico pero se ha convertido en una nueva hospitalización, entonces hay una especie de microhospital y al tipo no lo tienen con una camisa de fuerza sino simplemente dopado en su pieza y la familia está contenta porque puede contener a una persona que tenía alteración del comportamiento. Y noten que sin tuviéramos la misma política antipsiquiátrica «no les damos más pastillas», las mismas familias reclamarían «entonces si usted no le va a dar mas pastilla por lo menos téngalo encerrado». Estamos peleando contra el sentido común.

Entonces como digo, hay un argumento neurológico que hacer: es necesario que los usuarios comunes y corrientes sepan que la resonancia magnética nuclear funcional mide circulación sanguínea y no actividad neuronal. No hay una relación directa entre la irrigación o la oxigenación y la actividad neuronal, no la hay. Como tampoco hay una relación directa entre la actividad neuronal y la actividad subjetiva y eso tenemos que decirlo y tenemos que explicar en qué consiste eso, ese es el plano neurológico.

El tercer momento de la argumentación es el problema psiquiátrico ahora, lo que tenemos que hacer es mostrar cómo ha operado el modelo médico en psiquiatría cómo es que a lo largo de la historia de la psiquiatría moderna se han aplicado los criterios de la medicina a la alteración del comportamiento ahí hay una mínima historia que hacer. Hay que ver cómo los tratamientos desde el siglo XII, porque sepan que ya hubo un hospital público en Bagdad en el año 850 de nuestra era, los árabes tenían hospitales públicos, tenían universidades, zoológicos y bibliotecas públicas, programas educacionales e índices de alfabetización crecidos al 30 %, en ninguna otra cultura anterior el índice de alfabetización había pasado el 1% de la sociedad. Bueno, los árabes fueron los primeros en distinguir dentro de los hospitales públicos lugares para las alteraciones del comportamiento. Entonces vamos a hacer esa mínima historia, es en el mundo árabe donde apareció la dualidad alma-cuerpo y eso fue recogido después y magnificado por la versión cartesiana. Entonces lo que quiero mostrar ahí es cómo la medicina de los humores la daba una base científica a la psiquiatría en la época del siglo XVI, XVII, XVIII y cómo la medicina de los humores fue reemplazada recién a mediados del siglo XIX y en psiquiatría a fines del siglo XIX. Esta idea de que el funcionamiento subjetivo depende de la actividad de las neuronas es extraordinariamente reciente, empezó a investigarse científicamente recién a partir de 1870-1880 para adelante. Hay que hacer esa historia. Sin embargo, la historia nos va a dar un contexto no más, me importa mostrar, porque es importante hacerlo, la racionalidad de los tratamientos clásicos y la abierta irracionalidad de los tratamientos psiquiátricos del siglo XX. La más mínima enumeración de la forma en que se ha tratado la esquizofrenia en los distintos años durante el siglo XX es de por sí un argumento espantoso. Han hecho las cosas más espantosas. Vamos a tratar de ver en algún momento una película, un documental, no es lo mismo saber que Pavlov experimento con perros que ver el perro de Pavlov. Pavlov sacó una película del perro con el experimento. No es lo mismo ver el perro de Pavlov que ver los niños de Pavlov a los cuales se les perforó la mejilla para controlar la salivación, igual que un perro. Por cierto niños huérfanos de orfanatos públicos. Bueno, Pavlov sacó orgullosamente una película de eso.

No es lo mismo saber que la gente salta con el electroshock que ver a alguien saltando con el electroshock. Entonces es bueno ver esas cosas. Ver a alguien saltando cuando se produce un coma insulínico. Bueno, Francis Skinner inventó la caja de Skinner para adiestrar palomas y ratones con impulsos eléctricos pero él llego a la conclusión de que eso también se podía hacer con los niños entonces Skinner metió a su propia hija durante más de un mes a una caja de Skinner para mostrar que su propia hija, que en ese momento tenía dos o tres años, podía ser programada a partir de choques eléctricos, no sólo eso, sino que sacó una película de eso para mostrar su experimento. Entonces es bueno ver a la hija de Skinner y al papá dándole estimulaciones eléctricas a la hija metía dentro de la caja. Entonces, la historia del horror de la psiquiatría del siglo XX es por sí misma un argumento. Sin embargo, lo que hay que hacer en seguida es mostrar que los tratamientos actuales son tanto o más horrendos que esos tratamientos del siglo XX y el tratamiento actual por excelencia es el de los fármacos. Es la línea farmacológica que pretende que balanceando ciertos desequilibrios con los neurotransmisores, pero vamos a ver desde cuándo que la gente dice que son los neurotransmisores, noten que hubo una época en que eran los lugares: «en este lugar está la agresividad» entonces a alguien se le ocurrió cortar el lugar del cerebro para sacarle la agresividad. Bueno ahora ya no son tan brutos, y eso ocurrió en 1970, y aun hay países que autorizan la lobotomía como procedimiento válido en casos de agresividad. Noten que casos de agresividad significa casos para disciplinar conductas antisociales. Se le ha cambiado el nombre a la lobotomía ahora se llama microcirugía, pero sigue existiendo. Sin embargo, es importante examinar la historia de los fármacos. De a donde salieron, cómo se van reemplazando, en que consiste la primera, la segunda y la última generación, porque no se si saben que los fármacos en que generación están, los de una zona indeterminada de tiempo se llaman última generación. Vamos a ver que esas generaciones de fármacos ocurren cada 20 años y ¿por que? Porque resulta que las patentes de los fármacos duran 20 años y entonces cuando un laboratorio saca un fármaco puede venderlo con exclusividad y hacer la ganancia que quiera durante un tiempo de 20 años cuando se vence la patente, cualquier laboratorio lo fabrica entonces las ganancias bajan, entonces que es lo que se hace, se denuncian al público los defectos de esos fármacos y se anuncia que ahora sí sus defectos han sido superados y vemos otra generación durante 20 años. Vamos a ver que esta historia se ha repetido desde 1930 para adelante y regularmente cada 20 años y misteriosamente a medida que se van agotando las patentes van cambiando las generaciones y vamos a ver en qué generación estamos.

Sin embargo, el argumento tiene que ser un poco más técnico que esa descripción. Lo que vamos a examinar de la manera más técnica que podamos son las dificultades del diagnostico psiquiátrico.  ¿Es cierto que el diagnostico psiquiátrico es validable con la exigencia mínima que le vamos a poner como método científico? Y ese es el problema del DSM IV y entonces vamos a tener que examinar por qué el DSM IV no es confiable desde el punto de vista científico, no es capaz de pasar el umbral de garantías mínimas que el método científico debería dar, como decía hace un rato, no se trata de demostrar nada, lo que vamos a pedir es un umbral mínimo, bueno, no logra sobrepasar ese umbral, entonces vamos a ver la dificultad del diagnóstico. En un segundo momento se trata de ver las dificultades terapéuticas, es decir, si los tratamientos que se administran cumplen con las normas mínimas de validación de los tratamientos médicos. Desde fines de los años 90 había un movimiento anterior sobre lo mismo, cuando veamos el tratamiento médico vamos a ver una cosa que se llama medicina basada en la evidencia, hoy se ha convertido en toda una demagogia que usan las compañias farmacéuticas, pero tenemos la posibilidad de usarla de manera relativamente en serio, entonces vamos a ver si los tratamientos psiquiátricos cumplen con las condiciones mínimas exigibles para la medicina basada en evidencia. En tercer lugar, se trata de ver el problema del alta psiquiátrica, que es como el reverso del diagnóstico, ¿es confiable como usted ingresa a estos tratamientos?, ¿es confiable científicamente lo que le hacen durante el tratamiento? y en seguida, ¿hay una manera definida válida, desde un punto de vista científico, de salir de los tratamientos? Y vamos a ver que no, que en realidad el problema inverso del diagnóstico es que el diagnóstico inevitablemente crea un estigma y a partir de ese estigma simplemente la gente que es diagnosticada con esquizofrenia no sale más. Noten que aquí hay distintos grados de objetivación del síntoma… a mi me salen manchas, pero lo mío es somático, lo mío es un virus, una bacteria, no es que sea un ¡histérico! Y esté somatizando, tengo colon irritable pero es una bacteria y ya estoy tomando antibióticos para eso, noten que todos necesitamos objetivar el síntoma porque ya nos enseñaron que si el síntoma es psicológico la culpa es mía, en cambio si es psicosomático la culpa es de unas bacterias, es como las racionalizaciones de los gordos, «yo soy gordo pero soy gordo parejo», «no lo mío es hormonal», «no toda mi familia es así» es una racionalización [risas] entonces que es lo que ocurre, que en la objetivación del síntoma psiquiátrico está el problema del alta psiquiátrica, como lo que tenemos es objetivo entonces no nos van a soltar más ¿Por qué? Porque resulta que el criterio para decir usted se curó no cumple la menor validación científica, entonces estamos ahí abandonados al criterio del psiquiatra: «bueno ya, no le de ritalín» y noten que el criterio por el cual nos dejan de dar ritalín es tan vago como el criterio que usaron para empezar a darnos el ritalín. Es a partir de es argumentación que podemos llegar al momento político, económico, ideológico de este asunto. El último paso en el orden del argumento, es el de las urgencias políticas, entonces es denunciar y exponer lo ideológico que está detrás de esto. Si no han pasado todos esos estándares científicos, entonces algo se tienen entre manos. Y ahí lo que tenemos que hacer es exponer los intereses económicos que hay detrás, exponer las racionalizaciones ideológicas que hay detrás. Pero no es suficiente, hacer una crítica antipsiquiátrica exige convertir eso en una política antipsiquiátrica y para hacer una política no basta con oponerse, hay que proponer algo.

Entonces ¿que es lo que tenemos que hacer?, lo que voy a hacer es contraponer el modelo médico de la alteración del comportamiento a un modelo social de la alteración del comportamiento, pero cuando hagamos eso vamos a ver que ya hay modelos sociales de la alteración del comportamiento y que la alteración es entendida como desviación y entonces dentro de los modelos sociales de alteración vamos a tener que distinguir entre desviación y diferencia, ¿Cuál es el problema de esta alteración?, ¿alteración respecto de qué? Esta persona está alterada porque se ha desviado de lo que debería ser o está alterada respecto a una cierta normalidad simplemente porque es diferente ¿un ciego está enfermo? Y si concedemos que un ciego no está enfermo, ¿un ciego es una persona común y corriente?, ¿qué es en rigor la ceguera? Constituye la identidad del ciego y bajo que condiciones. Ahí vamos a distinguir, hay tipos que están enfermos en la medida que se pueden curar de la ceguera, bueno, la ceguera incurable, que en términos médicos es claramente caracterizable, es constituyente, forma parte de la identidad de un ciego ser ciego, forma parte de la identidad de una persona que a perdido las dos piernas ser un discapacitado en ese aspecto. Entonces vamos a tener que distinguir ahí políticas para la desviación, que corresponde el disciplinamiento y políticas para la diferencia, que corresponde la valorización y el reconocimiento de la diferencia. Entonces ahí vamos a tener que meternos en el problema de en qué consiste la diferencia, en que consiste estar loco, ese es e problema. ¿Son las personas locas personas normales?  No. Lo que voy a argumentar es que es cierto que los locos están locos, lo que no es cierto es que los locos están enfermos. Y entonces ahí el problema es, «bueno si no están enfermos, entonces se están comportando de una manera que debería ser disciplinada», ¿por que? Porque podrían no estar locos. Voy a tener que argumentar que hay una dimensión intrínseca de la locura que no sólo no es, de hecho, disciplinable, sino que además no debería ser disciplinada. Es decir, lo que tenemos que pensar como fundamento del asunto, y hay un montón de situaciones que podemos medir respecto a ese fundamento, es que hay locos que efectivamente están locos, en que la locura los constituye y que nosotros deberíamos aprender a valorizar y reconocer la locura como diferencia. Por eso siempre voy a hablar de loco, no de discapacitados intelectuales, voy a evitar es manera de «no le diga negro dígale afroamericano», no, son locos [risas]. Ahora ojo ah, la mayor parte de los locos no están locos, voy a decirlo ser y estar, la mayor parte de los locos están locos pero no son locos, están así pero no son así, es una experiencia común y cotidiana, una de las grandes cosas que ha hecho mostrar la antipsiquiatría es mostrar es experiencia, la experiencia de gente que vuelve de la locura, estuvo loco y volvió de la locura. Entonces hay un argumento que armar respecto de las personas que están locas y que pueden volver de la locura y hay otro argumento que para mi gusto es más fundamental que tiene que ver con las personas que no están en la locura sino que son así, al respecto es interesante saber, es uno de los ejemplos básicos que quiero poner, los invito a que lo investiguen porque lo primero que uno tiene que hacer con las cosas que se dicen en clases es ponerlas en google y ver que hay a favor y que hay en contra. Piensen los que escuchan voces, los que escuchan voces son una asociación inglesa, originalmente en Bélgica, se llaman así «Hiding voices», es una asociación de delirantes que se reúnen para exigir su derecho a ser reconocidos como delirantes, a no ser medicados, a no ser tratados como anormales, a que se reconozca su diferencia. Y pelean por cuestiones super concretas, por ejemplo, que no se los discrimine laboralmente, porque los delirantes están hablando todo el día, y hablan con un personaje que hay encima de la mesa, no es cierto, uno tiene un hipogrifo y habla con el hipogrifo todo el día y sin embargo los delirantes reconocidos y autovalorizados que no se han dejado, que han sobrevivido a la estigmatización psiquiátrica son perfectamente capaces de trabajar mientras deliran, son perfectamente capaces de tener integración social con su delirio. Entonces si usted me saluda a mí y a mi amigo invisible, si eso ocurre, yo tengo relaciones sociales medianamente aceptables. Busquen en internet esa asociación porque lo que ellos persiguen es un objetivo que tiene, a mi gusto, dos niveles, uno, hay muchos delirantes que pueden volver del delirio y en ese sentido, claro estamos acostumbrados a decir las cosas de una manera bárbara y discriminadora, uno dice «se mejoran», como si delirar hubiera sido una enfermedad, entonces vamos a tener que pulir esas cuestiones de lenguaje, así para que no se nos salga lo discriminador «que bonita la guagüita que lástima que no sacó los ojos verdes de la mamá» o sea, «¡que bonita la guagüita que lástima que sea negro!» [risas], para que no se nos salga eso «que bueno que se mejoró de delirante», como esa esperanza que los discriminadores tienen respecto de los homosexuales, «en algún momento se les pasará», no, hay gente que puede volver del delirio, pero hay gente que no sólo no puede volver del delirio porque es así sino que no quiere volver del delirio, entonces cómo armar una sociedad para que reconozca a esa gente.

 

Un asistente: La primera, sobre el asunto, de que está loca pero no lo está ¿Cómo fue eso?

 

Profesor: Hay que gente está loca pero no es loca

 

El asistente: ¿cómo lo entienden los gringos? Porque de qué manera… [risas]

 

Profesor: En realidad el castellano tiene muchos orgullos, los alemanes y los franceses, aparentemente hay cosas que se pueden decir en una idioma y en otro no, pero para mi eso es un chovinismo no más, en realidad en todos los idiomas se puede distinguir entre ser y estar, lo que falta es una palabra pero no el concepto, entonces usan circunloquios, se parecen mas a una construcción lingüística que una palabra concreta. La idea de estar en un estado o ser una esencia en todos los idiomas

 

El mismo asistente: Ya, la otra es: si bien aceptando al loco como tal sin embargo en qué momento el loco puede legitimar su pensamiento porque opera un ejercicio político en que se deslegitima, de hecho, hoy en día se usa mucho, los poderes fácticos tratan constantemente de locuralizar ciertos discursos….

 

Profesor: La pregunta así como a largo plazo, la pregunta de fondo es ¿cómo tendría que ser el mundo para que los locos puedan ser locos y no necesiten hacerse los lesos? Hay varias preguntas parecidas, ¿cómo tendría que ser el mundo para que los homosexuales no estén en el clóset?, ¿cómo tendría que ser el mundo para que los mapuches no se pinten el pelo amarillo y no se ponga lentes de contacto azules? Entonces la única manera de reivindicar auténticamente la diferencia que es la locura, no la locura temporal, social, psicológica producida por la discriminación, por el abandono familiar, etc. la única manera es que haya un mundo distinto. Noten ustedes que personas que funcionan con un registro de la razón radicalmente distinto al nuestro son personas impredecibles y que haya una persona impredecible es temible, hay un mínimo supuesto que hacemos sobre el prójimo, por ejemplo, si está haciendo clase no se va a subir a la silla sólo para resaltar un punto pedagógico [el profesor se sube a la silla y levanta brazo, risas de los asistentes], esperamos que la gente no haga eso, ¿y si lo hace? Entonces ¿cómo manejar, cómo contener?, pero esa pregunta no es muy distinta a ¿cómo tenemos que tratar a un ciego que es auténticamente ciego? Hay una manera de disponerse alrededor de un ciego que hace posible la viabilidad del ciego, en el caso de la locura es más complicado, sin embargo, conceptualmente es la misma clase de problema.

 

Un asistente: Sobre lo mismo, estaba pensando en los criterios de comunicación con las personas distintas, entonces ocurre una especie de inversión de ese criterio que tiene que ser tal que ya no responde a una formalidad de lo anormal, entonces yo no se donde viene este criterio de inhabilitación, me imagino que viene más desde una ciencia y no de los grupos de un nosotros que hemos sido históricamente definidos como locos que defendemos nuestra causa de lucha, se sale totalmente del criterio de normalización.

 

Profesor: Pero por supuesto, los primeros que tienen que defender la posibilidad de ser reconocidos como auténticamente locos son los locos. No se si se dan cuenta que hay una especie de paternalismo en que los hombres defiendan a las mujeres y los chilenos defiendan a los mapuches, y que los heterosexuales se hagan los amables con los homosexuales, no, cada uno de los que detentan una diferencia deben ser los primeros actores de la defensa del reconocimiento de su diferencia, hay un problema político digamos y lo que nosotros podemos hacer es contribuir a formar un marco en que los mapuches, los homosexuales, los locos, los ciegos pueden convivir de una manera relativamente humana. Ahora, lo importante, por eso ahí llega la argumentación, después de dar todos estos argumentos médicos, neurológicos, psiquiátricos, la argumentación tiene que aterrizar a un plano político, estamos hablando de política cuando establecemos modos de acción social respecto de problemas que son vistos, primero como problemas, que son vistos como alteraciones cuando no necesariamente deberían serlo, cuando adoptamos esos modos de organización social y se establece un deber ser, «mire usted no puede tratar a un homosexual, lesbiana, un ciego de la manera en que le de la gana», cuando establecemos ese deber ser y una manera de ordenar la sociedad para que no ocurra lo que estamos haciendo, eso es una política, en eso consiste la política.

 

Asistente: Cuando se habla del problema de la normalidad/anormalidad se ve el caso del DSM V que está listo pero en revisión, donde se cuestionó que ese manual podía diagnosticar al 95% de la sociedad, entonces vemos que se están elaborando criterios diagnósticos donde la normalidad se ubica dentro de la anormalidad.

 

Profesor: No claro, vamos a llegar al problema del DSM V y eso lo van a comprobar ustedes mismos si se meten a DSMV.org donde esta disponible el borrador de lo que va a ser el DSM V y pueden ver las discusiones que se han hecho al respecto entre los mismos redactores del DSM IV con los del DSM V entre otras cosas porque los dejaron afuera, pero vamos a ver que se ha hecho una cosa que es tremendamente alarmante: se han bajado los criterios diagnósticos, prácticamente en todos los cuadros, bajar los criterios diagnósticos significa aumentar la cantidad de gente que necesita tratamiento psicológico y lo que hay detrás de eso es un lobby de las empresas farmacéuticas para que todos necesitemos pastillas, entonces claro, a llegado una situación absurda en que en nombre de la normalidad, la normalidad se ha hecho excepción, y ahora lo normal es ser anormal por decirlo así y eso es una inversión de la lógica disciplinante psiquiátrica en que se esperaba que todo el mundo estuviera disciplinado como espontáneamente, no, ahora todo el mundo va a ser disciplinado artificialmente porque se decreta, de partida, «usted no está en el lugar que debería» entonces necesariamente tenemos que empujarlo a ese lugar.

 

Asistente: Me parece interesante la problematización que usted hace en base a tener en cuenta todo lo que es necesario tener en consideración para hacer una crítica y generar una política, y también comparto el horizonte que usted plantea, eso de reconocer la diferencia y para tener en consideración eso, antes criticar los fundamentos, pero en base al camino acerca de cómo ir transformando esto que necesita ser cuestionado de raíz, o sea las instituciones de la salud mental como capturan a amplio margen de la población como la oprimen, lo que me pregunto es cómo nosotros, por ejemplo, yo soy estudiante de psicología, cómo podemos hacer la gran mayoría de los estudiantes que estamos acá para trabajar al servicio de las luchas de los pueblos, para que no sigan siendo oprimidos por el saber psiquiátrico y cómo nosotros vamos a ser futuros profesionales de la opresión, entonces en ese sentido cómo podemos definir objetivos tácticos y estratégicos para transformar, por ejemplo, las políticas públicas en Salud mental, hace poco vi que estaba en encuesta pública una serie de criterios del nuevo plan nacional de Salud mental y psiquiatría, ¿cómo podemos nosotros organizarnos para poder hacer algo, o sea golpear la mesa para que las cosas cambien de algún modo, un poco, un margen, para que los psiquiatras no sigan dañando y que los psicólogos no sigan siendo cómplices de todo esto que se está generando?

 

Profesor: Vamos a llegar a un punto de cuestiones políticas en ese sentido: cuál es el camino, qué medidas, yo puedo anticipar algunas cosas que son muy concretas, yo creo que la pelea política en el plano de la antipsiquiatría tiene varios niveles de demanda, por decirlo así, curiosamente, al nivel de las políticas públicas impera un pluralismo y una flexibilidad realmente asombrosa, digna de la Concertación [risas] porque es la misma lógica, las políticas públicas son extremadamente vagas y esa vaguedad permite que al nivel de la salud mental efectiva, los psiquiatras manden con sus criterios neurológicos y médicos, entonces claro, un plano es tratar de precisar esta vaguedad de la política publica introduciendo cláusulas que impidan ciertas prácticas, por ejemplo, que impidan el electroshock, que impidan la medicamentación forzosa. Hay cuestiones que se han logrado en otros países por ejemplo que las personas que son declaradas judicialmente locos pueden elegir a sus tutores, en Inglaterra los tipos son declarados jurídicamente locos, discapacitado mental digamos, esa es la categoría, sin embargo, usted no es tonto, y como no es tonto usted puede elegir a su tutor. Se parte de una premisa que es empíricamente constatable, los locos no son tontos, o sea que son capaces perfectamente de discernir lo que les conviene. Y entonces la ley inglesa le concede a estos que nosotros llamamos enfermos mentales el discernimiento sobre su propio bienestar y entonces por eso pueden rechazar a los tutores, los tratamiento médicos cuando no les gustan, etc. sin embargo, hay una política muy inmediata que hacer, que es cómo estamos por casa, o sea, lo primero que tenemos que preguntarnos es cuanto ritalines tomamos nosotros mismos, cuanto toman nuestros hermanos, la mamá que tiene problemas con el papá, etc. entonces hay una política super concreta que además, porque los efectos de los fármacos son catastróficos, lo digo altiro, si alguien en esta sala estamos tomando antidepresivos no deje de tomarlos, el efecto de suspender un efecto de antidepresivo es peor que el efecto de seguirlo y entonces hay una cuestión así como inmediata, la única manera de suspender un tratamiento con fármacos que afectan al sistema nervioso es demorarse en dejar el tratamiento prácticamente lo mismo que uno se demoró en llegar al estado en que está, si ustedes hace 4 años que están tomando pastillas deberían demorarse, por lo menos, dos años en dejar de tomar las pastillas, es decir, disminuir las dosis muy lentamente, porque lo peor que puede hacer uno es dejar de tomar las pastillas porque cuando esto se hace los efectos son tan feroces que lo que hace el psiquiatra invariablemente es echarle la culpa a uno y darle más pastillas, o sea se revierte el efecto de las pastillas sobre el paciente, y el psiquiatra en una asociación, que vamos a examinar, media chamullenta entre neurología y psicoanálisis lo que los tipos dicen es «sabe qué, cuando usted dejó de tomar las pastillas el problema endógeno que usted tenía emerge», «que bueno que tenga esta crisis porque ahora si estamos frente al real problema» [risas] y a uno le aumentan la dosis de pastillas, entonces ojo, porque aquí nadie está libre, estoy seguro que una población interesante de esta sala, no voy a preguntar, tratando de aprender antipsiquiatría, están tomando algún tipo de pastillas.

 

Una asistente: Respecto a la figura del loco, me acorde de la película «Hombre mirando al sudeste» que grafica un poco la figura del loco diferente, que reflexiona y se resiste a la medicación, bueno quisiera preguntar por los tipos de la locura, el loco del delirio, el delirante es un tipo de loco, que puede vivir en la sociedad medicamentado, pero, ¿que pasa con el loco catatónico?, ¿que no puede socializar y tampoco puede generar un nexo con lo social?, porque no comprende o sea hay un déficit motor, un déficit cognitivo, estoy pensado en los distintos tipos de locos y los distintos rostros de la locura….

 

Profesor: Es interesante el argumento, porque lo que vamos a ir descubriendo son las maneras estándar de argumentar, hay como chivas ejemplares, «mire lo mío no es depresión lo mío es epilepsia y eso si es objetivo», noten que hay una cantidad increíble de personas a las que les han decretado predisposición a la epilepsia y les han empezado a dar medicamentos a las 12 años , que se yo «esto se desencadena en la adolescencia» entonces el cabro chico que tuvo fiebre y tuvo unas convulsiones a los 4 años tiene predisposición a la epilepsia y le han empezado a dar remedios a los 4 años porque después se le va a desencadenar. Sepan, no hay la menor evidencia científica, sepan que la discriminación de epilepsia a través del EEG está seriamente cuestionada por la evidencia científica, hay epilepsia que se pueden detectar a partir del EEG, la mayor parte de las epilepsias diagnosticadas por ese medio sin embargo, no resisten la validación científica. Porque hubo un momento en que empezaron a diagnosticar esquizofrenia al lote y luego hubo una especie de objetivación de la esquizofrenia, no es esquizofrenia, es epilepsia, ojo, porque los cuadros en que se dice que son cuadros más físicos que psíquicos deben ser tratados como cuadros físicos. Hay un montón de enfermedades que producen alteración del comportamiento, si uno tiene sífilis tiene conductas de loco y es claro que si se le pasa la sífilis se le pasa las conductas de loco. Entonces por eso hay que distinguir ahí, cual es el origen de esa locura, ¿Hay locuras de origen médico? Si ¿Es la locura un problema médico? No.  Si el tipo tiene conductas de loco porque tenía sífilis hay que curarle la sífilis no la locura. Ahora, lo que pasa con los ejemplos extremos es que se usan para racionalizar los que no son extremos y entonces por cada catatónico hay 10 mil esquizofrénicos que tienen que pagar las consecuencias porque capaz que en algún momento usted se vuelva catatónico. Entonces, ¿Qué es lo que tenemos que hacer ahí? Establecer criterios que permitan distinguir cuando un problema es médico, porque resulta que las personas que no se pueden valer físicamente hay una medicina que se preocupa de eso que es la medicina paliativa.

 

La asistente: Yo me refería a un tipo que no puede comprender su realidad, hay un tipo de loco que no está subjetivado sino completamente objetivado…

 

Profesor: La locura cognitiva, primero, es extraordinariamente más baja de lo que se cree, y en seguida, un porcentaje muy importante de esas locuras cognitivas son producto de los fármacos, tienen un origen farmacológico, un origen médico. O sea hay mucha gente que resulta loca después que la trataron. Entonces bueno, vamos a ver eso cuando veamos los fármacos, pero una cosa es ver el fármaco en concreto, «es cierto que tal medicamento hace tal y tal cosa» y otra es ver el tipo de argumento que se levanta en torno a él.

 

Un asistente: He estado trabajando con los compañeros secundarios que están en huelga de hambre y en algunos establecimientos la municipalidad ha hecho que sean los psicólogos los que se empiecen a relacionar con los mismos alumnos, lo que me llamaba la atención es que los mismos alumnos se dieron cuenta y rechazaron muchas de las intervenciones que estaban haciendo los mismos psicólogos porque se daban cuenta que los talleres que les proponían no servían para nada y a la vez, la misma intervención que estaba haciendo los achacaban y los buscaba de alguna manera culpabilizar o convertir en síntoma la rebeldía, entonces me parece en ese sentido muy sano el rechazo de los propios alumnos,  el rechazo de las intervenciones de los psicólogos por los propios alumnos….

 

Profesor: No se si se dan cuenta pero es peligroso argumentar de esa manera, porque resulta que cuando un argumenta contra el psicólogo es porque uno está loco, no porque el psicólogo esté equivocado. Es como en la inquisición, si digo «usted está abusando de mi» la respuesta del inquisidor es que estoy endemoniado y por eso no soy capaz de distinguir al inquisidor como un representante del bien o de Dios. Entonces que bueno que los cabros se atrevan a decir «no le creo al psicólogo», sin embargo, hace necesario un cierto apoyo social para respaldar esa opinión porque el cabro solo que hace eso va a resultar doblemente estigmatizado y se va a decir justamente las conductas de desafío a la autoridad se manifiestan, por ejemplo, en que no quieren tratamiento psicológico, entonces se confirma, se dan cuenta. Lo que tenemos que hacer es apoyar a esos cabros, eso es bueno porque forma parte de una especie de desconfianza general hacia la autoridad porque el psicólogo se ha ido levantando como autoridad ¿no? Ahora, respecto a los psicólogos en los colegios, toda clase de barbaridades. Voy a traer la noticia, la tengo recortada por ahí, en el Mercurio en algún momento se ve el antiguo uso del Ritalín, ahora se usa me manera mucho mas racional y moderada, en el colegio tanto,  católico, se ha hecho costumbre tener Ritalín en la inspectoría [risas] y cuando los niños se sienten inseguros o inquietos los niños van y piden una pastilla por el día, ese uso esporádico es completamente, inofensivo y los estudiantes por si mismos se han ido controlando. Es cierto que hay algunos que van a pedir la pastilla cuando tiene prueba, porque tienen la idea que si se toman la pastilla se van a concentrar mejor pero eso el lógico de los adolescentes. Eso es Santiago de Chile. Noten que en Montevideo, el ministerio de salud reparte Ritalín a los consultorios y los profesores pueden ir a pedir la pastilla al consultorio y dársela a todo el curso de manera preventiva, todos los días. Entonces la barbarie es realmente increíble.

 

Un asistente: De alguna forma se necesitan pruebas para que la locura no sea una enfermedad, vale, yo creo que la única forma de hacer esto es generando un modelo que permita distinguir la enfermedad ontológicamente, ahora mi pregunta es si esto es lo que va a hacer

 

Profesor: Si eso es lo que voy a hacer [risas] lo que voy a hacer es especificar qué es una enfermedad desde el punto de vista médico.

 

El asistente: Ya si pero ontológicamente tiene que ser una definición de enfermedad en criterios sociales que no le compete a la ciencia…

 

Profesor: No es para tanto…lo que necesitamos es saber si el tipo tiene fiebre debido a una bacteria y que si le damos antibiótico no sólo va a curar la fiebre sino que además va a morir la bacteria.

 

El asistente: Ya si pero de acuerdo a filosofía médica hay demasiados criterios de enfermedad, está el de discapacidad por ejemplo, el de enfermedad mental que lo tienen separado con una palabra distinta incluso en inglés, entonces en ese sentido habría que modernizar el concepto de enfermedad. Segundo, espero que no se enojen los estudiantes de psicología pero me parece que se ocupa demasiado el concepto de psiquis, ahora, por ejemplo según el concepto de psiquis según el materialismo eliminativo que define que cualquier estado mental es idéntico a un estado físico, material, tal conducta es cierta en base a tal respuesta de neurotransmisor o cierta red neuronal, cosa que habría que refutarse para poder continuar con la definición…

 

Profesor: Pero lo que voy a hacer es formular criterios prácticos, no criterios filosóficos, tienen un fundamento filosófico, pero lo que me interesa es un problema super práctico: ¿él tiene tuberculosis o no? o ¿será difteria o hepatitis?, este es un criterio que desde el punto de vista práctico se puede resolver con toda claridad, desde un punto de vista filosófico es indemostrable.

 

El asistente: Pero, ¿se demostraría que la persona está enferma o que tiene tuberculosis?

 

Profesor: Una cosa está contenida dentro de la otra: Para que él este enfermo se necesita tales condiciones, ya, ahora otro problema, ¿Qué enfermedad tiene? porque hay muchas, ya, para que sea difteria tiene que tener estas condiciones ¿se cumplen? Si. Se entiende, ahora eso se puede resolver de manera eminentemente práctica, en los hospitales no es un problema filosófico. Por eso digo, lo que a nosotros nos interesa son garantías de que no va a haber abuso médico y para esas garantías basta con criterios que desde un punto de vista epistemológico son débiles porque los vamos a usar, como decía hace un rato, de manera defensiva. Efectivamente hay un modelo médico de enfermedad, es claramente formulable y lo voy a hacer en la pizarra, y respecto de este modelo voy a explicar cuál es el origen, por qué el modelo es así, el punto es si las alteraciones del comportamiento son enfermedades, no los estados mentales, o sea no me voy a pronunciar, y de hecho los psiquiatras no se pronuncian respecto a los estados mentales.

 

El asistente: ¿El estado mental sería independiente de la conducta?

 

Profesor. No lo sé, porque no es ese el problema. El problema es que fulanito de tal le pegó a su mamá y no sólo eso sino que quebró el espejo y salió corriendo en pelota a la calle. Para resolver el problema práctico de lo que se trata es que hay personas que tienen comportamientos exóticos, extravagantes, obviamente que alguien que dice que viene acompañado de un hipogrifo tiene un comportamiento extravagante y dentro de tales y tales límites eso es locura, y yo me pregunto si esa persona está loca producto de un trauma, de situaciones sociales o de la discriminación de que ha sido objeto, etc. y a lo mejor encuentro que no que no esta loca sino que es loco, y entonces tengo procedimientos distintos que adoptar, pero noten que el problema defensivo, no el problema epistemológico, es eminentemente práctico, lo que a mi me importa no es si el tipo está realmente loco, lo que a mi me importa es que estando loco o no, no haya un abuso médico, no haya un disciplinamiento artificial, no haya una manipulación de su estado de acuerdo a poderes dominantes. ¿Por qué me interesa eso? Porque en rigor eso que le hacen al loco lo hacen a todos nosotros. Entonces el argumento antipsiquiátrico tenía que ver con los manicomios, en cambio el argumento antipsiquiátrico actual tiene que ver con todos nosotros. Como decía él, ahora estamos todos bajo el criterio de que podríamos tener comportamientos alterados, noten que en el DSM V se definió una alteración extraordinaria, es lo que se llama el síndrome de atracones, consiste en que uno come excesivamente por lo menos 3 veces en el mes, se pega una comilona [risas] y esto ocurre tres veces al mes durante 6 meses usted tiene un síndrome y ese síndrome está tratado como alteración. También vamos a ver el problema de enfermedad y alteración porque los que han leído el DSM IV por lo menos en la introducción saben que ese manual no define enfermedades, define alteraciones, y vamos a ver la trampita que hay en eso, definen alteraciones porque no pueden definir enfermedades porque no cumplen con ese criterio, y se definen alteraciones pero se tratan como enfermedades.

 

Un asistente: Usted dijo que en Chile los tratamientos paliativos se dan mucho más en número que los tratamientos preventivos, pareciera ser lo contrario.

 

Profesor: Ahí hay un efecto de mercantilización de la medicina preventiva, un gran auge de ella pero sin eficacia en términos de salud pública, no se si saben, pero nadie ha demostrado que los chequeos médicos sirvan para algo, en realidad a los únicos que favorecen son a las isapres y a las clínicas u hospitales financiadas por ellas, hay una complicidad ahí entre isapre e industria médica.  Entonces en ese sentido, hay mas medicina preventiva. Pero, por otro lado, la medicina paliativa ha aumentado enormemente porque se ha hecho un escándalo social con el dolor, nadie quiere sufrir, entonces «deme cualquier cosa porque me duele» y entonces hemos aprendido a sintomatizar todos nuestros problemas como dolor físico y entonces hay toda clase de paliativos. Ahora, lo paliativos más caros son los que tienen que ver con las enfermedades terminales. Las enfermedades terminales con un escándalo pero a gritos. Porque a los enfermos terminales se les ha destinado a un régimen de cuidado de su vida,  independientemente de la calidad de vida, con el único objetivo, porque estos tratamientos son carísimos, sólo porque alguien tiene que pagar el tratamiento. Y lo que han hecho los Estados, porque es un emplazamiento moral, es pagar este tratamiento. Prácticamente todos los Estados civilizados, incluso aquí en Chile por el AUGE se puede conseguir financiamiento estatal para continuar la vida independientemente de la calidad de vida, entonces es un excelente negocio. Mantener a los enfermos terminales con vida es un negocio porque en el fondo, como las familias no podrían pagar eso, porque a la larga el Estado se hace responsable. Eso está denunciado en Italia y España, donde hay sistemas de salud subvencionados por el Estado.

 

El asistente: Yo creo que no solamente el tema del dolor y hacer negocio sino en la dominación y para el disciplinamiento el método preventivo es lo que más se ve, por ejemplo ya estamos castigando a delincuentes, delincuentes por cometer un delito, sino ya tratando medicamente a futuros delincuentes, que tendrían ciertas inclinaciones psiquiátricas que desde el punto de vista social se ven como peligrosidad

 

Profesor: Por ejemplo en Estados Unidos hay una discusión muy activa de hasta que punto las situaciones médicas pueden ser resueltas en los tribunales y quien es el experto destinado a resolverla etc. pero no es tan lejos, aquí en Chile tenemos una situación que es bien curiosa, es que los hospitales psiquiátrico están llenos de narcotraficantes, porque se hacen diagnosticar medicamente y el psiquiatra declara que tienen alguna afección psiquiátrica y entonces no los llevan a una cárcel sino a un hospital psiquiátrico y el régimen carcelario es completamente distinto. Es un problema concreto en el Peral, hay una población de narcotraficantes con guardias privados que amenazan a los guardias del psiquiátrico, que tienen celulares, televisión y computadores y hace negocios desde ahí mismo, y se pueden oponer a la medicación y nadie los puede someter a tratamientos porque tienen guardias que los protegen, etc. entonces esa situación se produce al tomar la psiquiatría como paliativo, es como el reverso de que alguien sea condenado por loco aquí llega gente bajo el pretexto de tener algún grado de locura.

 

El asistente: Quizás es mucho más eficiente tener a este tipo de personas en psiquiátrico y que se le llene de pastillas que meterlo a la cárcel y tener ahí un intento de reinserción social digamos…

 

Profesor: El problema jurídico ahí es que se le niegan los derechos en una situación no jurídica, que no es penal, es una situación médica. Ahora, no es más barato, mantener a toda la gente con pastillas es extraordinariamente caro porque las empresas farmacéuticas internacionales cobran lo que les da la gana a los Estados, porque la plata del Estado es plata de todos y de nadie. Entonces hay una cosa bien terrible, las farmacéuticas le cobran sobreprecio al Estado porque el Estado llega y paga no más, y forma parte de las demandas de los ciudadanos, comparados con dar casas, educación gratis o transporte público como la gente es más barato, pero las pastillas a su vez son extraordinariamente caras, no tienen nada que ver con su costo de producción.

 

Muy bien, entonces la tarea que tenemos, si es que no hemos terminado de volvernos locos, es un poco engorrosa, vamos a ponernos en una sala mas grande, traigan su cuadernito, se aceptan toda clase de grabadoras, pero es una tarea engorrosa porque lo quiero hacer es establecer una argumentación en unos términos tales que podamos hacia el final del semestre formular una mínima política, una política hacia los locos, una política hacia las personas que están a nuestro alrededor y que consumen fármacos, una política hacia las autoridades de salud. Les puedo contar que en Iquique hay una demanda de los psiquiatras del Servicio de Salud por tener una máquina para hacer electroshock «¿Por qué si Antofagasta tiene una maquina de hacer electroshock, Iquique no la tiene?, ¿nos discriminan acaso?» [risas] Bueno detrás de eso están los que venden máquinas de electroshock, las autoridades dicen «hemos decidido terminar con la discriminación injusta, pero se la damos sobre la base de un cierto rendimiento, ustedes tienen que mostrar que la están usando» y les pusieron una cuota, en base a ello, se ha comenzado pensar como candidato a electroshock a todos los jóvenes que consumen pasta base, porque se ha medicalizado el consumo de drogas, entonces hay una cuota, pero comprar máquinas de electroshock es lo mismo que comprar impresoras, las impresoras de computador son super baratas pero la tinta es super cara, el protocolo para aplicar el electroshock establece que tiene que ser con anestesia total, pero resulta que no hay anestesista, peor aún no hay presupuesto para comprar la anestesia. Entonces los tipos tienen un problema bien curioso: pueden cumplir la cuota pero no pueden cumplir con el protocolo. Por lo tanto, han barajado varias soluciones, pero adivinen la clase de soluciones, el criterio que va ganando y los que pelean contra ese criterio que precisamente no son psiquiatras, han propuesto que a lo mejor, «para que no nos vayan a quitar la máquina hay que aplicarla sin anestesia no más, lo que pasa es que le podemos dar menos voltaje» Eso es barbarie directa y tiene que ver con la mercantilización de los procedimientos dentro de la medicina pública y tiene que ver con la demanda de los psiquiatras. ¿Por qué habían pedido la máquina? Porque a los cabros diagnosticados se le había planteado a la necesidad de aplicarle electroshock y debía llevarlos a Antofagasta a hacerse el tratamiento, entonces los cabros la primera vez fueron, pero la para que les digo la patada del electroshock es directamente aversiva y entonces esos cabros no aparecían nunca más, entonces lo que había que hacer era ir a buscar a los adolescentes con los pacos para llevarlos presos a hacerse un tratamiento médico, noten que esto es un procedimiento de orden judicial para alguien que no está condenado de nada. Bueno los pacos reclamaron «porque voy a poner una cuca que vaya a Antofagasta que mas encima tenga que andar buscando a los cabros porque se arrancan», entonces el servicio presentó estos antecedentes y les pusieron la máquina de electroshock. Y si ustedes revisan las políticas de salud el electroshock está permitido en Chile bajo unas condiciones que ahora si se consideran humanas, a pesar que no hay ninguna evidencia científica de que el electroshock mejore alguna situación ni objetiva a nivel neuronal ni subjetiva a nivel conductual, esa es la barbarie y para eso hay que hacer una política.

Vamos a empezar a las 7:30, vamos a estar en la sala Jorge Müller que es más grande que esta, vamos a estar ahí la próxima sesión. Eso.

 

Sesión 1. Martes 16 de agosto del 2011

 

[La sala está llena, más de 100 personas repletan el lugar entre personas sentadas en las sillas y en el piso. En el pasillo, afuera de la sala, más 20 personas no pueden entrar y se sientan afuera intentando escuchar al profesor. Se produce una interrupción en base a esta situación, alcanzamos a entrar a la sala y poner la grabadora en la mesa. Por estos motivos la presentación inicial del curso no aparece en la siguiente transcripción]

 

Lo que voy a hacer es un argumento académico, un argumento medio engorroso, que voy a ir siguiendo con cierto cuidado. Y claro, a la hora de decir «no más pastillas» todos estamos de acuerdo, pero a la hora de argumentar no a todos nos alcanza la paciencia. De todas maneras, mientras se siga llenando [la sala] vamos a traer un stock de pastillas antidepresivas o anticlaustrofóbicas, algo así [risas]. En primer lugar, es necesario levantar un argumento médico, en segundo lugar, vamos a argumentar en el plano de la neurología, en tercer lugar, voy a argumentar en el plano de la psiquiatría y a partir de esas premisas voy a argumentar el problema teórico de fondo.

Noten que el argumento que quiero construir no parte de la industria farmacéutica o del problema político que de que seamos administrados de esa manera. Lo que quiero hacer es un argumento relativamente objetivo, que tenga consecuencias políticas, no, como se suele hacer, un argumento primariamente político. Espero que después de todas las cosas que digamos, quede muy claro que hay un tema político de por medio, pero lo que me va a interesar no es primariamente que esto es un instrumento de dominación o que esto es un gran negocio, voy a llegar a esas conclusiones. Por supuesto yo estoy partiendo desde allí, pero no es la argumentación, estoy partiendo de ahí y ese es el propósito de lo que quiero hacer, pero no es la argumentación porque a la hora de argumentar, cuando ustedes les digan a sus amigos «oye, no tomí esa cagá de pastilla porque no hace nada», lo que le van a preguntar es «¿de dónde sacaste eso? Porque tengo que creerte a ti y no creerle a mi psiquiatra, cuando mi psiquiatra tiene buenas intenciones y además él es científico y tu eres un estudiante de ciencias sociales», es por eso que, en el orden de la argumentación, las consecuencias espero que sean consecuencias los problemas económicos y políticos asociados.

Ahora voy a detallar. En primer lugar, hay que hacer una argumentación médica. El problema es que las alteraciones del comportamiento se han ido asimilando al problema de las enfermedades. Eso es lo que vamos a llamar «modelo médico de la alteración del comportamiento». Lo que tenemos que hacer es especificar qué quiere decir «modelo médico», de dónde salió el modelo médico, en que consiste, o también, bajo qué condiciones se puede decir que una alteración es un problema médico. Ustedes seguramente tienen, en el inconsciente colectivo de todos los chilenos está, una frase famosa: «lo que pasa es que en este país había un cáncer marxista que había que extirpar», las metáforas médicas son comunes en a política. Aquí hay «higiene social», son metáforas que tienen que ver con la limpieza y con la enfermedad. Lo que me interesa no es la metáfora médica, lo que me interesa es el modelo médico, o sea, bajo qué condiciones se puede decir que la tuberculosis es una enfermedad. Por ejemplo, ¿están enfermos los ciegos?, una persona a la que hubo que cortarle el brazo ¿está enferma? Una persona que bajo eso que se llama ataque de pánico le pegó a un familiar ¿está enferma?, ¿bajo qué condiciones se puede decir que alguien está enfermo? Es un problema médico.

La formulación del modelo médico de enfermedad depende de un mínimo background de historia de la medicina. No de historia propiamente de la medicina, más bien historia de la enfermedad, entonces una primera cuestión, que voy a hacer en la próxima sesión es hacer un catastro acerca de qué se han enfermado los seres humanos y cómo la medicina ha abordado las distintas enfermedades. Por qué hay un momento en la historia de las enfermedades, voy a decirlo de una manera más técnica: hay un momento en la historia del perfil epidemiológico de la humanidad en que surgió el modelo médico. El modelo médico es una cuestión relativamente reciente. Lo que quiero es establecer el origen histórico de ese modelo, los límites de su vigencia. Ahora bien, el modelo médico de enfermedad tiene asociado un modelo médico de tratamiento. Si en esto consiste el problema, qué clase de solución se le puede dar al problema, entonces vamos a ver qué tipo de enfermedades hay y qué es lo que puede hacer la medicina. Es importante que todos sepamos distinguir lo que es la medicina preventiva, las medicina curativa, la medicina paliativa y cuáles son los modos de la prevención y cuáles son los modos de curación, cuáles son los modos paliativos, cuáles son los límites de cada una de esas cosas.

Noten que en estas dos o tres primeras sesiones vamos a estar argumentando en términos de medicina. Es bueno democratizar el saber médico, porque democratizando el saber médico nosotros mismos podemos ponerle un cierto límite, para qué cosas sirve la medicina y para que cosas no sirve, cuando la medicina es peor que el problema, eso es muy frecuente, que las soluciones médicas a ciertos problemas, agravan el problema en vez de resolverla. Y eso cualquier ciudadano está en condiciones de saberlo, no es conocimiento demasiado complicado.

Pero asociado a la historia de la enfermedad, modelo médico, formas de la medicina, asociado a ese problema de las formas de la medicina hay otro asunto que es bien de fondo y necesario para la argumentación: cuáles son las maneras de validación del conocimiento médico. Noten que es necesario formular un estándar de validación científica de diagnósticos médicos, o sea, cuando puedo decir que es confiable que el médico me diga «mire esto es tifus, en cambio esto otro es hepatitis», que hay que saber para que el diagnostico sea confiable, bajo qué condiciones las terapias médicas se pueden considerar válidas y una cuestión que es extraordinariamente importante para la proyección que tiene sobre la psiquiatría, bajo qué condiciones el criterio de salud médica puede ser considerado científicamente válido. Para decirlo de otra manera, bajo qué condiciones es aceptable dar de alta a un paciente, por ejemplo: «usted se curó del tifus o usted sigue teniendo tuberculosis pero puede irse a su casa», saber cuándo se puede hacer eso.

Entonces, modelo médico y formas de validación del conocimiento médico. Porque lo que queremos después es ver si esas formas de validación son aplicables a la alteración del comportamiento o no. En ese punto, habiendo visto estas cuestiones de medicina, me interesa una cuestión derechamente política, económica, me importa el negocio, entonces voy a intercalar una sesión sobre la medicalización de la medicina, es decir, sobre mercantilización de la medicina en la medicina, todavía no en la psiquiatría, es decir, sobre la industria médica, cómo la medicina se ha convertido en una industria capitalista pensando más en el lucro que en la salud y entonces cuando se puede decir que hay salud con fines de lucro, nosotros estamos peleando por la educación con fines de lucro, entonces, es bueno, revisar también un problema paralelo de cómo se ha ido orientando la administración de la salud hacia el lucro capitalista y cómo eso altera las prioridades de la medicina, por ejemplo, cómo en función del lucro se gasta más plata en medicina curativa que en medicina preventiva, cómo la medicina preventiva ha sido distorsionada y se ha convertido en el negocio de los cheques médicos, en vez de convertirse en el carácter original que tenía, que es la medicina preventiva de origen social, vamos a contraponer una medicina preventiva mercantilizada a la medicina preventiva de orientación social.

Cómo las paliativas se han convertido en un negocio, esto de mantener a la gente viva a toda costa, porque hay situaciones en las cuales las clínicas privadas pueden ganar millones y millones de pesos con alargar una vida en que el tipo prácticamente no está vivo, entonces ahí vamos a tener que ver el tema del bien morir, el problema de la eutanasia y la relación que hay entre mercantilización y eutanasia, cómo ahora a las transnacionales de la medicina les han salido un amor por la vida extraordinario porque resulta que es un excelente negocio oponerse al buen morir. En ese sentido, ¿cuál es el límite? Cuando un problema médico deja de ser un problema médico. Cuando un ciego tiene un problema médico y cuando la ceguera deja de ser un problema médico. Eso tenemos que ver, a propósito de la mercantilización de la medicina. Ese es el capitulo sobre el saber médico.

Un segundo paso en la argumentación es examinar el problema médico en neurología. Ahí lo que tenemos que hacer es examinar las formas de observación del sistema nervioso. Vamos a ver que hay una lógica en la historia de la psiquiatría, la lógica es que «antes había abuso, ahora hay ciencia», antes les pegaban a los locos, después sólo les hablaban, bueno, pero les hablaban de manera autoritaria, en cambio ahora les aplican electroshock, no, pero el electroshock es una barbarie, no ahora les dan pastillas…hay un discurso en la historia de la psiquiatría en que el mismo gremio estigmatiza su pasado y sobrevalora su presente. Y entonces, con esa doble retórica, el presente es mucho mejor de lo que realmente funciona y el pasado era mucho peor, con esa lógica se valora el presente. Y entonces, en esa lógica, ¿qué es lo que ha ocurrido? Ha ocurrido que la psiquiatría dominante, ahora, vamos a ver que después que hay una especie de regreso, esta cuestión es bien retardataria, pero la psiquiatría dominante ya no es partidaria de las terapias de shock insulínico, hubo un momento, en el siglo XX, no estamos hablando de la barbarie del siglo XVIII, vamos a ver que hubo un momento en el siglo XX en que la gente pensó que un remedio para la esquizofrenia era inyectarle malaria a los paciente esquizofrénicos, para, a través de la malaria, producirle una fiebre muy alta porque los tipos habían llegado a la conclusión de que las convulsiones que se producen con la fiebre muy alta era capaces de expulsar la esquizofrenia y esta es una cuestión que no es del siglo XVIII es del siglo XX y esa idea notable mereció el premio nobel de medicina, al tipo que inventó la cura a y través de la fiebre producida por la malaria le dieron el premio nobel no es del siglo V ni bajo el oscurantismo medieval que se inventó la lobotomía y al inventor le dieron el premio nobel de medicina, ¿se dan cuenta?  Entonces vamos a ver ahí, primero, curiosamente vamos a valorizar los tratamientos del siglo XVIII estos no eran irracionales, a los tipos les pegaban, los purgaban, les sacaban sangre, los bañaban con agua helada y sin embargo eso tenía una lógica, era perfectamente racional, era un tratamiento científico. Los tratamientos del siglo XVIII no era irracionales, los tratamientos del siglo XX no son racionales, no se si se dan cuenta, lo que voy a hacer es valorizar el pasado y mostrar la falta de valor del presente, exactamente al revés del argumento convencional, para mostrar que la psiquiatría siempre ha sido una ciencia y que su defecto es ser una ciencia, el problema es la extensión de la racionalidad científica, de una vertiente muy particular de la racionalidad científica, la extensión del razonamiento médico a las alteraciones del comportamiento, ese es el problema de fondo, sin embargo, en esta lógica de «antes había barbarie y ahora sí que somos civilizados», el gran argumento es que antes no se sabía lo suficiente y ahora sí que se sabe. Hubo un momento en que el electroencefalograma produjo furor, ahora sabemos, podemos observar directamente el pensamiento. Hubo una época en que se prometió que el electroencefalograma iba a ser descifrable: «llegará un momento en que mirando las ondas del electroencefalograma vamos a poder saber el estado de ánimo, o si el tipo tiene ganas de tomarse un helado» [risas] duró poco pero se reemplazo por otra cuestión: por algo que se llama la técnica de potenciales evocados y entonces, se esperaba, a través de esa técnica mostrar estímulos, ver el resultado en un electroencefalograma mucho más frío y aprender las claves de la traducción. Bueno, hoy en día todo el mundo considera que eso es una tontera, sin embargo, hubo furor. El mismo furor se produjo con los rayos X cuando se empezaron a sacar radiografías del cerebro, no de los huesos, radiografía de los tejidos blandos, furor. Bueno, hoy día hay un par de técnicas que representan esa misma promesa, una son las tomografías de positrones, otra es la radiografía de rayos X convencionales pero tratados con computación, entonces hay unas siglas que son de lo más científicas el «CAT», el «PET», y lo mejor de todo, ah no ahora si que sí llegamos al nivel de la ciencia: la resonancia magnética nuclear funcional.

Hoy día hay toda una discusión en los tribunales norteamericanos acerca de si la resonancia magnética nuclear funcional se puede usar como detector de mentiras, porque noten que la ilusión del detector de mentiras ha atravesado toda la historia de la psiquiatría, sepan que al primer tipo que se le ocurrió en el siglo XII, un árabe dijo, «sabiendo cómo funciona la interfase entre alma y cuerpo, con evidencias en el cuerpo, yo puede saber algo del alma». Es como el mito de Frankestein, como Leonardo Da Vinci inventando máquinas voladoras, mitos que han atravesado toda la modernidad y se les han ocurrido a la gente una y otra vez. Ahora, parece que se les pueden sacar fotos al alma a través de las resonancias magnéticas nuclear funcional.

Vamos a dedicar un capítulo para explicar qué es lo que se puede observar y que es lo que no se puede observar con rayos X, con electroencefalograma, con la técnica de potenciales evocados, con las tomografías de positrones, qué es lo que se puede lograr con asistencia a través de computador para hacer imágenes tridimensionales, qué se puede observar realmente con resonancia magnética nuclear funcional o no ¿Qué es lo que se sabe? ¿Qué es lo que se observa? Porque cuando uno se entera de qué es lo que se observa, uno puede encontrar el salto que hay entre lo que de hecho se observa y lo que se dice que se observa. En concreto puede decir la tesis altiro y después la idea es argumentar: no hay ninguna evidencia que permita correlacionar estados determinados del sistema nervioso con estados determinados del comportamiento. No hay ninguna evidencia científica, insisto, de que formas determinadas del sistema nervioso correspondan a formas determinadas de comportamiento. De nuevo: no hay la menor evidencia. Y noten que eso es toda la base, no hay la meno evidencia a nivel de rayos X, a nivel de resonancia magnética y menos todavía a nivel de neurotransmisores: no hay ningún patrón de actividad cerebral que pueda ser asociados a formas complejas de conductas como la depresión, como la psicosis. No hay la menor evidencia de que en el cerebro haya lugares específicos que procesan emociones, no hay la menor evidencia de que en el cerebro haya un lugar único que procesa percepciones, o sea incluso, una cuestión tan aparentemente directa como «el centro de la visión» es un mito. Lo único que se ha logrado determinar, así como en general, son las localizaciones de las actividades musculares. A todos los que estudian psicología le deben hacer pasado el mapa en un cerebro donde se dice mira desde aquí se dirige el dedo, de acá se dirigen los pies, etc. sepan que las localizaciones de la actividad motora están mas o menos establecidos y hace como 5 años los tipos encontraron que eran altamente reemplazables, es decir, ni siquiera las localizaciones motoras tienen lugares fijos. Chuta, pero eso es todo lo contrario de lo que nos han dicho en clases ¿se dan cuenta? Y entonces aquí lo que voy a tener que hacer es derechamente decir: oiga, pregúntele al profesor de neurología de donde sacó que la depresión tiene que ver con un neurotransmisor específico, y noten que ahí las reacciones del profesor son muy simpáticas, dicen «está científicamente demostrado» ¿Dónde? «hay papers al respecto», ¿cuáles? «Es que acaso usted no me cree, está poniendo en duda mi autoridad, yo estudié para esto» plop!, entonces uno le dice «si lo respetamos mucho, lo queremos mucho, pero muestre el paper» ¿se dan cuenta? Ese es el emplazamiento. Ahora hay un tema además con medicalización de la propia neurología, vamos a verlo de manera específica.

 

Un asistente: A través de la historia y parados desde hoy podemos ver que la medicina tiene hoy actuales tecnologías que pueden hacer cosas distintas que en el pasado, podemos ver lo que antes no, etc. pensemos entonces que la historia cambia como una suerte de ensayo y error, y hoy, gracias a miles de equivocaciones sabemos en medicina, si deconstruimos totalmente el campo médico quizás nos vamos a privar de conocer que en 500 años más quizás podemos intervenir médicamente de una manera que jamás hayamos imaginado.

 

Profesor: A ver, me parece muy interesante la línea de argumentación, lo que quiero hacer no es destruir el saber médico, lo que quiero hacer es limitar el saber médico. A mi me parece que la mejor manera de curar el sarampión, probablemente, por ahora, sean los antibióticos y siendo prudentes con su uso, que se yo, me parece que eso es prudente y que el uso de la resonancia magnética nuclear funcional para ver derrames cerebrales, para ver fracturas microscópicas es insustituible y es una herramienta extraordinariamente poderosa. Lo que me interesa no es destruir el saber médico, lo que me interesa es limitar el saber médico. Uno, porque hay toda una industria detrás que dice que puede hacer cosas que en realidad no puede hacer y otro, porque la extensión del saber médico sobre las alteraciones del comportamiento no tiene ningún fundamento científico, y entonces lo que quiero deconstruir mas bien es la psiquiatría, no la medicina, pero para eso necesito argumentos de medicina, para demostrar que no es cierto que los psiquiatras saben lo que dicen que saben.

 

Un asistente: Me acorde de una conversación sobre el castigo, mi papá preguntaba a mi y a mis hermanos que aprendieron ustedes cuando yo los castigaba, entonces uno decía yo no aprendí nada porque en l fondo yo aprendí cuando entendí la idea que había detrás del castigo, otro hermano con su hijo dijo yo he tenido que hacerlo y he entendido ciertas cosas y llegamos a la conclusión que el castigo como tal funciona al que castiga y no al que es castigado, entonces de una forma la psiquiatría ha cambiado la relación que tiene con el enfermo, de alguna manera lo que va cambiando es la relación de la funcionalidad de ese acuerdo de solución entonces de la misma manera como lo he estado pensando extrapolándolo al campo de la antropología que nace como una cosa funcional al conquistador, y por tanto tiene el mismo punto de amarre, de alguna forma como que remece el mito de la objetividad de la solución…

 

Profesor: Estamos de acuerdo, pero me interesa el orden de la argumentación, me interesa llegar a esa conclusión. ¿Es la psiquiatría una disciplina al servicio de las clases dominantes? Si, pero no voy a partir de esa conclusión, voy a llegar a esa conclusión. Para llegar a eso se puede mostrar una objetividad del saber psiquiátrico que justificaría los procedimientos psiquiátricos, y si falta esa objetividad, entonces a cuento de qué estamos tomando todas las pastillas que estamos tomando. Quiero que las consecuencias económicas, políticas y sociales caigan a partir de una argumentación que está en el orden del discurso científico fundante de la psiquiatría. Ese es el orden del argumento. Pero en realidad, a mí lo que me interesa es la crítica política, lo que pasa es que, como estamos discutiendo aquí con científicos que tiene una validez pública como asegurada, como la mitad de la divulgación científica que se hace, se hace sobre psiquiatría y el 80% se hace sobre problemas de medicina, entonces estamos discutiendo con el sentido común, noten que, los que estudian psicología ya lo sabrán, los que han empezado a hacer su práctica profesional, la gente demanda las pastillas, la gente se enoja con los psicólogos cuando no les dan pastillas «es que si usted no me da algo yo me tiro por la ventana, yo voy a hacer crisis, yo tengo ataques de pánico y yo sé que a la gente le están dando pastillas y usted me las niega, entonces me cambio de psicólogo o usted no está cumpliendo su función», entonces estamos discutiendo no sólo con los científicos, estamos discutiendo con el sentido común. Noten las racionalización de esto: «Si, yo sé que estas cuestiones son venenosas pero por mientras me sirve», entonces vamos a tener que contraponer ese argumento también; que es eso de «por mientras me sirve», en concreto, lo que vamos a hacer en algún momento es explicar qué hacen las pastillas y por qué es una trampa esa solución, él quería hacer una pregunta.

 

Un asistente: Como filósofo de la ciencia quiero hacer una pregunta. Hace poco mencionó usted que nadie ha demostrado que químico [no se entiende] mi pregunta es qué entiende por demostrar porque yo tengo entendido que las demostraciones es por lógica o por matemática, entonces…

 

Profesor: Ahí es donde entramos al detalle de la argumentación. Para que vea, por qué puede ser engorroso venir clase a clase a escuchar un argumentación enredada, porque si uno va al detalle, lo que voy a proponer es lo siguiente: no se puede demostrar nada. Ni siquiera se puede demostrar que el bacilo de koch produce la tuberculosis, entonces el problema es: bajo que condiciones el conocimiento médico es confiable, insisto, no se puede demostrar, en sentido epistemológico, que el bacilo de koch produce la tuberculosis, sin embargo, las evidencias que tenemos son confiables, voy a enumerar criterios de fiabilidad, el asunto ahora es si ese criterio de fiabilidad es aplicable a la psiquiatría y vamos a ver que no es aplicable. Es decir, que el problema, lo que estamos exigiendo de los tratamientos psiquiátricos no es que sean demostrables, porque nada se puede demostrar, lo que estamos pidiendo es que seamos fiables. Voy a decirlo de una manera un poco más difícil por si está quedando muy claro: lo que voy a hacer no es deconstruir el método científico ¡nada se puede demostrar! No, lo que voy a hacer es proponer un mínimo científico, y lo voy a tratar de usar de manera defensiva: «Si usted no ha mostrado al menos esto, entonces no me puede dar esta pastilla», voy a usar el método científico como garantía, no me manera positiva sino de manera defensiva. Eso es super importante porque a la hora de los quiubo esto se transforma en sentencia judicial, aquí, no es cierto, los inútiles subversivos van a ser juzgados como el reverso de la depresión endógena, algún cuadro del DSM IV coincidirá con eso ¿no?, usted está deprimido para afuera, le está echando la culpa al mundo, lo que pasa es que usted tiene el desbalance químico al revés de los depresivos y eso se va a convertir en una sentencia judicial que no es carcelaria, es una sentencia respaldada por un dictamen médico: el problema no es que ustedes estén indignados, el problema es que ustedes tienen un desbalance químico y entonces lo que tenemos que hacer, porque los comprendemos, no es mandarlos presos, lo que tenemos que hacer es darles ritalín. Este niño es inquieto pero no es inquieto porque sus papás se estén separando sino porque tiene un desbalance químico, entonces por su bien, lo vamos a balancear. Y entonces ¿qué es lo que va ocurriendo? Va ocurriendo que la ideología burguesa va mermando el libre albedrío, va negando la virtud liberal: los ciudadanos tiene autonomía de conciencia, los ciudadanos son deliberantes, eso está en decadencia, ahora las clases dominantes prefieren sostener que en el fondo las personas no son autónomas y deliberantes sino que están condicionadas biológicamente, entonces con eso la cárcel no es el mejor lugar, el mejor lugar por el bien de todos ustedes es el hospital psiquiátrico. Pero seamos democráticos, asumamos lo que la antipsiquiatría nos ha enseñado, el hospital psiquiátrico no es el mejor lugar, el mejor lugar es su propia casa, porque a usted le pueden fabricar un hospital psiquiátrico en su casa dándoles las pastillas adecuadas, entonces lo que se ha producido es un hospital psiquiátrico generalizado, aquí en Santiago de Chile estamos llenos de locos escondidos en las casas en que la familia no muestra al loco lo tiene escondido porque es toda una dificultad sacarlo a la calle y los familiares van al consultorio retiran los fármacos y se los administran, entonces es una cárcel generalizada donde los locos están sin barrotes, a cargo de los familiares, en eso se ha convertido la deshospitalización de la locura que era una de las reivindicaciones del movimiento antipsiquiátrico pero se ha convertido en una nueva hospitalización, entonces hay una especie de microhospital y al tipo no lo tienen con una camisa de fuerza sino simplemente dopado en su pieza y la familia está contenta porque puede contener a una persona que tenía alteración del comportamiento. Y noten que sin tuviéramos la misma política antipsiquiátrica «no les damos más pastillas», las mismas familias reclamarían «entonces si usted no le va a dar mas pastilla por lo menos téngalo encerrado». Estamos peleando contra el sentido común.

Entonces como digo, hay un argumento neurológico que hacer: es necesario que los usuarios comunes y corrientes sepan que la resonancia magnética nuclear funcional mide circulación sanguínea y no actividad neuronal. No hay una relación directa entre la irrigación o la oxigenación y la actividad neuronal, no la hay. Como tampoco hay una relación directa entre la actividad neuronal y la actividad subjetiva y eso tenemos que decirlo y tenemos que explicar en qué consiste eso, ese es el plano neurológico.

El tercer momento de la argumentación es el problema psiquiátrico ahora, lo que tenemos que hacer es mostrar cómo ha operado el modelo médico en psiquiatría cómo es que a lo largo de la historia de la psiquiatría moderna se han aplicado los criterios de la medicina a la alteración del comportamiento ahí hay una mínima historia que hacer. Hay que ver cómo los tratamientos desde el siglo XII, porque sepan que ya hubo un hospital público en Bagdad en el año 850 de nuestra era, los árabes tenían hospitales públicos, tenían universidades, zoológicos y bibliotecas públicas, programas educacionales e índices de alfabetización crecidos al 30 %, en ninguna otra cultura anterior el índice de alfabetización había pasado el 1% de la sociedad. Bueno, los árabes fueron los primeros en distinguir dentro de los hospitales públicos lugares para las alteraciones del comportamiento. Entonces vamos a hacer esa mínima historia, es en el mundo árabe donde apareció la dualidad alma-cuerpo y eso fue recogido después y magnificado por la versión cartesiana. Entonces lo que quiero mostrar ahí es cómo la medicina de los humores la daba una base científica a la psiquiatría en la época del siglo XVI, XVII, XVIII y cómo la medicina de los humores fue reemplazada recién a mediados del siglo XIX y en psiquiatría a fines del siglo XIX. Esta idea de que el funcionamiento subjetivo depende de la actividad de las neuronas es extraordinariamente reciente, empezó a investigarse científicamente recién a partir de 1870-1880 para adelante. Hay que hacer esa historia. Sin embargo, la historia nos va a dar un contexto no más, me importa mostrar, porque es importante hacerlo, la racionalidad de los tratamientos clásicos y la abierta irracionalidad de los tratamientos psiquiátricos del siglo XX. La más mínima enumeración de la forma en que se ha tratado la esquizofrenia en los distintos años durante el siglo XX es de por sí un argumento espantoso. Han hecho las cosas más espantosas. Vamos a tratar de ver en algún momento una película, un documental, no es lo mismo saber que Pavlov experimento con perros que ver el perro de Pavlov. Pavlov sacó una película del perro con el experimento. No es lo mismo ver el perro de Pavlov que ver los niños de Pavlov a los cuales se les perforó la mejilla para controlar la salivación, igual que un perro. Por cierto niños huérfanos de orfanatos públicos. Bueno, Pavlov sacó orgullosamente una película de eso.

No es lo mismo saber que la gente salta con el electroshock que ver a alguien saltando con el electroshock. Entonces es bueno ver esas cosas. Ver a alguien saltando cuando se produce un coma insulínico. Bueno, Francis Skinner inventó la caja de Skinner para adiestrar palomas y ratones con impulsos eléctricos pero él llego a la conclusión de que eso también se podía hacer con los niños entonces Skinner metió a su propia hija durante más de un mes a una caja de Skinner para mostrar que su propia hija, que en ese momento tenía dos o tres años, podía ser programada a partir de choques eléctricos, no sólo eso, sino que sacó una película de eso para mostrar su experimento. Entonces es bueno ver a la hija de Skinner y al papá dándole estimulaciones eléctricas a la hija metía dentro de la caja. Entonces, la historia del horror de la psiquiatría del siglo XX es por sí misma un argumento. Sin embargo, lo que hay que hacer en seguida es mostrar que los tratamientos actuales son tanto o más horrendos que esos tratamientos del siglo XX y el tratamiento actual por excelencia es el de los fármacos. Es la línea farmacológica que pretende que balanceando ciertos desequilibrios con los neurotransmisores, pero vamos a ver desde cuándo que la gente dice que son los neurotransmisores, noten que hubo una época en que eran los lugares: «en este lugar está la agresividad» entonces a alguien se le ocurrió cortar el lugar del cerebro para sacarle la agresividad. Bueno ahora ya no son tan brutos, y eso ocurrió en 1970, y aun hay países que autorizan la lobotomía como procedimiento válido en casos de agresividad. Noten que casos de agresividad significa casos para disciplinar conductas antisociales. Se le ha cambiado el nombre a la lobotomía ahora se llama microcirugía, pero sigue existiendo. Sin embargo, es importante examinar la historia de los fármacos. De a donde salieron, cómo se van reemplazando, en que consiste la primera, la segunda y la última generación, porque no se si saben que los fármacos en que generación están, los de una zona indeterminada de tiempo se llaman última generación. Vamos a ver que esas generaciones de fármacos ocurren cada 20 años y ¿por que? Porque resulta que las patentes de los fármacos duran 20 años y entonces cuando un laboratorio saca un fármaco puede venderlo con exclusividad y hacer la ganancia que quiera durante un tiempo de 20 años cuando se vence la patente, cualquier laboratorio lo fabrica entonces las ganancias bajan, entonces que es lo que se hace, se denuncian al público los defectos de esos fármacos y se anuncia que ahora sí sus defectos han sido superados y vemos otra generación durante 20 años. Vamos a ver que esta historia se ha repetido desde 1930 para adelante y regularmente cada 20 años y misteriosamente a medida que se van agotando las patentes van cambiando las generaciones y vamos a ver en qué generación estamos.

Sin embargo, el argumento tiene que ser un poco más técnico que esa descripción. Lo que vamos a examinar de la manera más técnica que podamos son las dificultades del diagnostico psiquiátrico.  ¿Es cierto que el diagnostico psiquiátrico es validable con la exigencia mínima que le vamos a poner como método científico? Y ese es el problema del DSM IV y entonces vamos a tener que examinar por qué el DSM IV no es confiable desde el punto de vista científico, no es capaz de pasar el umbral de garantías mínimas que el método científico debería dar, como decía hace un rato, no se trata de demostrar nada, lo que vamos a pedir es un umbral mínimo, bueno, no logra sobrepasar ese umbral, entonces vamos a ver la dificultad del diagnóstico. En un segundo momento se trata de ver las dificultades terapéuticas, es decir, si los tratamientos que se administran cumplen con las normas mínimas de validación de los tratamientos médicos. Desde fines de los años 90 había un movimiento anterior sobre lo mismo, cuando veamos el tratamiento médico vamos a ver una cosa que se llama medicina basada en la evidencia, hoy se ha convertido en toda una demagogia que usan las compañias farmacéuticas, pero tenemos la posibilidad de usarla de manera relativamente en serio, entonces vamos a ver si los tratamientos psiquiátricos cumplen con las condiciones mínimas exigibles para la medicina basada en evidencia. En tercer lugar, se trata de ver el problema del alta psiquiátrica, que es como el reverso del diagnóstico, ¿es confiable como usted ingresa a estos tratamientos?, ¿es confiable científicamente lo que le hacen durante el tratamiento? y en seguida, ¿hay una manera definida válida, desde un punto de vista científico, de salir de los tratamientos? Y vamos a ver que no, que en realidad el problema inverso del diagnóstico es que el diagnóstico inevitablemente crea un estigma y a partir de ese estigma simplemente la gente que es diagnosticada con esquizofrenia no sale más. Noten que aquí hay distintos grados de objetivación del síntoma… a mi me salen manchas, pero lo mío es somático, lo mío es un virus, una bacteria, no es que sea un ¡histérico! Y esté somatizando, tengo colon irritable pero es una bacteria y ya estoy tomando antibióticos para eso, noten que todos necesitamos objetivar el síntoma porque ya nos enseñaron que si el síntoma es psicológico la culpa es mía, en cambio si es psicosomático la culpa es de unas bacterias, es como las racionalizaciones de los gordos, «yo soy gordo pero soy gordo parejo», «no lo mío es hormonal», «no toda mi familia es así» es una racionalización [risas] entonces que es lo que ocurre, que en la objetivación del síntoma psiquiátrico está el problema del alta psiquiátrica, como lo que tenemos es objetivo entonces no nos van a soltar más ¿Por qué? Porque resulta que el criterio para decir usted se curó no cumple la menor validación científica, entonces estamos ahí abandonados al criterio del psiquiatra: «bueno ya, no le de ritalín» y noten que el criterio por el cual nos dejan de dar ritalín es tan vago como el criterio que usaron para empezar a darnos el ritalín. Es a partir de es argumentación que podemos llegar al momento político, económico, ideológico de este asunto. El último paso en el orden del argumento, es el de las urgencias políticas, entonces es denunciar y exponer lo ideológico que está detrás de esto. Si no han pasado todos esos estándares científicos, entonces algo se tienen entre manos. Y ahí lo que tenemos que hacer es exponer los intereses económicos que hay detrás, exponer las racionalizaciones ideológicas que hay detrás. Pero no es suficiente, hacer una crítica antipsiquiátrica exige convertir eso en una política antipsiquiátrica y para hacer una política no basta con oponerse, hay que proponer algo.

Entonces ¿que es lo que tenemos que hacer?, lo que voy a hacer es contraponer el modelo médico de la alteración del comportamiento a un modelo social de la alteración del comportamiento, pero cuando hagamos eso vamos a ver que ya hay modelos sociales de la alteración del comportamiento y que la alteración es entendida como desviación y entonces dentro de los modelos sociales de alteración vamos a tener que distinguir entre desviación y diferencia, ¿Cuál es el problema de esta alteración?, ¿alteración respecto de qué? Esta persona está alterada porque se ha desviado de lo que debería ser o está alterada respecto a una cierta normalidad simplemente porque es diferente ¿un ciego está enfermo? Y si concedemos que un ciego no está enfermo, ¿un ciego es una persona común y corriente?, ¿qué es en rigor la ceguera? Constituye la identidad del ciego y bajo que condiciones. Ahí vamos a distinguir, hay tipos que están enfermos en la medida que se pueden curar de la ceguera, bueno, la ceguera incurable, que en términos médicos es claramente caracterizable, es constituyente, forma parte de la identidad de un ciego ser ciego, forma parte de la identidad de una persona que a perdido las dos piernas ser un discapacitado en ese aspecto. Entonces vamos a tener que distinguir ahí políticas para la desviación, que corresponde el disciplinamiento y políticas para la diferencia, que corresponde la valorización y el reconocimiento de la diferencia. Entonces ahí vamos a tener que meternos en el problema de en qué consiste la diferencia, en que consiste estar loco, ese es e problema. ¿Son las personas locas personas normales?  No. Lo que voy a argumentar es que es cierto que los locos están locos, lo que no es cierto es que los locos están enfermos. Y entonces ahí el problema es, «bueno si no están enfermos, entonces se están comportando de una manera que debería ser disciplinada», ¿por que? Porque podrían no estar locos. Voy a tener que argumentar que hay una dimensión intrínseca de la locura que no sólo no es, de hecho, disciplinable, sino que además no debería ser disciplinada. Es decir, lo que tenemos que pensar como fundamento del asunto, y hay un montón de situaciones que podemos medir respecto a ese fundamento, es que hay locos que efectivamente están locos, en que la locura los constituye y que nosotros deberíamos aprender a valorizar y reconocer la locura como diferencia. Por eso siempre voy a hablar de loco, no de discapacitados intelectuales, voy a evitar es manera de «no le diga negro dígale afroamericano», no, son locos [risas]. Ahora ojo ah, la mayor parte de los locos no están locos, voy a decirlo ser y estar, la mayor parte de los locos están locos pero no son locos, están así pero no son así, es una experiencia común y cotidiana, una de las grandes cosas que ha hecho mostrar la antipsiquiatría es mostrar es experiencia, la experiencia de gente que vuelve de la locura, estuvo loco y volvió de la locura. Entonces hay un argumento que armar respecto de las personas que están locas y que pueden volver de la locura y hay otro argumento que para mi gusto es más fundamental que tiene que ver con las personas que no están en la locura sino que son así, al respecto es interesante saber, es uno de los ejemplos básicos que quiero poner, los invito a que lo investiguen porque lo primero que uno tiene que hacer con las cosas que se dicen en clases es ponerlas en google y ver que hay a favor y que hay en contra. Piensen los que escuchan voces, los que escuchan voces son una asociación inglesa, originalmente en Bélgica, se llaman así «Hiding voices», es una asociación de delirantes que se reúnen para exigir su derecho a ser reconocidos como delirantes, a no ser medicados, a no ser tratados como anormales, a que se reconozca su diferencia. Y pelean por cuestiones super concretas, por ejemplo, que no se los discrimine laboralmente, porque los delirantes están hablando todo el día, y hablan con un personaje que hay encima de la mesa, no es cierto, uno tiene un hipogrifo y habla con el hipogrifo todo el día y sin embargo los delirantes reconocidos y autovalorizados que no se han dejado, que han sobrevivido a la estigmatización psiquiátrica son perfectamente capaces de trabajar mientras deliran, son perfectamente capaces de tener integración social con su delirio. Entonces si usted me saluda a mí y a mi amigo invisible, si eso ocurre, yo tengo relaciones sociales medianamente aceptables. Busquen en internet esa asociación porque lo que ellos persiguen es un objetivo que tiene, a mi gusto, dos niveles, uno, hay muchos delirantes que pueden volver del delirio y en ese sentido, claro estamos acostumbrados a decir las cosas de una manera bárbara y discriminadora, uno dice «se mejoran», como si delirar hubiera sido una enfermedad, entonces vamos a tener que pulir esas cuestiones de lenguaje, así para que no se nos salga lo discriminador «que bonita la guagüita que lástima que no sacó los ojos verdes de la mamá» o sea, «¡que bonita la guagüita que lástima que sea negro!» [risas], para que no se nos salga eso «que bueno que se mejoró de delirante», como esa esperanza que los discriminadores tienen respecto de los homosexuales, «en algún momento se les pasará», no, hay gente que puede volver del delirio, pero hay gente que no sólo no puede volver del delirio porque es así sino que no quiere volver del delirio, entonces cómo armar una sociedad para que reconozca a esa gente.

 

Un asistente: La primera, sobre el asunto, de que está loca pero no lo está ¿Cómo fue eso?

 

Profesor: Hay que gente está loca pero no es loca

 

El asistente: ¿cómo lo entienden los gringos? Porque de qué manera… [risas]

 

Profesor: En realidad el castellano tiene muchos orgullos, los alemanes y los franceses, aparentemente hay cosas que se pueden decir en una idioma y en otro no, pero para mi eso es un chovinismo no más, en realidad en todos los idiomas se puede distinguir entre ser y estar, lo que falta es una palabra pero no el concepto, entonces usan circunloquios, se parecen mas a una construcción lingüística que una palabra concreta. La idea de estar en un estado o ser una esencia en todos los idiomas

 

El mismo asistente: Ya, la otra es: si bien aceptando al loco como tal sin embargo en qué momento el loco puede legitimar su pensamiento porque opera un ejercicio político en que se deslegitima, de hecho, hoy en día se usa mucho, los poderes fácticos tratan constantemente de locuralizar ciertos discursos….

 

Profesor: La pregunta así como a largo plazo, la pregunta de fondo es ¿cómo tendría que ser el mundo para que los locos puedan ser locos y no necesiten hacerse los lesos? Hay varias preguntas parecidas, ¿cómo tendría que ser el mundo para que los homosexuales no estén en el clóset?, ¿cómo tendría que ser el mundo para que los mapuches no se pinten el pelo amarillo y no se ponga lentes de contacto azules? Entonces la única manera de reivindicar auténticamente la diferencia que es la locura, no la locura temporal, social, psicológica producida por la discriminación, por el abandono familiar, etc. la única manera es que haya un mundo distinto. Noten ustedes que personas que funcionan con un registro de la razón radicalmente distinto al nuestro son personas impredecibles y que haya una persona impredecible es temible, hay un mínimo supuesto que hacemos sobre el prójimo, por ejemplo, si está haciendo clase no se va a subir a la silla sólo para resaltar un punto pedagógico [el profesor se sube a la silla y levanta brazo, risas de los asistentes], esperamos que la gente no haga eso, ¿y si lo hace? Entonces ¿cómo manejar, cómo contener?, pero esa pregunta no es muy distinta a ¿cómo tenemos que tratar a un ciego que es auténticamente ciego? Hay una manera de disponerse alrededor de un ciego que hace posible la viabilidad del ciego, en el caso de la locura es más complicado, sin embargo, conceptualmente es la misma clase de problema.

 

Un asistente: Sobre lo mismo, estaba pensando en los criterios de comunicación con las personas distintas, entonces ocurre una especie de inversión de ese criterio que tiene que ser tal que ya no responde a una formalidad de lo anormal, entonces yo no se donde viene este criterio de inhabilitación, me imagino que viene más desde una ciencia y no de los grupos de un nosotros que hemos sido históricamente definidos como locos que defendemos nuestra causa de lucha, se sale totalmente del criterio de normalización.

 

Profesor: Pero por supuesto, los primeros que tienen que defender la posibilidad de ser reconocidos como auténticamente locos son los locos. No se si se dan cuenta que hay una especie de paternalismo en que los hombres defiendan a las mujeres y los chilenos defiendan a los mapuches, y que los heterosexuales se hagan los amables con los homosexuales, no, cada uno de los que detentan una diferencia deben ser los primeros actores de la defensa del reconocimiento de su diferencia, hay un problema político digamos y lo que nosotros podemos hacer es contribuir a formar un marco en que los mapuches, los homosexuales, los locos, los ciegos pueden convivir de una manera relativamente humana. Ahora, lo importante, por eso ahí llega la argumentación, después de dar todos estos argumentos médicos, neurológicos, psiquiátricos, la argumentación tiene que aterrizar a un plano político, estamos hablando de política cuando establecemos modos de acción social respecto de problemas que son vistos, primero como problemas, que son vistos como alteraciones cuando no necesariamente deberían serlo, cuando adoptamos esos modos de organización social y se establece un deber ser, «mire usted no puede tratar a un homosexual, lesbiana, un ciego de la manera en que le de la gana», cuando establecemos ese deber ser y una manera de ordenar la sociedad para que no ocurra lo que estamos haciendo, eso es una política, en eso consiste la política.

 

Asistente: Cuando se habla del problema de la normalidad/anormalidad se ve el caso del DSM V que está listo pero en revisión, donde se cuestionó que ese manual podía diagnosticar al 95% de la sociedad, entonces vemos que se están elaborando criterios diagnósticos donde la normalidad se ubica dentro de la anormalidad.

 

Profesor: No claro, vamos a llegar al problema del DSM V y eso lo van a comprobar ustedes mismos si se meten a DSMV.org donde esta disponible el borrador de lo que va a ser el DSM V y pueden ver las discusiones que se han hecho al respecto entre los mismos redactores del DSM IV con los del DSM V entre otras cosas porque los dejaron afuera, pero vamos a ver que se ha hecho una cosa que es tremendamente alarmante: se han bajado los criterios diagnósticos, prácticamente en todos los cuadros, bajar los criterios diagnósticos significa aumentar la cantidad de gente que necesita tratamiento psicológico y lo que hay detrás de eso es un lobby de las empresas farmacéuticas para que todos necesitemos pastillas, entonces claro, a llegado una situación absurda en que en nombre de la normalidad, la normalidad se ha hecho excepción, y ahora lo normal es ser anormal por decirlo así y eso es una inversión de la lógica disciplinante psiquiátrica en que se esperaba que todo el mundo estuviera disciplinado como espontáneamente, no, ahora todo el mundo va a ser disciplinado artificialmente porque se decreta, de partida, «usted no está en el lugar que debería» entonces necesariamente tenemos que empujarlo a ese lugar.

 

Asistente: Me parece interesante la problematización que usted hace en base a tener en cuenta todo lo que es necesario tener en consideración para hacer una crítica y generar una política, y también comparto el horizonte que usted plantea, eso de reconocer la diferencia y para tener en consideración eso, antes criticar los fundamentos, pero en base al camino acerca de cómo ir transformando esto que necesita ser cuestionado de raíz, o sea las instituciones de la salud mental como capturan a amplio margen de la población como la oprimen, lo que me pregunto es cómo nosotros, por ejemplo, yo soy estudiante de psicología, cómo podemos hacer la gran mayoría de los estudiantes que estamos acá para trabajar al servicio de las luchas de los pueblos, para que no sigan siendo oprimidos por el saber psiquiátrico y cómo nosotros vamos a ser futuros profesionales de la opresión, entonces en ese sentido cómo podemos definir objetivos tácticos y estratégicos para transformar, por ejemplo, las políticas públicas en Salud mental, hace poco vi que estaba en encuesta pública una serie de criterios del nuevo plan nacional de Salud mental y psiquiatría, ¿cómo podemos nosotros organizarnos para poder hacer algo, o sea golpear la mesa para que las cosas cambien de algún modo, un poco, un margen, para que los psiquiatras no sigan dañando y que los psicólogos no sigan siendo cómplices de todo esto que se está generando?

 

Profesor: Vamos a llegar a un punto de cuestiones políticas en ese sentido: cuál es el camino, qué medidas, yo puedo anticipar algunas cosas que son muy concretas, yo creo que la pelea política en el plano de la antipsiquiatría tiene varios niveles de demanda, por decirlo así, curiosamente, al nivel de las políticas públicas impera un pluralismo y una flexibilidad realmente asombrosa, digna de la Concertación [risas] porque es la misma lógica, las políticas públicas son extremadamente vagas y esa vaguedad permite que al nivel de la salud mental efectiva, los psiquiatras manden con sus criterios neurológicos y médicos, entonces claro, un plano es tratar de precisar esta vaguedad de la política publica introduciendo cláusulas que impidan ciertas prácticas, por ejemplo, que impidan el electroshock, que impidan la medicamentación forzosa. Hay cuestiones que se han logrado en otros países por ejemplo que las personas que son declaradas judicialmente locos pueden elegir a sus tutores, en Inglaterra los tipos son declarados jurídicamente locos, discapacitado mental digamos, esa es la categoría, sin embargo, usted no es tonto, y como no es tonto usted puede elegir a su tutor. Se parte de una premisa que es empíricamente constatable, los locos no son tontos, o sea que son capaces perfectamente de discernir lo que les conviene. Y entonces la ley inglesa le concede a estos que nosotros llamamos enfermos mentales el discernimiento sobre su propio bienestar y entonces por eso pueden rechazar a los tutores, los tratamiento médicos cuando no les gustan, etc. sin embargo, hay una política muy inmediata que hacer, que es cómo estamos por casa, o sea, lo primero que tenemos que preguntarnos es cuanto ritalines tomamos nosotros mismos, cuanto toman nuestros hermanos, la mamá que tiene problemas con el papá, etc. entonces hay una política super concreta que además, porque los efectos de los fármacos son catastróficos, lo digo altiro, si alguien en esta sala estamos tomando antidepresivos no deje de tomarlos, el efecto de suspender un efecto de antidepresivo es peor que el efecto de seguirlo y entonces hay una cuestión así como inmediata, la única manera de suspender un tratamiento con fármacos que afectan al sistema nervioso es demorarse en dejar el tratamiento prácticamente lo mismo que uno se demoró en llegar al estado en que está, si ustedes hace 4 años que están tomando pastillas deberían demorarse, por lo menos, dos años en dejar de tomar las pastillas, es decir, disminuir las dosis muy lentamente, porque lo peor que puede hacer uno es dejar de tomar las pastillas porque cuando esto se hace los efectos son tan feroces que lo que hace el psiquiatra invariablemente es echarle la culpa a uno y darle más pastillas, o sea se revierte el efecto de las pastillas sobre el paciente, y el psiquiatra en una asociación, que vamos a examinar, media chamullenta entre neurología y psicoanálisis lo que los tipos dicen es «sabe qué, cuando usted dejó de tomar las pastillas el problema endógeno que usted tenía emerge», «que bueno que tenga esta crisis porque ahora si estamos frente al real problema» [risas] y a uno le aumentan la dosis de pastillas, entonces ojo, porque aquí nadie está libre, estoy seguro que una población interesante de esta sala, no voy a preguntar, tratando de aprender antipsiquiatría, están tomando algún tipo de pastillas.

 

Una asistente: Respecto a la figura del loco, me acorde de la película «Hombre mirando al sudeste» que grafica un poco la figura del loco diferente, que reflexiona y se resiste a la medicación, bueno quisiera preguntar por los tipos de la locura, el loco del delirio, el delirante es un tipo de loco, que puede vivir en la sociedad medicamentado, pero, ¿que pasa con el loco catatónico?, ¿que no puede socializar y tampoco puede generar un nexo con lo social?, porque no comprende o sea hay un déficit motor, un déficit cognitivo, estoy pensado en los distintos tipos de locos y los distintos rostros de la locura….

 

Profesor: Es interesante el argumento, porque lo que vamos a ir descubriendo son las maneras estándar de argumentar, hay como chivas ejemplares, «mire lo mío no es depresión lo mío es epilepsia y eso si es objetivo», noten que hay una cantidad increíble de personas a las que les han decretado predisposición a la epilepsia y les han empezado a dar medicamentos a las 12 años , que se yo «esto se desencadena en la adolescencia» entonces el cabro chico que tuvo fiebre y tuvo unas convulsiones a los 4 años tiene predisposición a la epilepsia y le han empezado a dar remedios a los 4 años porque después se le va a desencadenar. Sepan, no hay la menor evidencia científica, sepan que la discriminación de epilepsia a través del EEG está seriamente cuestionada por la evidencia científica, hay epilepsia que se pueden detectar a partir del EEG, la mayor parte de las epilepsias diagnosticadas por ese medio sin embargo, no resisten la validación científica. Porque hubo un momento en que empezaron a diagnosticar esquizofrenia al lote y luego hubo una especie de objetivación de la esquizofrenia, no es esquizofrenia, es epilepsia, ojo, porque los cuadros en que se dice que son cuadros más físicos que psíquicos deben ser tratados como cuadros físicos. Hay un montón de enfermedades que producen alteración del comportamiento, si uno tiene sífilis tiene conductas de loco y es claro que si se le pasa la sífilis se le pasa las conductas de loco. Entonces por eso hay que distinguir ahí, cual es el origen de esa locura, ¿Hay locuras de origen médico? Si ¿Es la locura un problema médico? No.  Si el tipo tiene conductas de loco porque tenía sífilis hay que curarle la sífilis no la locura. Ahora, lo que pasa con los ejemplos extremos es que se usan para racionalizar los que no son extremos y entonces por cada catatónico hay 10 mil esquizofrénicos que tienen que pagar las consecuencias porque capaz que en algún momento usted se vuelva catatónico. Entonces, ¿Qué es lo que tenemos que hacer ahí? Establecer criterios que permitan distinguir cuando un problema es médico, porque resulta que las personas que no se pueden valer físicamente hay una medicina que se preocupa de eso que es la medicina paliativa.

 

La asistente: Yo me refería a un tipo que no puede comprender su realidad, hay un tipo de loco que no está subjetivado sino completamente objetivado…

 

Profesor: La locura cognitiva, primero, es extraordinariamente más baja de lo que se cree, y en seguida, un porcentaje muy importante de esas locuras cognitivas son producto de los fármacos, tienen un origen farmacológico, un origen médico. O sea hay mucha gente que resulta loca después que la trataron. Entonces bueno, vamos a ver eso cuando veamos los fármacos, pero una cosa es ver el fármaco en concreto, «es cierto que tal medicamento hace tal y tal cosa» y otra es ver el tipo de argumento que se levanta en torno a él.

 

Un asistente: He estado trabajando con los compañeros secundarios que están en huelga de hambre y en algunos establecimientos la municipalidad ha hecho que sean los psicólogos los que se empiecen a relacionar con los mismos alumnos, lo que me llamaba la atención es que los mismos alumnos se dieron cuenta y rechazaron muchas de las intervenciones que estaban haciendo los mismos psicólogos porque se daban cuenta que los talleres que les proponían no servían para nada y a la vez, la misma intervención que estaba haciendo los achacaban y los buscaba de alguna manera culpabilizar o convertir en síntoma la rebeldía, entonces me parece en ese sentido muy sano el rechazo de los propios alumnos,  el rechazo de las intervenciones de los psicólogos por los propios alumnos….

 

Profesor: No se si se dan cuenta pero es peligroso argumentar de esa manera, porque resulta que cuando un argumenta contra el psicólogo es porque uno está loco, no porque el psicólogo esté equivocado. Es como en la inquisición, si digo «usted está abusando de mi» la respuesta del inquisidor es que estoy endemoniado y por eso no soy capaz de distinguir al inquisidor como un representante del bien o de Dios. Entonces que bueno que los cabros se atrevan a decir «no le creo al psicólogo», sin embargo, hace necesario un cierto apoyo social para respaldar esa opinión porque el cabro solo que hace eso va a resultar doblemente estigmatizado y se va a decir justamente las conductas de desafío a la autoridad se manifiestan, por ejemplo, en que no quieren tratamiento psicológico, entonces se confirma, se dan cuenta. Lo que tenemos que hacer es apoyar a esos cabros, eso es bueno porque forma parte de una especie de desconfianza general hacia la autoridad porque el psicólogo se ha ido levantando como autoridad ¿no? Ahora, respecto a los psicólogos en los colegios, toda clase de barbaridades. Voy a traer la noticia, la tengo recortada por ahí, en el Mercurio en algún momento se ve el antiguo uso del Ritalín, ahora se usa me manera mucho mas racional y moderada, en el colegio tanto,  católico, se ha hecho costumbre tener Ritalín en la inspectoría [risas] y cuando los niños se sienten inseguros o inquietos los niños van y piden una pastilla por el día, ese uso esporádico es completamente, inofensivo y los estudiantes por si mismos se han ido controlando. Es cierto que hay algunos que van a pedir la pastilla cuando tiene prueba, porque tienen la idea que si se toman la pastilla se van a concentrar mejor pero eso el lógico de los adolescentes. Eso es Santiago de Chile. Noten que en Montevideo, el ministerio de salud reparte Ritalín a los consultorios y los profesores pueden ir a pedir la pastilla al consultorio y dársela a todo el curso de manera preventiva, todos los días. Entonces la barbarie es realmente increíble.

 

Un asistente: De alguna forma se necesitan pruebas para que la locura no sea una enfermedad, vale, yo creo que la única forma de hacer esto es generando un modelo que permita distinguir la enfermedad ontológicamente, ahora mi pregunta es si esto es lo que va a hacer

 

Profesor: Si eso es lo que voy a hacer [risas] lo que voy a hacer es especificar qué es una enfermedad desde el punto de vista médico.

 

El asistente: Ya si pero ontológicamente tiene que ser una definición de enfermedad en criterios sociales que no le compete a la ciencia…

 

Profesor: No es para tanto…lo que necesitamos es saber si el tipo tiene fiebre debido a una bacteria y que si le damos antibiótico no sólo va a curar la fiebre sino que además va a morir la bacteria.

 

El asistente: Ya si pero de acuerdo a filosofía médica hay demasiados criterios de enfermedad, está el de discapacidad por ejemplo, el de enfermedad mental que lo tienen separado con una palabra distinta incluso en inglés, entonces en ese sentido habría que modernizar el concepto de enfermedad. Segundo, espero que no se enojen los estudiantes de psicología pero me parece que se ocupa demasiado el concepto de psiquis, ahora, por ejemplo según el concepto de psiquis según el materialismo eliminativo que define que cualquier estado mental es idéntico a un estado físico, material, tal conducta es cierta en base a tal respuesta de neurotransmisor o cierta red neuronal, cosa que habría que refutarse para poder continuar con la definición…

 

Profesor: Pero lo que voy a hacer es formular criterios prácticos, no criterios filosóficos, tienen un fundamento filosófico, pero lo que me interesa es un problema super práctico: ¿él tiene tuberculosis o no? o ¿será difteria o hepatitis?, este es un criterio que desde el punto de vista práctico se puede resolver con toda claridad, desde un punto de vista filosófico es indemostrable.

 

El asistente: Pero, ¿se demostraría que la persona está enferma o que tiene tuberculosis?

 

Profesor: Una cosa está contenida dentro de la otra: Para que él este enfermo se necesita tales condiciones, ya, ahora otro problema, ¿Qué enfermedad tiene? porque hay muchas, ya, para que sea difteria tiene que tener estas condiciones ¿se cumplen? Si. Se entiende, ahora eso se puede resolver de manera eminentemente práctica, en los hospitales no es un problema filosófico. Por eso digo, lo que a nosotros nos interesa son garantías de que no va a haber abuso médico y para esas garantías basta con criterios que desde un punto de vista epistemológico son débiles porque los vamos a usar, como decía hace un rato, de manera defensiva. Efectivamente hay un modelo médico de enfermedad, es claramente formulable y lo voy a hacer en la pizarra, y respecto de este modelo voy a explicar cuál es el origen, por qué el modelo es así, el punto es si las alteraciones del comportamiento son enfermedades, no los estados mentales, o sea no me voy a pronunciar, y de hecho los psiquiatras no se pronuncian respecto a los estados mentales.

 

El asistente: ¿El estado mental sería independiente de la conducta?

 

Profesor. No lo sé, porque no es ese el problema. El problema es que fulanito de tal le pegó a su mamá y no sólo eso sino que quebró el espejo y salió corriendo en pelota a la calle. Para resolver el problema práctico de lo que se trata es que hay personas que tienen comportamientos exóticos, extravagantes, obviamente que alguien que dice que viene acompañado de un hipogrifo tiene un comportamiento extravagante y dentro de tales y tales límites eso es locura, y yo me pregunto si esa persona está loca producto de un trauma, de situaciones sociales o de la discriminación de que ha sido objeto, etc. y a lo mejor encuentro que no que no esta loca sino que es loco, y entonces tengo procedimientos distintos que adoptar, pero noten que el problema defensivo, no el problema epistemológico, es eminentemente práctico, lo que a mi me importa no es si el tipo está realmente loco, lo que a mi me importa es que estando loco o no, no haya un abuso médico, no haya un disciplinamiento artificial, no haya una manipulación de su estado de acuerdo a poderes dominantes. ¿Por qué me interesa eso? Porque en rigor eso que le hacen al loco lo hacen a todos nosotros. Entonces el argumento antipsiquiátrico tenía que ver con los manicomios, en cambio el argumento antipsiquiátrico actual tiene que ver con todos nosotros. Como decía él, ahora estamos todos bajo el criterio de que podríamos tener comportamientos alterados, noten que en el DSM V se definió una alteración extraordinaria, es lo que se llama el síndrome de atracones, consiste en que uno come excesivamente por lo menos 3 veces en el mes, se pega una comilona [risas] y esto ocurre tres veces al mes durante 6 meses usted tiene un síndrome y ese síndrome está tratado como alteración. También vamos a ver el problema de enfermedad y alteración porque los que han leído el DSM IV por lo menos en la introducción saben que ese manual no define enfermedades, define alteraciones, y vamos a ver la trampita que hay en eso, definen alteraciones porque no pueden definir enfermedades porque no cumplen con ese criterio, y se definen alteraciones pero se tratan como enfermedades.

 

Un asistente: Usted dijo que en Chile los tratamientos paliativos se dan mucho más en número que los tratamientos preventivos, pareciera ser lo contrario.

 

Profesor: Ahí hay un efecto de mercantilización de la medicina preventiva, un gran auge de ella pero sin eficacia en términos de salud pública, no se si saben, pero nadie ha demostrado que los chequeos médicos sirvan para algo, en realidad a los únicos que favorecen son a las isapres y a las clínicas u hospitales financiadas por ellas, hay una complicidad ahí entre isapre e industria médica.  Entonces en ese sentido, hay mas medicina preventiva. Pero, por otro lado, la medicina paliativa ha aumentado enormemente porque se ha hecho un escándalo social con el dolor, nadie quiere sufrir, entonces «deme cualquier cosa porque me duele» y entonces hemos aprendido a sintomatizar todos nuestros problemas como dolor físico y entonces hay toda clase de paliativos. Ahora, lo paliativos más caros son los que tienen que ver con las enfermedades terminales. Las enfermedades terminales con un escándalo pero a gritos. Porque a los enfermos terminales se les ha destinado a un régimen de cuidado de su vida,  independientemente de la calidad de vida, con el único objetivo, porque estos tratamientos son carísimos, sólo porque alguien tiene que pagar el tratamiento. Y lo que han hecho los Estados, porque es un emplazamiento moral, es pagar este tratamiento. Prácticamente todos los Estados civilizados, incluso aquí en Chile por el AUGE se puede conseguir financiamiento estatal para continuar la vida independientemente de la calidad de vida, entonces es un excelente negocio. Mantener a los enfermos terminales con vida es un negocio porque en el fondo, como las familias no podrían pagar eso, porque a la larga el Estado se hace responsable. Eso está denunciado en Italia y España, donde hay sistemas de salud subvencionados por el Estado.

 

El asistente: Yo creo que no solamente el tema del dolor y hacer negocio sino en la dominación y para el disciplinamiento el método preventivo es lo que más se ve, por ejemplo ya estamos castigando a delincuentes, delincuentes por cometer un delito, sino ya tratando medicamente a futuros delincuentes, que tendrían ciertas inclinaciones psiquiátricas que desde el punto de vista social se ven como peligrosidad

 

Profesor: Por ejemplo en Estados Unidos hay una discusión muy activa de hasta que punto las situaciones médicas pueden ser resueltas en los tribunales y quien es el experto destinado a resolverla etc. pero no es tan lejos, aquí en Chile tenemos una situación que es bien curiosa, es que los hospitales psiquiátrico están llenos de narcotraficantes, porque se hacen diagnosticar medicamente y el psiquiatra declara que tienen alguna afección psiquiátrica y entonces no los llevan a una cárcel sino a un hospital psiquiátrico y el régimen carcelario es completamente distinto. Es un problema concreto en el Peral, hay una población de narcotraficantes con guardias privados que amenazan a los guardias del psiquiátrico, que tienen celulares, televisión y computadores y hace negocios desde ahí mismo, y se pueden oponer a la medicación y nadie los puede someter a tratamientos porque tienen guardias que los protegen, etc. entonces esa situación se produce al tomar la psiquiatría como paliativo, es como el reverso de que alguien sea condenado por loco aquí llega gente bajo el pretexto de tener algún grado de locura.

 

El asistente: Quizás es mucho más eficiente tener a este tipo de personas en psiquiátrico y que se le llene de pastillas que meterlo a la cárcel y tener ahí un intento de reinserción social digamos…

 

Profesor: El problema jurídico ahí es que se le niegan los derechos en una situación no jurídica, que no es penal, es una situación médica. Ahora, no es más barato, mantener a toda la gente con pastillas es extraordinariamente caro porque las empresas farmacéuticas internacionales cobran lo que les da la gana a los Estados, porque la plata del Estado es plata de todos y de nadie. Entonces hay una cosa bien terrible, las farmacéuticas le cobran sobreprecio al Estado porque el Estado llega y paga no más, y forma parte de las demandas de los ciudadanos, comparados con dar casas, educación gratis o transporte público como la gente es más barato, pero las pastillas a su vez son extraordinariamente caras, no tienen nada que ver con su costo de producción.

 

Muy bien, entonces la tarea que tenemos, si es que no hemos terminado de volvernos locos, es un poco engorrosa, vamos a ponernos en una sala mas grande, traigan su cuadernito, se aceptan toda clase de grabadoras, pero es una tarea engorrosa porque lo quiero hacer es establecer una argumentación en unos términos tales que podamos hacia el final del semestre formular una mínima política, una política hacia los locos, una política hacia las personas que están a nuestro alrededor y que consumen fármacos, una política hacia las autoridades de salud. Les puedo contar que en Iquique hay una demanda de los psiquiatras del Servicio de Salud por tener una máquina para hacer electroshock «¿Por qué si Antofagasta tiene una maquina de hacer electroshock, Iquique no la tiene?, ¿nos discriminan acaso?» [risas] Bueno detrás de eso están los que venden máquinas de electroshock, las autoridades dicen «hemos decidido terminar con la discriminación injusta, pero se la damos sobre la base de un cierto rendimiento, ustedes tienen que mostrar que la están usando» y les pusieron una cuota, en base a ello, se ha comenzado pensar como candidato a electroshock a todos los jóvenes que consumen pasta base, porque se ha medicalizado el consumo de drogas, entonces hay una cuota, pero comprar máquinas de electroshock es lo mismo que comprar impresoras, las impresoras de computador son super baratas pero la tinta es super cara, el protocolo para aplicar el electroshock establece que tiene que ser con anestesia total, pero resulta que no hay anestesista, peor aún no hay presupuesto para comprar la anestesia. Entonces los tipos tienen un problema bien curioso: pueden cumplir la cuota pero no pueden cumplir con el protocolo. Por lo tanto, han barajado varias soluciones, pero adivinen la clase de soluciones, el criterio que va ganando y los que pelean contra ese criterio que precisamente no son psiquiatras, han propuesto que a lo mejor, «para que no nos vayan a quitar la máquina hay que aplicarla sin anestesia no más, lo que pasa es que le podemos dar menos voltaje» Eso es barbarie directa y tiene que ver con la mercantilización de los procedimientos dentro de la medicina pública y tiene que ver con la demanda de los psiquiatras. ¿Por qué habían pedido la máquina? Porque a los cabros diagnosticados se le había planteado a la necesidad de aplicarle electroshock y debía llevarlos a Antofagasta a hacerse el tratamiento, entonces los cabros la primera vez fueron, pero la para que les digo la patada del electroshock es directamente aversiva y entonces esos cabros no aparecían nunca más, entonces lo que había que hacer era ir a buscar a los adolescentes con los pacos para llevarlos presos a hacerse un tratamiento médico, noten que esto es un procedimiento de orden judicial para alguien que no está condenado de nada. Bueno los pacos reclamaron «porque voy a poner una cuca que vaya a Antofagasta que mas encima tenga que andar buscando a los cabros porque se arrancan», entonces el servicio presentó estos antecedentes y les pusieron la máquina de electroshock. Y si ustedes revisan las políticas de salud el electroshock está permitido en Chile bajo unas condiciones que ahora si se consideran humanas, a pesar que no hay ninguna evidencia científica de que el electroshock mejore alguna situación ni objetiva a nivel neuronal ni subjetiva a nivel conductual, esa es la barbarie y para eso hay que hacer una política.

Vamos a empezar a las 7:30, vamos a estar en la sala Jorge Müller que es más grande que esta, vamos a estar ahí la próxima sesión. Eso.

 

 


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